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Día
10
(15/06/2008) Los Angeles: Universal Studios
Antes
La planificación para este día es la más sencilla posible.
Hemos
sacado el VIP Experience de los estudios Universal, con lo que sólo
tenemos que presentarnos a la hora en los estudios que, además, están
al lado del hotel. A partir de ahí, nos llevarán ellos. La comida está
incluida también.
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Después
Desde el hotel ya se veían las escaleras mecánicas con techo
tubular de plástico transparente que llevan hacia la entrada de los
estudios. Al acercarnos, las escaleras resultan pertenecer al
"Aparcamiento Frankestein" y no hay forma de subirse desde la calle.
Las seguimos hasta su final donde nos fotografiamos con la fuente de
la entrada ya de los estudios. No es la típica que habíamos visto, con
una bola del mundo giratoria, pero nos vale. Llevamos mucha ilusión por
lo que será este día. Hoy exactamente es el cumpleaños de Trini, mi
hermana, y le regalamos el VIP Experience. Al subir vemos las taquillas
y me acerco a ellas a preguntar con mi justificante de pago impreso en
la mano. La primera taquillera no sabe de qué le hablo, la segunda me
dice que pregunte al de la puerta. El de la puerta hace que un hombre
me lleve, ya dentro, a una puerta acristalada de lo que ya es decorado.
Baja un hombre, comprueba que nuestros nombres están en la lista y nos
suben a un piso. Ya estamos embarcados en la experiencia, ahora ya sólo
toca disfrutar de todo.
Nos acompañan a una sala, un comedor decorado con los posters
de
las películas de la Universal más afamadas: Gladiator, Shakespeare in
love, La lista de Schindler, El fantasma de la ópera, Frankestein,...
Curiosamente somos los primeros y tenemos un pequeño catering para
desayunar para nosotros solos y al que hacemos honor rápidamente.
Poco a poco van llegando el resto de personas que formarán
parte
del grupo con el que compartiremos el día de hoy. Conocemos un
matrimonio de Boston con su hija adolescente y su hijo menor, otro de
Texas con su hijo, etc... La mayoría era turismo local y nosotros, como
europeos, éramos los exóticos allí. Cuando estuvimos todos, el guía se
presentó y nos explicó un poco lo que iba a ser el día, sin detalles,
sino como preámbulo de una gran diversión. Él se mostraba divertido e
intercalaba chistes y bromas en su discurso. Cuando acaba da la
oportunidad de hacerle preguntas y éstas giran alrededor del tema que
todos llevábamos en mente: el incendio. Todavía estando en Barcelona
los telediarios dieron la noticia de un gran incendio en los estudios
de la Universal. Yo investigué todo lo que pude y averigüé que una de
las partes dañadas estaba en mi lista de favoritas para esta visita: la
plaza del reloj de "Regreso al futuro". Estaba en medio de unos
decorados que hacían calles de pueblos y ciudades de Estados Unidos y
yo le pido que nos confirme que no vamos a poder ver nada de eso.
Al salir al exterior nos montamos a un tranvía
azul tras sernos presentado el conductor. Tenemos sitio donde
elegir ya que somos diecipocos para un tranvía tan grande. Bajamos por
una pendiente flanqueada por carteles de películas a ambos lados y con
el
enorme paisaje de Hollywood alrededor. Justo enfrente ya se veía la
zona dañada. El guía nos explica que estaban trabajando duro para
restaurar esos decorados ya que una de las mayores fuentes de ingresos
de los Estudios viene del alquiler de decorados. Esa zona alberga el
pueblo de "Regreso al Futuro" y esa parada formaba parte del recorrido
habitual de los visitantes, pero las prisas por reparar los daños
vienen de que, además, también es el pueblo donde se rueda la serie
"Entre fantasmas" y el rodaje está parado a la espera de recuperar sus
decorados.
La pendiente finaliza en un gran
polígono lleno de grandes naves idénticas. Todas están numeradas y se
puede leer en cada una: "Stage 18", "Stage 19", "Stage 20"... Nos
comenta que en las naves 24, 25 y 26 se ruedan CSI Las Vegas, CSI Miami
y CSI Nueva York respectivamente. En el 27 se rueda la serie "Heroes",
que también sigo. Ya estoy alucinando y no he visto nada, pero es que
todavía no sé si entraremos en alguna de esas naves.
El tranvía se detiene y bajamos. Mi corazón late más rápido
pero,
aunque resulta interesante la visita a la carpintería donde nos
muestran cómo hacen los decorados, también es un desengaño tras haber
pensado en la posibilidad de entrar en el despacho de Grisom.
