Día 14 (8/12/2010)   Krabi

Antes

Ruta día 13













   Hasta las 13:30h, que sale el ferri hacia Krabi, lo pasaremos disfrutando de las playas de la isla. Después, tras dos horas de camino, llegaremos a Ao Nang, donde tendremos muchas más playas para conocer.

Después

   Amanece, como cada día, pero la mayoría de ellos no puedo verlo como hoy desde la cama. Y me gusta tanto lo que veo que salgo a la playa, solitaria ahora (normal, si todo el mundo estaba en la fiesta de anoche...).

Amanecer en Tonsai Beach, Phi PhiAmanecer en Tonsai Beach, Phi Phi













Playa de Sand Seaview Resort

   Las nubes de ayer no están y cuando el sol ya está preparado para ofrecernos su luz más brillante, la playa de arena blanca y aguas turquesas aparece ante - y bajo - nosotros. Ciertamente no necesitábamos ningún tour para esta mañana y, desde bien temprano, somos los únicos disfrutando de un baño en estas aguas transparentes. La arena también tiene su espectáculo: pequeños cangrejos blancos salen a dar la bienvenida al sol y se esconden con gran rapidez en su agujero a la menor señal. La playa y los cangrejos, aunque difíciles de ver, están en el video.
Frente a nuestro bungalow


   Tras unas horas de relajación entre el agua templada y las hamacas nos movemos. Pasearemos por el pueblo y subiremos a la otra playa. Hay gente, pero no la de ayer. Se nota que los hay que han venido para vivir más la noche que el día. Un detalle que observamos ayer es que a lo largo del paseo (de los paseos más bien) y de cualquier calle principal aparecen carteles sobre la ruta que hay que seguir en caso de tsunami. La huella que dejó aquí el incidente de 2005 se hace latente con este tipo de mensajes. La foto es de ayer, de ahí los nubarrones.

Ruta de emergencia en caso de tsunamiCalle típica de PhiPhi
















   Al llegar a la playa de Lodalum nos tumbamos en la arena, esta vez a la manera tradicional, toalla en tierra. Vamos alternando baño de mar y de sol. ¡Ya nos tocaba relajarnos!. En esta playa echamos la foto de la derecha ayer por la tarde. Por la mañana el agua ocupa la mayoría de la parte de arena que quedaba descubierta.

Longtail en Lodalum ayerPlaya de Lodalum
















   Cuando se acerca la hora de comer pasamos por el pueblo camino del bungalow y nos entran varios agentes ofreciéndonos billetes de ferri. Los precios son similares (entre 450 y 500 Baht) y elegimos a uno que, además de rebajarnos algo el precio a los 400 Baht (lo que supongo que se podrá hacer con todos), nos ofrece una solución para dejar las maletas en su oficina.

   Recogemos las maletas en el bungalow y volvemos a pasarlas entre arena y cemento hasta la oficina junto al pier, con la que habíamos acordado los billetes de vuelta. Después volvemos exactamente al mismo sitio de ayer a comer y pedimos lo mismo, y es que Eva se ha enamorado de esos espaguetis a la marinera.

   Nos quedamos a la espera en la entrada del pier y se nos hace algo larga. El pier tiene una división que separa el camino que siguen los que llegan del de los que marchan, así que cuando el ferri amarra nos acercamos a él. El proceso es como el de Phuket: las maletas a su montaña correspondiente - Ao Nang en este caso - y a colocarse en cualquier sitio libre.

Yendo de Phi Phi a Krabi

   El camino a Krabi es más bonito si cabe que el que hicimos desde Phuket, aunque podría ser que nos lo pareciera por el magnífico cielo que hay hoy. Las formaciones rocosas emergiendo del mar están ahí, pero además pasamos por pequeñas islas cuya blanca arena podía verse desde el ferri.

Yendo de Phi Phi a Krabi

   En una hora y media nos ponemos en la primera parada continental: Railay Beach. El ferri no puede acercarse hasta la orilla de la playa por razones obvias (es una playa), y como aquí no hay pier, el desembarco de maletas y pasajeros se hace a través de una barca intermedia. Esto se puede ver en el video, junto a lo más característico de Railay: ese enorme peñasco en forma de po... tente roca erecta.
Roca de Railay Beach










    La siguiente parada, un poco más a la izquierda, es la nuestra: Ao Nang. Al bajar nos esperan decenas de tuk tuks, con la sorpresa de que son diferentes a los anteriores. Si hemos estado en motos que iban delante y detrás de los pasajeros, aquí está la única alternativa: motos que van al lado. Como si se tratara de un sidecar evolucionado con asientos y techo de lona, el tuk tuk nos lleva a nuestro hotel para las próximas tres noches: Sunda Resort. Allí nos reciben dos amabilísimas musulmanas y un pez de lo más extravagante. Es grande y parece francamente deforme, pero entre sus diferentes rarezas yo destacaría que, mientras el acuario tiene algo escrito en Thai, sus lomos parecen tener algo escrito en la misma lengua de forma natural.

Pez en la recepción del Sunda Resort    Nos gusta mucho este hotel donde las habitaciones son bungalows independientes con porche al espectacular jardín con aires selváticos y dos piscinas a sendos lados. Mientras miramos las toallas dobladas sobre la cama que simulan una pelea entre dos elefantes, el diluvio aparece en el exterior. Lo que nos apetece es quedarnos allí, pero yo me veo obligado a volver a recepción porque la única reserva que no traigo imprimida resulta ser, mira tú por donde, la del único hotel en el que la necesitan: éste. Así que con un pendrive con un backup de mi correo y su propio ordenador consigo imprimir algo medianamente aceptable porque incluye el texto, aunque perdiera los gráficos.

   La noche cae y sólo saldremos de nuestro "apartamento" para cenar en el mismo hotel, ya sin lluvia. Está claro que mañana no iremos a Phang Nga.

Elefantes con toallas en Sunda ResortHabitación del Sunda Resort