Día 15 (9/12/2010)   Krabi: Phang Nga

Antes

  Descanso total en las playas y/o piscina del hotel. Día de estar tumbado, aunque no se descarta una excursión por los manglares.

Después

   Tenemos todo un día de relax por delante. Mientras desayunamos en el buffet, complaciéndonos del entorno, nos hacemos el plan del día, tan sencillo como, mañana: playa; tarde: Ao Nang.

   Cuando nos informamos del tuk tuk gratuito que tiene el hotel para los clientes nos comentan que hay dos destinos: Nopparat Thara Beach y Ao Nang. Para volver, nos dan una tarjeta con el número de teléfono al que debemos llamar para que nos pasen a buscar. Así que, coherentes con nuestro plan, nos vamos a Nopparat Thara Beach.

   Lo que nos encontramos es una amplia playa donde no hay nadie. Pero no ese "nadie" de muy pocas personas, no, nadie literal. Como se puede ver en las fotos.

Nopparat Thara BeachNopparat Thara Beach
















   Así que paseamos por la arena sin decidirnos a asentarnos en un lugar concreto de ella. Después de haber estado en Phi Phi con su arena blanca, esta arena marrón de toda la vida no nos invita tanto. Además, aquí y allá aparecen restos de la fiesta que debió haber anoche aquí, con cascos de botellas que, en algunos casos, aparecen en forma de cristales rotos. ¡Una lástima!. Una característica propia de esta playa serían los cangrejos, como los del Phi Phi, pero mucho más pequeños y numerosos, que hacen que no haya un centímetro cuadrado de arena sin su correspondiente agujerito y montículo de arena.
Volviendo a Sunda Resort
   El paseo nos lleva al otro extremo donde desde el principio se veía un hotel y multitud de longtails. La idea es ir a Railay donde nos espera una playa mejor, pero nuestras mentes están traicionando el plan ocupadas con imágenes de las piscinas del hotel.

   Cuando llegamos, un par de tipos nos preguntan si queremos longtail y cuando les respondo que "depende" en busca de negociar un precio me señalan una gran pizarra con los precios por destino. En frente una chica está dispuesta a recibir nuestro dinero. El precio a Railay es de 150 Baht y no hay opción de rebaja. Así que los dejo allí y nos encaminamos de vuelta al hotel. Me digo que no vale la pena: 300 Baht para ir y tendremos que pagar 300 más para poder volver. 600 Baht se me antojan una fortuna y más teniendo la información que desde Ao Nang vale unos 60 Baht y está más lejos. Eso de que está más lejos es una idea preconcebida que tenía (no se bien porqué) y que un mapa trastocaría días más tarde con la realidad, que es la de aquí:

Zona de Ao Nang


   Así que nos volvemos al hotel creyendo que huimos de un timo y decidimos hacerlo andando ya que la distancia, a la ida en tuk tuk, nos había parecido corta. Unos 10 minutos más tarde de caminar por la carretera estamos en nuestro bungalow dispuestos a pasar el resto de la mañana disfrutando de nuestro resort y de sus piscinas.
Bananero en el jardín del Sunda Resort
Habitación de Sunda Resort
















   Tras un par de horas recogemos dispuestos a pasar lo que queda del día en Ao Nang y, sobretodo, contratar la excursión a Phang Nga. De nuevo el tuk tuk nos lleva y, al poco, y viendo que está chispeando, nos metemos en una pizzería con una gran terraza y un buen techo. Como es pronto nos tomamos un par de cócteles antes. Luego una comida a base de pizza en horno de leña, sin ninguna prisa.

   Tras la comida y la lluvia toca estirar las piernas, y lo hacemos siguiendo la interminable calle que sube serpenteante sin perder de vista al mar en la parte derecha. Tienda tras tienda, vamos avanzando entre souvenirs e increíbles ofertas de trajes a medida, preguntando en las agencias de viajes locales por precios para nuestra excursión a Phang Nga para mañana. Avanzada la tarde acabamos escogiendo una pequeña oficina que admite el pago por tarjeta: 1200 Baht por persona incluyendo el tour en canoa que, al parecer, es la única parte opcional. Es el precio más barato, aunque también es el de la mayoría. Por unos 50€ la pareja te pasan a recoger al hotel e incluye las visitas al parque nacional de Phang Nga y su archifamosa isla James Bond, visita al templo de los monos y a unas cascadas. La comida también está incluida.

Playa de Ao Nang

   Se no está haciendo de noche cuando ya hemos dado media vuelta sin llegar al final de esa larguísima calle (¿o será que nos hemos parado en demasiadas tiendas?). Sorprendentemente, la playa de Ao Nang tiene mejor aspecto que la de esta mañana, al menos en lo que a limpieza se refiere.

   Estamos en el sitio adecuado para cenar marisco y nos metemos en un restaurante a pie de playa.

Playa de Ao NangCócteles en Ao Nang







   Luego, llega la hora, pido cambio para tener monedas con las que llamar desde una cabina al tuk tuk que tarda unos veinte minutos en llegar. Mientras subimos nos va aconsejando restaurantes y nos llama la atención sobre un local de Muay Thai que hay a 100 metros del hotel porque mañana es noche de combate. Nos pregunta si queremos entradas y serían unos 1000 Baht por persona. Nos parece caro, pero además, no sabemos a qué hora acabaremos mañana la excursión, así que declinamos la oferta.