Abandonamos esa zona, fijándonos en las caravanas, todas
iguales,
que pueblan los lados de cada una de las naves porque nos explican que
son donde "viven" las estrellas mientras están rodando aquí. Ya en el
tranvía, pasamos junto a la zona destrozada por el incendio y subimos
hacia otra zona arbolada. Pasamos junto a un puente de madera en medio
de la
nada y los monitores del interior de nuestro vehículo muestran un par
de escenas rodadas en ese puente. No reconozco ninguna. Luego giramos
para pasar por una zona donde están aparcados los vehículos originales
de diferentes películas de la Universal. Hay de todo, vehículos
antiguos como los usados en "La Momia", "Los Hermanos Marx", o incluso
el negro que se llena de estiércol en la segunda parte de "Regreso al
futuro", y futuristas como la nave de "Serenity" o el Delorian con el
motor modificado para aceptar basura como combustible. Coches de "El
mundo perdido", y los dos deportivos de "A todo gas", ¡Y el Ferrari de
"Magnum"!. Esto va de menos a más y ya se anima la cosa...
El tranvía se introduce en un decorado cerrado, nos dicen que
es
de "A todo gas 3", adivinable por el ambiente de suburbio japonés. Nos
paramos de cara a dos coches tuneados entres bidones. Hay un escape de
gas que acaba generando una gran explosión y los coches salen volando
descontrolados hacia nosotros. Un
instante de susto al ver dos coches que te van a caer encima, un
instante de desconcierto al ver como los coches se paran en el aire a
unos pocos metros de ti y un rato de sorpresa al darte cuenta que cada
coche es el final de un enorme brazo robotizado que había estado
camuflado bajo un falso suelo. Un último rato de vacilada con los
brazos moviendo los coches de forma que bailaran reggaeton. El de la
"gasolina" más concretamente.
Siguiente etapa:
Parque Jurásico. En realidad son vehículos, jaulas,
esqueletos...
objetos en general usados
en la película "El mundo perdido". Para
convertirlo en una atracción aparecían pequeños dinosaurios escupiendo
agua al tranvía.
Próxima parada: un pueblo
mejicano. Paramos en medio de una plaza. Los comercios tienen los
nombres del negocio en castellano. Suena un trueno y comienza a llover,
cada vez más fuerte, hasta que un ruido presagia una inundación. Una
riera de agua baja salvaje hacia el tranvía, pero antes de llegar se
desvía hacia la derecha. Los monitores muestran una escena donde se
aprovecha esta inundación dentro de una película real. Cuando salimos
de allí, la lluvia ha cesado y el agua ha desaparecido.
Ahora entramos en una ciudad. Todos los decorados evocan una
urbe
o pueblo centro o sudamericano, con casas con fachadas con vigas
de madera y acabados de barro pintado. La fachada de una especie de
templo destaca entre todas y el guía nos explica que hace poco
han rodado allí una escena de "Indiana Jones y la calavera de
cristal".
Dicho esto, las cámaras de fotos se lanzaron a capturar la instantánea
al unísono. La ciudad cambia de ambiente, con casas de ladrillo,
evocando calles americanas de principios del siglo XX. Dejamos las
casas para pasar por un puente sobre un ancho río con frondosa
vegetación tropical. Nuestro guía nos explica que ahí se graban escenas
del Amazonas, por ejemplo. Volvemos a estar entre casas, esta vez más
modernas, y entre ellas, inadvertidamente, aparece la entrada de "Lyon
States", el barrio de los McFly en Hill Valley. El guía no ha dicho
nada al respecto y los demás parecen no haberse enterado. Volvemos a la
zona del río por otra parte. Aquí es más estrecho y está "cortado" por
la carretera que seguimos y que queda un metro y medio bajo el nivel
del agua. Es decir, pasamos entre dos paredes que parecen interrumpir
el río para permitir cruzarlo por este camino seco. Esto es así porque,
a la izquierda está montada la maqueta de las
murallas de la isla donde
estaba encerrado King Kong en la película de Peter Jackson. También
está el barco y los monitores del tranvía nos muestran imágenes del
making off enseñando como rodaban ahí mismo de noche y porqué les iba
bien que el agua con la maqueta estuviera metro y medio por encima del
suelo: para poder trabajar de pie sobre ella. Desde ahí volvemos a
entrar en una ciudad. El guía nos explica que son decorados de
Centroeuropa usados por los clásicos de terror que se grabaron en esos
estudios: Frankestein, diferentes versiones de Drácula, etc... Aquí se
nos permite bajar del tranvía y deambular por las calles de esta ciudad
y me hago una foto en la estación de tren de "Frankestein". Todo es
falso, pero de apariencia real, esa es su función. Las casas por dentro
son una maraña de vigas de madera cuyo único cometido es mantener las
paredes. Toda esta zona simula unas calles adoquinadas, pero en
realidad estos adoquines están dibujados por hendiduras en el suelo.
