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Día
19
(24/06/2008) San Francisco
Antes
No hay un plan fijo de visitas
para San Francisco, sino diversos puntos de interés para repartir entre
estos dos días enteros y la tarde del primero.
Estos puntos son:
0- Hotel Castle Inn
1- Pier 39 en Fisherman's Wharf
2- Isla de Alcatraz
3- Jardín japonés en Golden Gate Park (En este parque también hay una
reserva de bisontes)
4- Golden Gate
5- Marina (posibles buenas vistas del Golden Gate)
6- Powell Station (salida y llegada del tranvía turístico)
7- Twin Peaks (colina con buenas vistas de la ciudad y la bahía)
Sin embargo, si algo está claro es que hemos de
pillar el avión a Nueva York de las 21:45h.
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Después
Desayunamos y hacemos el checkout del hotel sin
prisas.
Les dejamos las maletas comentando que el vuelo lo tenemos tarde y nos
ofrecen una limosina que nos lleve al aeropuerto por 50$ que nos
recogerá a las 19:30h. Aceptamos y salimos a nuestro último día en San
Francisco. También será el primero - y único - sin coche en California.
Tenemos el ticket para poder usar cualquier tranvía de la ciudad
durante todo el día comprados de ayer.
Nuestra
intención es llegarnos a la zona de Marina, donde esperamos tener
buenas vistas del Golden Gate. Nuestra idea, siguiendo el mapa de
arriba, que es el que tenemos con las rutas de los tranvías y
autobuses, es pillar el bus 47 hasta el Fisherman's Wharf y después el
30 hasta el Palacio de Bellas Artes y Exploratorium.
Llegamos al pier 39 sin problemas. Seguramente volveremos a
comer
aquí. Esperamos unos minutos a que llegue el 30 y nos subimos.
Nos bajamos en un lugar bastante solitario. Hay señales que
indican donde está el Palacio de Bellas Artes, lo que nos ayuda lo
necesario como para llegar allí. El palacio sobresale al otro lado de
un lago lleno de aves acuáticas - vemos patos, cisnes, garcetas,...-,
en un parque donde muchos jóvenes están haciendo un picnic en la
hierba. Una columnata adorna el fondo del lago creando una bonita
estampa. Nosotros avanzamos hacia el mar, entre un parque de césped con
árboles hasta llegar donde acaba la tierra.
Y allí
está. El Golden Gate visto de lado es espectacular y se aleja mucho de
la imagen típica que todos tenemos de este puente. Está algo más lejos
de lo que me esperaba, y también quería tener una imagen menos lateral,
pero al menos se ve el puente rojo en todo su esplendor. Al
otro
lado también tenemos buenas vistas de la isla de Alcatraz.
Sigue haciendo frío, con
lo que la típica brisa marina no es tan bienvenida como en otras
ocasiones. Tras un rato regodeándonos de las vistas decidimos volver.
Nos adentramos en las calles intentando localizar la parada del 30 en
el sentido de vuelta. Nos cuesta un poco, pero nos sirve para ver
algunas de esas fachadas con murales típicas de la ciudad.
Esta
vez nos toca esperar más rato. Cuando salimos del bus estamos en el
paseo marítimo, pero nos quedaría una pequeña caminata hasta llegar al
pier 39, así que, para ahorrarnos energías nos quedamos esperando el
tranvía F en la parada de principio y final. Estos tranvías son
diferentes del clásico de las fotos, son antiguos y
pone que están construidos en Milán. Más parecidos a los de Budapest,
por ejemplo.
Un corto trayecto nos deja en la entrada del pier.
Se
acerca la hora de comer y estamos en el sitio. Todo va bien. Sin
embargo, dado que sólo hemos hecho una visita esta mañana, nos queda
claro la enorme diferencia que hay, en materia temporal, entre hacer
las visitas en coche o con transporte público.
El ambiente en el pier es festivo, como siempre. Nos fijamos
en
detalles que no vimos ayer, por ejemplo, una curiosa señal de
"prohibido los tangas". Antes de llegar al restaurante nos paran unos
chicos que hacen una encuesta sobre compañías telefónicas, y dicen que
puedes ganar una comida. Acepto, pensando que no han detectado nuestra
pinta de turistas. Lástima que la primera pregunta es si vivimos en los
Estados Unidos y al responder que no, nos dicen que sólo es para
ciudadanos estadounidenses.
Escogemos para comer un sitio tipo buffet, donde hay pasta y
pizzas: North Beach Pizza. La calidad no es la mejor, aunque también se
nota en la factura: 43.78$ los tres.
Hay unas
bonitas vistas del pier con la ciudad al fondo, destacando las torres
Coit y Transamerica y nos hacemos unas fotos allí.
