Tras haber dormido cerca del aeropuerto, es de suponer que el jet lag
nos hará levantar temprano. La idea es ir a Santa Monica tras desayunar.
Daremos un paseo por Santa Monica, la playa de "Los
vigilantes de
la playa" y su familiar pier que aparece en multitud de películas y
series. Podríamos finalizar el paseo por la 3rd Street Promenade, una
de las calles con más ambiente de Los Angeles, ahí cerca, si es que no
hubiéramos estado la noche anterior.
Los coches nos llevarían después a Hollywood para ver el
Paseo de la fama y el teatro chino y, dependiendo de
la
hora, miraríamos un buen lugar para ver la famosa señal antes de entrar
en los estudios Universal, que son los únicos que se pueden visitar en
Domingo, aunque como parte de un impresionante parque temático:
Ya por la tarde, cuando consigamos escaparnos del hechizo de
la Universal, iríamos al hotel a recoger las maletas y entregar el
coche en
el aeropuerto.
A las 22:30 despega nuestro avión, con lo que
alrededor de las 20:00 nos iríamos yendo al aeropuerto.
Los sitios en el mapa son:
0- Aeropuerto y Travelodge Hotel at LAX
1- Santa Monica y 3rd St. Promenade
2- Estudios Universal
3- Letras de "Hollywood"
4- Paseo de la fama, teatro chino y Kodak theater.
Gastos, aparte el alquiler de los coches y la
comida:
Entrada a Universal Studios: 80$
Después
Yo soy dormilón y por eso no me explico que habiéndome
acostado
pasada la medianoche se me abran los ojos y me encuentre perfectamente
despierto a las 3:40h. Pienso que el despertador está mal, pero
recuerdo que noche iba bien y los digitales no se paran. Tengo que
seguir durmiendo, pero no lo consigo.
No soy el
único y voy reclutando gente despierta - a base de hablar o hacer ruido
para que salgan de su habitación - con la que coincidimos en la hora:
de momento, todos nos hemos despertado a las tres y algo. Nos falta una
habitación de tres personas. Nos ponemos a hablar en la puerta, pero
eso no "despierta" su interés en salir. Así que usamos algo más
drástico: un golpe "accidental" en la puerta y sí, ya nos reunimos
todos. También se han despertado a las tres y algo, sólo que ellos han conseguido volverse a dormir.
Se
apuran los cafés en la cafetera que tienen las habitaciones de todos
los Travelodge y acabamos yendo a desayunar a las 7. Es hora punta y
nos cuesta conseguir mesa.
Sorprendentemente, dada
la velocidad demostrada ya en el primer día, a las 8 estamos en marcha.
El trayecto no es largo, pero las rectificaciones en el último momento
tienen frito al conductor del coche que me sigue. 8$ de tarifa
plana en el aparcamiento de la playa de Santa Monica y enseguida
acabamos metiéndonos en las vasta superficie de arena, que muestra
grupos de surfistas aquí y allá, pero que a estas horas está mayormente
vacía. Aunque dudo mucho que algo tan grande llegue a estar lleno jamás.
Nos maravillamos con todo: las algas, las casetas de los vigilantes de
la playa - incluso acabamos saludando a uno de ellos -, todo con la
bonita imagen del pier al fondo.
Caminamos en la orilla acercándonos al pier. Al mojarme los pies ya
puedo decir que no está tan fría como la vez que estuve aquí. Al llegar
al pier por el agua nos encontramos adentrándonos en el bosque de
pilares que hay bajo él. Es un lugar extraño y encantador y nos pasamos
un buen rato allí antes de decidir salir por el otro lado, donde están
haciendo un reportaje a una modelo en el que no pretende mostrar ropa
precisamente.
De ahí subimos, paseando entre las atracciones
paradas a esta hora, y volvemos por el asfalto, junto a la Muscle Beach
hasta alcanzar el parking.
Esta primera visita nos ha encantado a todos, con
lo que esperamos lo mejor de lo que queda del día. La idea ahora es
combinar tres autopistas para llegar a Hollywood pasando por el
downtown: la 10, la 110 y la 101.
Cuando entramos a la 110 desde la 10, a la derecha
tenemos el enorme edificio verde del Centro de convenciones al que no
le apartamos la vista, ya que en cuanto se acabe, dejará ver el Staples
Center que tiene detrás. Vemos el templo de los Lakers y los
rascacielos de cerca, pero tanto "mirar" no ayuda a la conducción, y me
encuentro saliendo de la autopista cuando ya tenemos una mediana entre
nuestros coches y el camino correcto. A ver si hay suerte y podemos
reincorporarnos fácilmente.
Sí claro, si te equivocas lo pagas, y nos
encontramos dando vueltas entre los rascacielos del dowtown cada vez
más perdidos con respecto a la autopista. No se ve gente por las
calles, así que consigo preguntar dos veces a dos conductores de coches
que se me paran al lado. Así conseguimos, no sin una dosis de fortuna -
un bollo monumental -, meternos directamente en la 101 que lleva a
Hollywood. Seguirme no ha tenido que ser fácil, y la ironía en los
comentarios que viene del walkie talkie que tenemos para comunicarnos
entre los coches así lo demuestra.