Toda esa zona está llena de rinconcitos con diferentes
"ambientes", uno con casas de adobe, otro con pasarelas de madera donde
el guía nos indicó que se había rodado una escena de "Piratas del
Caribe", hasta que llegamos a una plaza enorme con un templo y con
fachadas de diferentes estilos alrededor. Realmente curioso.
Antes de subir al tranvía el guía nos llama y me dice que la
adolescente de la familia de Boston va a pasar unos meses en Barcelona.
Yo me sorprendo y le digo que le gustará y que si tiene cualquier
pregunta que me la haga que se la contestaré con gusto, pero la chica
es tímida y nos responde que no para eludir hablar con un extraño.
Léase,
yo, aunque su padre la anime a ello.
Un pequeño trayecto más en el tranvía y llegamos al sitio que
me
convenció de sacarme el VIP experience: el almacén de objetos de cine
más grande del mundo. Ya por fuera se nos avanza lo que vamos a
encontrar dentro: hay multitud de objetos agrupados. Farolas: de todos
los tamaños y ciudades, semáforos, ídem, cabinas telefónicas,
papeleras, buzones,... todo preparado para mutar una de esas calles en
una ciudad concreta a elegir. Le hago esta foto a Eva junto a un
carrito de supermercado de dos metros.
En la entrada del almacén hay un gran banco de madera
apartado
con un papelito con el logo de "House", el guía nos confirma que va a
ser usado en esa serie. Y una vez dentro el caos. Incontables objetos
amontonados con aparente desorden. La organización de los mismos llega
a
nivel de "pasillo", pero una vez ahí están colocados de cualquier
manera. Así nos podemos encontrar con un pasillo de cadáveres, otro de
comida falsa - curiosamente hay uno aparte sólo para quesos falsos -,
otro de trofeos, fotografías (hay una de Jeniffer Aniston y Vince
Vaughn que tiene que ser muy reciente porque la acabo de ver en
"Separados" ), esqueletos, gafas... cientos y cientos de objetos de
todo tipo. Yo me hago unas fotos con las estatuas egipcias de "La
momia", luego localizo el Skyboard de "Regreso al futuro 2", los
huevos de dinosaurio de "Parque Jurásico", la estatua de la libertad de
"El día de mañana", aunque llena de objetos nada relacionados por
encima, la sierra mecánica de "Doom", y un largo y eterno etcétera. En
la sección de bombas me llama a atención una de tubo que he visto hace
poco en un capítulo de "CSI Las Vegas", pero por encima de todo, ¡el
maletín con el virus de "Doce monos"!. Esa foto la pongo aquí abajo.
También
resulta curioso ver los diferentes carnés y placas de policía y FBI
amontonados en una mesa con fotos de actores conocidos. Un universo
donde, evidentemente, no te da tiempo de ver ni la décima parte.
Seguimos con el tranvía hacia una nave en la que entramos
para ir
al decorado de una estación de metro. De repente hay un terremoto y el
techo se abre para dejar ver una calle y un camión
cisterna. Una parte
cae cerca nuestro y el camión resbala hasta nosotros, pero antes choca
con una columna y comienza a haber fuego por todas partes. El guía nos
llama la atención sobre lo que llega: un convoy de metro entra en la
estación para encontrarse con el desastre, choca, descarrila y revienta
unas tuberías que inundan la estación, apagando el fuego. Es una buena
demostración de efectos especiales, pero a mí me impresiona más como,
al acabar, todo vuelve a su sitio de forma
automática para repetir la
función con el grupo que viene detrás.
Como no
quiero fastidiar a nadie su visita, no daré tantos detalles en las
siguientes atracciones. El próximo ejemplo está en el pueblo
de
"Tiburón". Donde ocurren varias cosas. Y la foto de abajo es un spoiler.
Después pasamos por una urbanización con
casas a ambos lados, las típicas casas con jardín de césped y dos
pisos.
