Día 11 (18/09/2012)   Glaciares Franz Joseph y Fox


Antes   

   
Ruta NZ Día 8

   Partiremos del punto en el que hayamos acabado la jornada anterior, lógicamente. Si no hemos podido ver las Pancake Rocks, lo haríamos ahora.

   La clave está en llegar al Glaciar Fox a las 13:30h, que es cuando comienza la excursión al - y por el - glaciar. Tal como muestra el video de la web de los que ofrecen el tour:

http://www.foxguides.co.nz/

   Antes, habremos pasado por lugares como Hokitika, un pintoresco pueblo donde se venden joyas hechas con el jade verde típico de Nueva Zelanda y sagrado para los maoríes.

   También se encuentra antes el Glaciar Franz Joseph, que sólo observaremos, sin adentrarnos en él.

   Por ahí está el camino que nos llevará al lago Matheson, uno de esos lagos de aquí con una capacidad reflectiva nunca vista: es un puro espejo.

   Después avanzaríamos en nuestro camino hasta Haast lo máximo posible. La ruta de este día sería de aproximadamente 300 Km, que se hacen en 3:40h.

   Gastos de las actividades:

Tour por el glaciar Fox:   109 NZD

Después

   

   Madrugamos porque tenemos en perspectiva llegar al glaciar antes de las 14:30h, la hora del último tour. Así que a las 7:00h salimos del holiday park directos a la cercana colonia de focas. Nos han garantizado un 100% de posibilidades de ver focas.

   Cuando aparcamos las caravanas son otros visitantes los que llaman nuestra atención: unos extraños "pollos" aparecen y se acercan a nosotros desvergonzadamente en busca, al parecer, de comida. Más tarde aprenderíamos que el nombre de estas aves es weka.

Weka en el parking de la Seal ColonyEstamos lejos de todos sitios
















   Jugamos un rato con ellos hasta que decidimos emprender el camino, rodeado de yucas y unas espectaculares vistas de la playa salvaje, hasta la colonia de focas. Efectivamente están ahí, aunque su camuflaje natural hace que se confundan con las rocas. Hay algunas jóvenes, como la de la foto.

Mirador a la colonia de focasFoca joven en la colonia















Colonia de focas de Westport

   Son tan graciosas que nos quedamos un buen rato observándolas antes de decidir salir hacia el punto que deberíamos haber visitado ayer: las Pancake Rocks. Todavía no hemos entrado en el mapa del día de hoy.

   Tras una hora de conducción aparecemos por fin en ese mapa y aparcamos frente a la entrada de las Pancake Rocks, en un área compuesta por el parking, un restaurante y un i-site, que también hace de tienda de regalos. El nombre completo de este sitio es “Punakaiki Pancake Rocks y blowholes” y venir esta mañana va a hacer la visita mejor que si hubiéramos venido ayer por la tarde, ya que ahora hay marea alta y eso hace funcionar el último apellido de este sitio: los "blowholes", unas hendiduras en la roca que, cuando la marea está lo suficientemente alta, actúan como géiseres con el agua que entra con fuerza al golpear las olas.

Camino a las Pancake RocksPancake Rocks















Pancake Rocks


   De nuevo el camino de acceso es entre yucas hasta llegar a la costa. Allí, podemos ver las Pancake Rocks. Las rocas son extrañas y espectaculares, pero el paisaje costero que además las acompaña forma una estampa magnífica. Nos gusta mucho esta visita.

Pancake Rocks

   Lo siguiente a hacer está claro: como en el mismo aparcamiento hay un i-site, reservamos ahí el tour por el glaciar de esta tarde y nos ponemos en marcha para llegar a él. Sin embargo, en el i-site nos atienden tres jóvenes muy sonrientes que se empeñan en no llamar si quiera a la compañía que se encarga de los tours en el glaciar Fox porque nos dicen que es absolutamente imposible que lleguemos a tiempo. Nos hablan de 4 horas de carretera y, siendo las 10 pasadas, no tenemos ninguna opción. Ellas son de aquí y trabajan informando a la gente sobre la zona, pero a mí no me cuadran sus números, así que salimos pitando para el Sur.