La salida ya marca Hollywood Boulevard,
que es el nombre de la calle que se ha hecho famosa como "Paseo de la fama". Avanzamos por
ella y llegamos a aparcar hasta dos veces en una extraña zona azul que
no nos deja estar seguros de que están bien, así que al final usamos el
inmenso parking del centro comercial que alberga el Kodak Theater - que
descubro que ahora se llama Dolby theater -. Eso nos permite pillar los
ascensores hasta los miradores que tienen a la señal de Hollywood que
hace de centinela de este barrio, y que ya habíamos podido ver desde el
coche al acercarnos.
Visitamos varias tiendas antes de imbuirnos en el
paseo, observar algunas estrellas, pasar entre la gente disfrazada y
los diversos raperos que tratan de venderte su disco tal cual y llegar
al Teatro Chino. Allí han inventado un sistema para "obligar" a hacerse
una foto antes entrar al recinto, que cuenta con una colección huellas
de pies y manos de famosos actores ante la fachada china de la entrada
del teatro.
El calor aprieta, por lo que nos paramos a mirar
las huellas que están en la sombra. Algunos nos hacemos con helados
aprovechando que los tiene gigantes: "King cono" sería la versión mayor
del clásico "frigolín".
Tras entender cómo funciona ese lugar cuando se
entregan los Oscars decidimos marchar ya a la Universal y dedicar el
tiempo que nos queda allí.
Nos ponemos enseguida y un "Esta vez ha sido muy
fácil, ¿no?" desde el walkie talkie lo atestigua. Dejamos los coches en
manos de los aparcacoches y salimos a lo que llaman "City walk", una
gran zona de ocio llena de restaurantes, tiendas y locales de
entretenimiento varios. La guitarra del Hard Rock café es enorme. Hay
una gran estatua de un mejicano que no es más que el reclamo de un
restaurante llamado "Cantina de Camacho", pero nosotros aquí vamos a
tiro fijo y acabamos en el local típico americano en el que ya
cenáramos hace unos años
.
Y así llegamos a Suddle Ranch, pasando por la
famosa fuente con el logo de la Universal y frente a la misma entrada
del parque. Allí nos traen esas raciones y cervezas enormes que tanto
recordaba.
Tras la comida, en la que se empeñan en regalarnos
cinco vasos (??), uno por cerveza, por fin toca entrar en la Universal.
Los vasos nos esperarán a que salgamos.
En la taquilla flipan un poco con que paguemos los
80$ de la entrada para sólo 4 horas, pero es lo que hay.
Dentro, vamos
directamente al Studio tour donde vemos varias colas y, aunque nos
dicen que el tour en español es el siguiente, nos metemos en ese, el
primero que podemos.
Durante el recorrido podemos ver el motel y la casa de "Psicosis", el
barrio de "Mujeres Desesperadas", la plaza con la torre del reloj de
"Regreso al futuro" - aunque un poco cambiada para poder ser usada en
otros rodajes, como el de la serie "Entre fantasmas" -, vehículos de
series y pelis como "el coche fantástico" o el Ferrari de "Magnum", los
sets con efectos especiales de "Tiburón" o "A todo gas" y un sinfín de
cosas más que nos maravillan. Aunque al acabar, lo que comentamos todos
es la experiencia vivida con King Kong. Nos han metido en un sitio
donde nos hemos puesto gafas 3D y, a partir de ese momento,
hemos vivido el peligro entre dinosaurios que nos atacaban por nuestra
apetitosa apariencia y King Kong luchando con ellos para salvarnos.
¡Impresionante!
Tenemos claras las dos atracciones que no nos podemos perder: Los
Simpsons y Transformers. Las dos se basan en vivir la experiencia de
forma virtual e impresionan sobremanera. En la de Transformers tenemos
el gafe de quedarnos colgados a la mitad por un fallo de sistema en lo
que sería una situación bastante surrealista. Nos dejaron repetir
gratis, por eso.
Por último, nos metemos en la exposición de objetos de cine y
comprobamos que rápidamente se han hecho las 18:00h, con lo que tenemos
que emprender la vuelta dejando la atracción de "Parque Jurásico"
atrás, que hubiera sido la siguiente.
De ahí y de carrerilla, sin problemas, recogida de coche (¡25$ el
parking de los aparcacoches de la Universal), llegada al hotel con
recogida de maletas, entrega de coches, transfer al aeropuerto y al
avión para recorrer otra cuarta parte del planeta y así completar una
mitad.
Aunque de la lista de tareas, la entrega de coches no debería estar
entre la de sin problemas, ya que vivimos un proceso de entrega
"extraño", con un tipo empeñado en que si teníamos que pagar en
efectivo por la gasolina, como quedamos con el de ayer, 84,85$ y yo le
doy 85$, resulta que falta un dólar. Menos mal que al lado tenía a uno
"listo". Ah y lo de quédate el cambio ni hablar, hay que perder unos
minutos esperando que vengan con los 15 centavos, ¡para cada coche!