Allí se rueda "Mujeres desesperadas", entre otras cosas. El guía
destaca la última de las casas porque se ha rodado hace poco la
película "Hancock" allí. Después pasamos por un decorado de "El Grinch"
y, tras él, aparece el Motel Bates, como indica el cartel con
luces de
neón, para quien no lo hubiera identificado ya por sí sólo, o por el
coche que hay aparcado. Y si aún no lo tenías, al avanzar un poco más,
aparece la casa de la madre y las escaleras que llevan a ella. Todo el
escenario de "Psicosis" está aquí. Nos bajamos del tranvía y vemos de
cerca la casa. Han colocado una momia meciéndose en la ventana, pero la
idea es cruzar a pie el siguiente escenario, correspondiente a "La
guerra de los mundos". Atravesamos, como Tom Cruise, el desastre de los
restos de avión entre las casas. El detalle es espectacular.
El recorrido del tranvía finaliza tras atravesar una
explanada de
césped con ciervos que provocan la risa del guía al decir que son de
verdad, y que va a dar a una especie de gran piscina de hormigón, de
muy poca profundidad y con un enorme croma de fondo. El guía y los
monitores del tranvía nos explican que ahí se pueden rodar
ciertas
escenas acuáticas, como la de Jim Carrey andando sobre las aguas en
"Como Dios".
Ya sin tranvía nos introducimos por primera vez en el parque
de
atracciones. Al parecer vamos a comenzar por "Parque Jurásico". Para
ello nos regalan un chubasquero amarillo a cada uno y nos sentamos en
el
siguiente convoy, que es todo para nuestro grupo. Navegamos por la
selva con apariciones de dinosaurios que no cesaban en lanzarnos su
"letal" agua. Después entramos en un bunker, ya más oscuro, con sonidos
y apariciones hasta un gran final en forma de escapada in extremis del
Tiranosaurio y vertiginosa bajada al lago.
La siguiente es la momia, más oscura y original en el sentido
de
que el "carrito" no seguía una única trayectoria, sino que alcanzaba
grandes velocidades, frenaba en seco y continuaba hacia atrás en
algunos puntos. Me quedo con los decorados y el momento de los
escarabajos, cuando te ves rodeado de ellos y notas "algo"
pasando
por tus pies.
Al salir, como nos
había dicho el guía, nos toca ir a comer. Subimos a la hamburguesería
que pertenece a la atracción de "Parque Jurásico", donde acabamos de
estar, y vemos que nos tienen preparados unos paquetes con la
hamburguesa y complementos. Nos daban 15 minutos para comer porque
comenzaba la atracción de los animales. Yo soy de comer rápido, pero no
puedo competir con los estadounidenses, más duchos en esto de la comida
rápida. Las chicas todavía lo tienen peor, pues les queda más de la
mitad cuando el guía anuncia que nos vamos. Me explica cómo llegar
rápido al teatro a donde se dirigen, ya en la zona de arriba, y nos
dejan terminar nuestro almuerzo.
Cuando llegamos el
espectáculo acaba de empezar, es una demostración de amaestramiento de
animales. Es divertida y sorprendente, y orangutanes, chimpancés,
perros, etc... circulan por el escenario haciendo las más variopintas
"monerías"- nunca mejor dicho-, pero a mí me llama más la atención la
capacidad de hacer exactamente lo que se les pide de diferentes clases
de pájaros, especies más llamadas a hacer siempre lo que les da la
gana (no hablo de loros y palomas, claro).
De
ahí salimos aprisa hacia la joya de la corona del parque: la atracción
de "Los Simpsons". El ritmo de visitas a las atracciones es trepidante,
el guía se conoce los horarios de todas y nos quiere llevar a las
máximas posibles antes de dejarnos por nuestra cuenta. Además, el
acceso es directo, en el sentido de que, por larga que sea la cola para
entrar en una, nosotros pasamos "por la face".
"¿Qué tendrá la de Los Simpsons?", me pregunto yo para que
nos la
anuncien con tanto bombo y para que sea la que más cola tenga, con
diferencia, para entrar. Como siempre, nos la saltamos y nos
colocamos frente a las puertas, donde hay que esperar que terminen los
que están ahora para que pasemos nosotros. La espera se ve amenizada
con un video de las cuñadas de Homer haciendo chistes sin parar a costa
de éste. Cuando por fin accedemos aparece un carrito típico de feria,
donde nos sentamos, en una pequeña sala. Yo estoy convencido de que,
por mucho bombo que le den a esta atracción, me va a desencantar.
