El día completo está dedicado a la visita de Petra. La idea
es
conducir hasta el Visitor's Center y, a partir de ahí, caminar por el
Siq hasta el Tesoro. Allí decidiremos si subimos al Monasterio andando
o en burro, pero sí está claro que comeremos en el restaurante que está
justo donde comienza esta subida.
Las referencias del mapa son:
3- El Siq
4- El Tesoro
22- Subida al Monasterio y restaurante
24- El Monasterio
Gastos
previstos para este día (por persona):
Entrada a Petra: 50 JOD
Buffet en restaurante: 25 JOD
Después
Pues de temprano nada, entre levantarnos,
desayunar y
cambiar dinero nos subimos en el coche a las 9:15h. Sin embargo, la
idea que tenía de que Petra estaba a las afueras de Wadi Musa es falsa
y en dos minutos estamos aparcando en la entrada. Los tickets son 50 JD
por persona.
Ahora toca caminar: desde la entrada
hasta el Siq habrá cerca de un kilómetro y en el Siq se camina una
distancia algo más larga. Para la primera nos ofrecen caballos. Eva
acepta cuando el jinete nos recuerda que están incluidos con la entrada
y que sólo hay que dar una propina.
Cuando llegamos
donde empieza el Siq, nos hacemos unas fotos con el caballo y el amable
beduino al que le damos 2 JD. El Siq es un estrecho desfiladero entre
altas y hermosas paredes de roca rosada. El único medio de transporte
aquí es un carromato biplaza a 20 JD el trayecto. Caminamos por él
disfrutando de cada rincón y adelantando a los grupos que forman los
tours.
Y entonces, antes de lo que esperaba,
enfrente aparece El Tesoro con un brillo espectacular dado por el sol
de la mañana. La fachada es imponente y la gente se acumula absorta con
la imagen que tienen delante.
Un niño comienza ya a
ofrecernos burritos para subir al monasterio. Eva negocia hasta los 7
JD, pero como mi madre tiene pánico a estos animales tomamos la
decisión de que mis padres y yo subiremos andando. Yo envidio a Eva y
su burro.
Cuando dejamos El Tesoro pasamos por
entre las paredes de rocas llenas de tumbas ancestrales hasta llegar a
las ruinas de la ciudad romana. No nos detenemos demasiado porque hemos
de volver por el mismo camino y hemos decidido encarar la subida al
Monasterio ahora, cuando todavía tenemos energías. Alrededor de otro
kilómetro, que Eva ya ha hecho montada en burro, nos lleva al comienzo
de la subida y llega el momento que más he temido de todo el viaje.
Tardamos más de una hora en subir, parando periódicamente a
descansar. Todos los que nos cruzamos son españoles y continuamente les
preguntamos si falta mucho para acabar con esta penitencia. Cuando Eva
nos saluda desde la cima parece mentira que lo hayamos conseguido. La
recompensa es contemplar la imponente fachada tallada en la roca y el
bar que ofrece sombra, refrescos y descanso. Tomamos unos vasos de
limón con menta a 3 JD cada uno.
La bajada no es
comparable y se hace en mucho menos tiempo, abajo nos espera el
restaurante vacío con su buffet por 17 JD, bebidas aparte.
Iniciamos el camino de vuelta fijándonos más en las ruinas
romanas y yo tengo los pies repletos de heridas. La sandalia no es el
calzado adecuado para visitar Petra, la arena fina se coloca
por
dentro y provoca rozaduras.
Nos ofrecen
continuamente, como a la ida, viajes en camello o en burro, pero lo
hacemos todo andando. Cuando llegamos a El Tesoro, éste nos muestra su
imagen vespertina, muy diferente a la de la mañana, habiendo perdido su
brillo del sol y la gente admirada. Ahora estamos solos ante él y
descansamos ante su imponente imagen antes de emprender el último tramo
hasta el coche: el Siq. Desde El Tesoro, este desfiladero se muestra
como en la foto de abajo a la derecha, realizada esta mañana. No es más
que una raja en la roca y a mí me recuerda a un culo.
Llegamos al coche anocheciendo y
agotados. De
ahí al hotel nos ponemos en un momento.
Eva y yo
vamos a un cibercafé en la calle del hotel a mirar el email y,
mientras yo reviso mi correo, Eva se pone a hablar, primero con el
informático, y luego con el dueño. Éste último nos enseña un foto suya
con la Duquesa de Alba y comienza el cachondeo. Entonces aparece otro
joven beduino hablando un muy buen castellano "¡La Duquesa de Alba!
Mmmmmm". No se referirá a lo que pienso. "Gallina vieja hace buen
caldo", nos dice. Pues sí se refería a eso.
Se nos
hacen la una charlando con ellos y dándole a la shisha. Riéndonos mucho
y comparando culturas. El que habla bien español nos pone en su móvil
un programa de la 2 en el que sale él representando el papel de
beduino. Todos
tienen móviles de última generación y el menos famoso con el que se han
fotografiado es Bill Clinton. Cuando vuelven a casa con sus mujeres
nosotros también nos recogemos sabiendo que hemos de madrugar para un
día que hemos de acabar ya en Egipto.