Puente estrecho    Pasamos por paisajes costeros e incluso un puente que también es vía del tren y tiene unas paredes que apenas dejan un palmo de distancia a cada espejo retrovisor. Las montañas nevadas comienzan a aparecer y, pasadas 3 horas, estamos convencidos de que llegamos a tiempo. Sin embargo, cuando llamo para reservar me indican que no hay plazas para 8 personas. Evito preguntar si a las 10h había plazas para no odiar inútilmente a tres incompetentes. No quiero ser grosero, pero si tu trabajo es dar información adecuada a los visitantes y lo que dices que es imposible se hace sobradamente, tu información era claramente mala. ¡Y todavía no entiendo la negación a llamar, aunque sólo fuera por si acaso!

   Pienso que todavía nos queda una opción: parar en el glaciar Franz Joseph, que está un poco antes y ver si podemos hacer el tour en él.

Paisaje de la West Coast

   Cuando paramos en la gasolinera del pueblo del glaciar Franz Joseph yo me escapo a la empresa de tours, que está al lado, pero ellos sólo tienen un tour por la mañana. Entonces vuelvo a llamar a los del glaciar Fox para, al menos, asegurarme un tour mañana por la mañana, pero me dicen que no hay plazas. Mientras va a comprobarlo yo ya me dirijo al local que acabo de dejar para, en caso de confirmar que no podremos hacerlo en el Fox, reservar para mañana aquí, que me han dicho que podíamos. Sin embargo, cuando la chica vuelve al teléfono me dice "Lo siento, pero sólo quedan plazas para el de las 8:10h... (??). ¡Pero si es perfecto!.

   Una vez reservado ya nos podemos relajar. Nos han dado la tarde libre, así que paseamos por el pueblo y por sus tiendas y montamos un plan nuevo: iremos a ver este glaciar desde fuera y luego conduciremos hasta el otro, donde visitaremos un famoso lago y haremos noche.

Pueblo del Franz Joseph GlacierPueblo del Franz Joseph Glacier
















   Nos hacemos principalmente con souvenirs y comida y conducimos por una estrecha carretera plagada de una especie de badenes para obligarte a ir despacio y que hacen temblar toda la caravana. Cuando llegamos al parking, todavía tendremos que andar unos veinte minutos, así que decidimos comer allí. Junto a nosotros aparecen una pareja de keas, el loro de montaña autóctono, famoso por su habilidad para robar comida.

Keas en Franz Joseph GlacierPicnic en Franz Joseph Glacier
















   Cuando recogemos nuestras mesas y sillas de camping las aves ya se han ido y nosotros caminamos por un precioso bosque selvático, junto a un arroyo, hasta llegar al glaciar y al enorme lecho de cantos que deja y por el que circula el agua que suelta. El paisaje de la lengua de hielo descendiendo por un estrecho cañón de la montaña nevada es extraordinario.

Cima del glaciar Franz Joseph Glacier desde el parkingArroyo en el camino al Glaciar Franz Joseph















Glaciar Franz Joseph"Cara" del Glaciar Franz Joseph

















   Estamos deseando subirnos a un glaciar, pero antes, conducimos hasta el pueblo del glaciar Fox y pasamos de largo el local donde debemos presentarnos mañana porque vamos directos al lago Matheson para aprovechar las pocas horas de luz que quedan.

   Hay un camino que rodea el lago completamente en una hora. Lo que tiene de particular este lago es que tiene un color marrón oscuro, como el brandy – lo que me recuerda al río Brandivino -, y el agua al ser oscura, junto con lo quieta que está, hace a la superficie reflejar con gran nitidez de forma que las fotos se muestran simétricas horizontalmente.

Lago Matheson

   Desde este lugar pueden verse los dos picos más altos de Nueva Zelanda desde aquí: los montes Cook y Tasman, la postal que ofrece puede ser espectacular. Pero ahora está nublado, y los picos de las montañas ocultos, con lo que nos tenemos que conformar con el paisaje que tenemos. Además, el camino entre selva es precioso y tenemos las vistas que queremos bastante antes de llegar a la mitad del recorrido de una hora, con lo que ahorramos tiempo volviendo hacia atrás.

Río BrandivinoCamino del Lago Matheson















Lago Matheson











Camino del Lago Matheson

















   Lo único que queda por hacer es acampar, y para eso hemos escogido una playa, siguiendo la misma carretera que nos ha traído al lago. Recorremos unos cuantos kilómetros de carretera de grava antes de llegar al aparcamiento que, sorprendentemente, está bastante lleno. No es de extrañar, si han venido buscando lo mismo que nosotros: una interminable playa compuesta por millones de piedras planas desde la que se pueden ver las montañas nevadas y, por si fuera poco, es el momento de presenciar la puesta de sol.

Playa de GillespiePuesta de sol en la Playa de Gillespie