|
|
Día
10
(4/12/2010) Sukhothai y Chiang Mai
Antes
Este día
salimos de Bangkok y debemos hacer noche en Chiang Mai, la capital del
Norte, pero no
usamos un vuelo directo porque queremos visitar SuKhothai por el
camino. La forma de conseguirlo es a través de un vuelo con una low
cost local a Phitsanulok a las 7 de la mañana. De allí pillaríamos un
bus a Sukhothai y, una vez allí, un tuk tuk para visitar el parque
histórico de
Sukhothai. Hacia el
mediodía, otro autobús nos ayudaría a salvar las 5 horas que
nos
separan de Chiang Mai.
La ruta en el mapa está marcada por:
A.- Phitsanulok
B.- Sukhothai
C.- Chiang Mai
|
Después
En el hotel nos tienen preparados dos desayunos
para
llevar, nos guardan una maleta que está a rebosar y nos consiguen un
taxi para el aeropuerto. Sin embargo, el taxista intenta regatear
cuando le pido que ponga el taxímetro. Comienza pidiendo 500 Bahts y
luego baja a 400, yo le digo que lo que diga el contador y nos hace
cambiar de taxi. El nuevo conductor prueba a hacer lo mismo y me pide
300, al final deja el contador. Al aeropuerto de Don Muang (el antiguo
aeropuerto internacional de la ciudad y que ahora ha quedado para las
líneas low cost) se pagan dos peajes que suman 105 Bahts (45+60) y la
carrera nos cuesta 150. Como no hay tráfico a esa hora nos ponemos en
20 minutos, con lo que a las 5:20 ya estamos facturando la maleta.
Hemos comido el contenido de nuestras cajas de desayuno en el
taxi, por el camino. No estaban mal, pero yo no puedo evitar que se me
caiga una lágrima de pensar el buffet que hubiéramos tenido por el
mismo precio. Mi único consuelo es pensar que el último día de este
viaje podré disfrutarlo de nuevo.
El vuelo con Nok Air resulta placentero, puntual y nos dan
agua y
una mini pizza. A las 8:00 estamos en el minúsculo aeropuerto de
Phitsanulok con un curioso avión. En seguida nos ofrecen taxi a la
estación de autobuses por
180 Bahts, a mi me parece mucho después de lo que ha costado el de
Bangkok y les digo que me voy en bus. Estamos una hora dando vueltas
hasta aceptar la idea de que no hay buses, ni tuk tuks, ni songtaews,
ni ninguna opción de salida de ese aeropuerto sino es el taxi. Nos
quieren pedir más, pero al final nos llevan por el precio original.
El trámite en la estación de autobuses es rápido: 37 Baths
cada
uno y una hora de trayecto a Sukhothai. Decidimos bajar en Old
Sukhothai pues también paran los autobuses a Chiang Mai y es donde está
el
parque histórico. Nos saltamos New Sukhothai y nos bajamos en la
siguiente sólo para vernos en medio de un camino donde la gente de una
cabaña donde venden bebidas se afana en ayudarnos, pero sin podernos
entender.
Mi idea de estación de autobuses al uso, con consigna donde dejar la
maleta, se ha esfumado en esta tierra de nadie. Al final, hacemos parar
a un tuk tuk que me responde 400 Bahts a mi pregunta de cuánto nos
cobra por recorrer los seis templos que llevo anotados del parque
histórico. Como el tuk tuk es suficientemente grande cargamos las
maletas en él y comenzamos nuestra visita pensando en volver a ese
sitio donde parece que paran los autobuses a Chiang Mai.