Comienza. Una proyección ilumina toda la semiesfera que
hace
de
techo de la sala, es decir, tenemos imágenes delante, a los lados y
detrás. Estamos en una montaña rusa donde los Simpsons al completo van
en el carrito de delante, como en el que estamos sentados se mueve
también, enseguida
te ves imbuido en la escena, que evidentemente está en primera persona,
y vives las emociones de la montaña rusa tal cual si fueras subido en
una. Estás disfrutando de una de sus bajadas cuando una enorme bola
rompe la vía justo delante tuyo. "¡Dios mío, nos vamos a matar!" pienso
durante un segundo y a partir de ahí la aventura deriva, como un
capítulo de esta serie, a una correlación de situaciones delirantes,
pero que estás viviendo como si formaras parte de ellas. Es tan
alucinante que cuando acaba todos observamos el carrito en el que
íbamos montados como si fuera mágico, como si la evidencia de que no
nos hemos movido de esa habitación no fuera una respuesta aceptable a
la experiencia que acabábamos de vivir. Está muy conseguido, ¡incluso
nos salpica agua en un momento en el que atravesamos un lago!. Nunca he
vivido nada semejante. Si una tribu del Amazonas puede alucinar ante mi
magia usando un mando a distancia, un teléfono móvil o un ordenador
portátil, nosotros acabamos de vivir la magia en esa pequeña sala.
El guía sonríe ante lo que supongo es una reacción que ve
todos
los días en las caras al salir de la gente que lleva allí. Pero, de
nuevo, hemos de darnos prisa porque el espectáculo de "Waterworld" está
a punto de empezar. Una vez conseguidos los asientos, el guía se
despide de nosotros, nos dice que a partir de ese punto vamos a nuestro
aire, pero que mostrando la acreditación que llevamos colgando,
deberíamos poder pasar en cualquier atracción sin hacer cola y que en
las tiendas nos deben hacer un 25% de descuentos en todo lo que
compremos.
Salimos, ya por cuenta propia. Waterworld
es un espectáculo de acción con actores y motos de agua, y alguna que
otra explosión, naturalmente. Lo primero es mirar el mapa y ver qué
atracciones nos faltan. De esta manera entramos es Shrek 4-D, un
cortometraje con una aventura con los personales de la película donde
la cuarta dimensión la ponen los asientos, que se mueven según la
acción; en la Casa del Terror, donde lo que más atrajo mi atención fue
un original del muñeco diabólico y el cuchillo usado en el rodaje de
Psicosis, expuestos en la entrada; en Backdraft, que resultó ser una
demostración de cómo pueden controlar el fuego
mediante llamaradas y explosiones en cadena sobre un decorado; y en
Terminator 4-D, que combina
película con actores en el escenario. Vimos el espectáculo de los "Blue
brothers" y me gasto varios dólares en tratar de meter dos tiros libres
de tres intentos para conseguir un peluche que se podría pagar con lo
que vale un intento, -¡lo que nos lleva a hacer el amor
propio!- y
que por cierto no conseguí.
Pero además el parque
está repleto de lugares donde hacerse una fotografía con Hulk, tiburón,
terminator, el ultimatum de Bourne, los Simpsons, etc... Incluso están
los decorados de unas calles de París, y la calle de Londres donde se
rodó "Notting Hill", con la librería y todo.
Finalmente marchamos cuando nos echan porque cierran, ya en
la
tienda de regalos, aprovechando el descuento. En la salida encontramos
la famosa bola de la Universal y nos echamos una foto y, al pasar por
los restaurantes, vemos que están llenos de gente que mira el partido
de los Lakers. Tal había sido el día que me había olvidado
completamente de un partido que me había tenido obsesionado hasta
ahora. Entramos en un gran bar con multitud de pantallas gigantes. Está
ambientado en el Oeste y tienen varios toros mecánicos, aunque hoy
están "maqueados" para el partido, se llama "Saddle ranch chop house"
Nos
viene un camarero y pido la carta pensando que algo deberemos consumir
si queremos disfrutar de una mesa viendo el partido, aunque ya me
imagino que me espera una clavada por cualquier cosa. Tomamos cerveza
(Coronitas), ya que hoy no conduzco, y elijo dos platos para picar que
están entre los más baratos: unos nachos y unas mini hamburguesas. Por
el precio me espero que sean especialmente pequeños, pero cuando llegan
nos hacen abrir la boca a los tres: las mini hamburguesas son como la
mitad de lo que conocemos por un "Big Mac", hay seis en una
bandeja y entre una montaña de patatas fritas, y además, los nachos
vienen en otra gran bandeja con tres salsas diferentes. Lo que yo
pensaba que era un pica-pica, resulta ser una gran cena para los tres.
Confirmo con el camarero y el precio es correcto. Por menos de 20€
salimos cenados los tres y con varias cervezas encima. ¡Qué alegría y
que
alboroto!. Y es que parece que cuando estás tan alegre de ánimo todo
sale bien. ¡Hasta ganaron los Lakers!. Un día para recordar.
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