Poco nos queda por hacer ya. Nos despedimos del
Pier 39 y
nos encaminamos a la parada
del tranvía F que pillamos un poco al tun tun. Tenemos más de tres
horas que matar y las vamos a pasar deambulando por ahí. Nos bajamos
también algo al azar, poco después, y nos alejamos de la bahía
adentrándonos en las calles. Dos manzanas después nos damos cuenta de
que hemos comenzado un tour por Chinatown y nos parece perfecto.
Lo que llamamos "barrio chino" en España poco tiene que ver
con
esto. Esto es un trozo de Pekín colocado en medio de la ciudad. No hay
mezcla de culturas, todos son ciudadanos chinos, con comercios chinos y
ornamentos chinos. Chino me crees, mira las fotos (me he tomado la
licencia del chiste malo ante el abuso de la palabra "chino" en el
párrafo. Pido disculpas y espero que nadie me intente localizar para
vengarse).
Patos lacados y comercios de todo tipo nos rodean y, claro,
chinos. Entramos en un bazar chino donde la mercancía
abarrota
cada rincón hasta el punto de pensar que si intentases colocar una
canica en algún lugar de la tienda, se caería. Entre tanto
amontonamiento de cosas me acabo llevando un A-19 y un Vegeta con dos
bolas de dragón. Si no sabéis de que hablo, es de una serie de
televisión... es anime, o sea, dibujos animados... ¡pero para
adultos!... bueno, para adultos también... si quieren. La verdad es que
sólo me lo llevo porque he flipado con el precio: 0,50$. No sé, a mí me
parece que el plástico ya vale más de 30 céntimos.
Cuando llegamos a la calle Grant la tomamos porque tiene
aspecto
de avenida y porque el mapa dice que nos llevará a Union Square. No se
lo he dicho a nadie todavía, pero un tengo un último deseo en esta
ciudad y es visitar la tienda Levi's. ¡No nos podemos ir de San
Francisco sin comprarnos unos Levi's!
Todos los
caracteres están en chino, lo único que se puede leer son los nombres
de las calles. Está lleno de restaurantes chinos donde sirven comida
china que me aventuro a pensar que aquí la llamarán simplemente
"comida". Espero estar dejando claro el carácter "chino" de este barrio.
Cuando cruzamos la calle California ya hay más ambiente en
las
calles. Por aquí pasa una línea de tranvía, de los clásicos, y la
bajada es espectacular, así que me quedo un rato, cámara en ristre,
mirando hacia arriba, donde la calle se abre al cielo, esperando a que
aparezca un tranvía para echarle la foto. Sin embargo, al cuarto de
hora, las mujeres se van a las tiendas y me quedo sólo esperando. Van
pasando los minutos y empiezo a pensar que estoy haciendo el gilipollas
aquí plantado, pero no me puedo mover. Estoy convencido que en cuanto
decida abandonar mi puesto pasará el tranvía. Las mujeres ya han mirado
todas las tiendas ¡¿Tanto llevo aquí?!. Y al final hago la foto y me
voy, pero sin tranvía. ¿No irá esa línea?. Curiosa manera de malgastar
algo más de media hora.
Dos manzanas más abajo - y es que estamos yendo siempre en
bajada. ¡Yo no soy tonto! - nos topamos con la puerta de China town.
Aquí comienza oficialmente el barrio, aunque para nosotros se acaba.
Antes de salir a través de ella, Eva se enamora de un vestido de china
de un escaparate. Al final, tras mucho pensar, decide no comprárselo.
También estamos al final del viaje, y el presupuesto está en mínimos.
La puerta se nota. Al pasarla, las tiendas cambian
radicalmente de rol y diseño. Ya son estadounidenses.
Estamos muy cerca de Union Square. Es una zona comercial y se
nota. Un rascacielos tiene la fachada completamente tapada por una foto
de David Beckam en calzoncillos. Afortunadamente no vamos allí.
Localizamos la tienda de Levi's y entramos. Es como un gran cilindro
con plantas circulares y agujereadas por el medio. Subimos hasta la de
hombres y, después de probarme unos cuantos, me hago con unos Levi's
por unos 30€ al cambio.
Estamos ante nuestros
últimos minutos en la ciudad y en California. Comenzamos en este
momento el camino de regreso. Un corto camino hasta el tranvía y de la
parada al hotel donde nos espera una limosina que en realidad es un
buen coche: un Mercedes.
En la facturación de la maleta tengo que pagar por
el sobrepeso, aunque no es un abuso como en las low cost.
Ya en el avión, y antes de dormir - o de intentarlo más bien
-
descargo las fotos del día en el portátil. El viaje se acaba y llega la
hora de volver a casa, aunque antes nos espera una última visita: Las
cataratas del Niagara. Todavía disfrutaremos un día más.
Entre las fotos descargadas, que repasamos como algo del
pasado,
que si bien es cierto, es un pasado de apenas unas horas, destacan las
últimas, dedicadas íntegramente a los tranvías. La imagen de San
Francisco:
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