La idea es visitar seis templos: 4 en la zona amurallada y
dos en
la zona Norte (hay que pagar una entrada para cada zona) y el conductor
ha calculado que estaremos unas 3 horas. Los templos son:
1- Wat Mahathat
2- Wat Si Sawai
3- Wat Tra Phang Ngoen
4- Wat Sa Si
5- Wat Phra Phai Luang
6- Wat Si Chum
Los tuk tuks de aquí son otra variante diferente. Tenemos la
moto
con remolque de Siem Reap, los de Bangkok, que son vehículos
completos por si mismos y éste que es una moto empujando un
compartimiento de dos ruedas con dos hileras de asientos a los lados y
cubierto por un toldo.
El lugar respira belleza y
placidez. Los lagos con loto flotando y las ruinas de templos con budas
blancos y chedis desgastados se alejan lo suficiente de otros lugares
como Ayutthaya o Ang Kor como para que merezca su visita
independientemente.
El tuk tuk va parando en la entrada de cada uno de los
templos de
la lista en un recorrido que no se podría hacer andando. La zona
amurallada es una gran planicie repleta de templos, por lo que desde
uno puedes ver otros de lejos. La guinda final está en el último
templo: Wat Si Chum. Lo que se ve es un cubo con una rendija por la que
asoma un buda, pero este buda es colosal. Podéis comparar
conmigo
en la foto de abajo.
El tour nos resulta muy tranquilo y sorprendentemente mucho
más
rápido de la impresión que me había hecho leyendo sobre
este lugar. En dos horas hemos visto los 6 templos de nuestra
lista y
estamos listos para irnos, aunque por alguna extraña razón que no
comprendo y que no me interesa preguntar, no nos han cobrado entrada al
recinto que, como hemos estado en dos zonas, ascendía a 600 Bahts. Sin
embargo, el conductor está a su vez contento con nuestra rapidez y en
vez de dejarnos en aquel camino, recorre los kilómetros que nos alejan
de la gran terminal de New Sukhothai con lo que nuestras opciones se
multiplican considerablemente. Tanto, que decidimos comprar unos
sándwiches y otra comida para llevar y embarcarnos en el autobús de las
13:00.
El trayecto no fue tan cómodo como cabría
desear, mayormente por la imposibilidad de huir del gélido aire
acondicionado y de las más de seis horas que acaba durando. Nos han
puesto por la tele un
extraño concurso tailandés en el que un grupo de cómicos no paran de
representar gags y nos resulta curioso.
En la
parada de autobús de Chiang Mai me piden 150 Bahts. Yo se que el hotel
está muy cerca, pero estamos demasiado cansados como para incluso
regatear y acabamos en nuestro hotel sobre las 19:30 con pocas ganas de
hacer cosas. El hotel es de lo más coqueto y alguien parece haber
estado pensando en como hacer de cada mínimo
detalle un
diseño original. El Banthai Village ocupa los dos lados de una estrecha
calle, y cuando digo estrecha me refiero a menos de dos metros. Ambos
lados están protagonizados por la cuidada y alta vegetación tropical.
El hambre vence a la pereza y comenzamos
a caminar hacia el río para cenar en el famoso Riverside. Enseguida
vemos que la ciudad es muy diferente a Bangkok, con calles muy
estrechas - aunque superando esos 2 metros - y edificios de dos
plantas. Es de noche y estamos atravesando callejones muy oscuros y
solitarios, por lo que cabría destacar la ausencia de temor a que te
pase algo. Es la magia de este país. El porcentaje de tuk tuks frente a
coches también es mucho más alto aquí. Como no
damos con el río y es muy difícil ser peatón aquí, acabamos
pillando un
tuk tuk al restaurante por 30 Bahts.
La cena es
genial, todo esta riquísimo. Pedimos dos Pad Thais y una costillas a la
barbacoa para mi y filete mignon para Eva y nos sale por 800 Bahts con
un par de cervezas cada uno.
Encima tienen música en directo y nuestra mesa junto al río.
Un buen broche para un día muy largo en el que
hemos recorrido una larga distancia en varios vehículos.
Mañana nos pasarán a recoger temprano para un día
muy especial.
|
|
|
|