Día 16 (23/09/2012) Dunedin y Oamaru


Antes   

   
Ruta NZ Día 13
   Si la noche anterior pudimos ver los pingüinos pigmeos azules en Oamaru, saldríamos sin prisas camino a Parque Nacional del Monte Cook, el pico más alto de Oceanía. Primero pararíamos en el lago Pukaki (foto de la cabecera de estas páginas) y luego en el lago Tekapo, para finalizar la jornada.

   Sin embargo, estamos ante un día que podría haberse usado ya para dar flexibilidad a la ruta y que incluso podría no tener mayor interés si ya hemos visto el Monte Cook en la costa Oeste, reflejado en el lago Matherson y/o si hay nevadas y no podemos conducir hasta allí.

   El plan normal, por eso, sería salir de Dunedin y parar en Moeraki Boulders, una playa con unas misteriosas rocas esféricas.

   De ahí continuaríamos hasta Oamaru, para hacer el tour diurno para ver esos pingüinos únicos en el mundo:

http://www.penguins.co.nz/

Luego ya saldríamos hacia la zona montañosa del Parque Nacional del Monte Cook, tal y como se ha explicado al principio.

   Serían unos 250 Km desde Dunedin, que deberíamos hacer en unas 3:15h.

Después

   
Entrando en Dunedin   Probablemente sea la primera mañana que no hay prisa por salir del camping. Los deberes de este viaje ya están hechos y lo único que nos queda delante son dos días para llegar a Christchurch, a unos 350 Km de aquí.

   Al final, la única visita en el plan de viaje que no se hace es la del Parque Nacional del Monte Cook, aunque ya era la más frágil desde el principio. Yo sé que no la vamos a hacer desde que recogimos las caravanas en Auckland y nos dijeron que la hora máxima para entregarlas en Christchurch es mañana a las 14:30h. Luego, cuando una pareja de australianos nos comentaron en las Pancake Rocks que habían necesitado cadenas para llegar allí, la ausencia de ese lugar en nuestro itinerario no hizo más que confirmarse.

   Así que tenemos tiempo de sobra, algo a lo que no estamos acostumbrados, y tras el desayuno aprovecho para probar la piscina climatizada que tienen aquí y usar una tarjeta de 10$ Dunedinpara gastar los 20 minutos a un fijo español hablando con  Barcelona. Después, como los veo a todos en actitud de espera, decidimos adelantar la hora de partida a las 10h.

   Nuestra primera visita de hoy será a las Moeraki Boulders, unas extrañas piedras esféricas en la playa y que nadie ha logrado deducir qué hacen allí. Pero es necesaria una marea baja para verlas, así que, según mi horario de mareas, cuanto más tarde, mejor.

   Para llegar tenemos que atravesar Dunedin, lo que nos da la oportunidad de ver su centro a la luz del sol y después, una hora de coche más tarde por la motorway 1, aparcamos las caravanas en el parking de las bien señaladas Moeraki Boulders.

   Allí, nos encontramos con dos ciervos vallados junto al parking que parecen estar acostumbrados a que la gente les dé de comer. Yo sólo tengo chuches, y parece que también les gustan.

Ciervos en Moeraki BouldersCiervos en Moeraki Boulders
















   Luego pasamos entre la tienda de regalos y la cafetería para alcanzar las escaleras que llevan a la playa, donde hay varias personas haciéndose fotos junto a las extrañas rocas.

Moeraki Boulders

   Estas enormes bolas de piedra dan mucho juego y, aparte de un entorno magnífico, las esferas quedan muy bien en las fotos.

Moeraki BouldersMoeraki Boulders















Moeraki BouldersMoeraki Boulders

















   De nuevo en carretera, no tenemos pensado parar hasta la ciudad de Oamaru, famosa por su colonia de los escasos pingüinos azules pigmeos. Eso es sólo a media hora en carretera, con lo que nos ponemos pronto en la ciudad y vamos siguiendo las señales que apuntan a la colonia de pingüinos como migas de pan que nos ayudan a llegar a nuestro destino, junto al mar, que presenta un vistoso color azul pálido. También hemos pasado por una zona catalogada como "victoriana" y nos ha parecido ver alguna mujer vestida de la época de Jack el Destripador, como a finales del XIX, justo después hemos pasado por un mercadillo en frente del cual ha arrancado un tren de época que ha llegado a la estación junto al aparcamiento mientras estamos saliendo de las caravanas. No sabemos de qué va esto.

Señal de tráfico en Oamaru

Puerto de Oamaru   Lo comprobaremos después, primero entramos en el centro de visitantes donde pagamos los 12$ por persona para que nos hagan un tour privado. La misma mujer que nos ha cobrado en el mostrador nos lleva por el pequeño recinto mostrándonos los nidos que tienen preparados para los pingüinos y, en una caseta de madera, tienen visores que permiten acceder al interior de los mismos, donde podemos ver varios ejemplares incubando huevos.
 
 Son más parecidos a pájaros, por tamaño y por fisonomía, del mismo azul pálido del mar, y se ven tan cercanos que parece que se puedan tocar, aunque lo que no se puede es fotografiarlos. Curiosamente, éstos son los machos, ya que las hembras son las que han salido a traer comida. Hay unas gradas montadas para que el público pueda verlas regresar, al anochecer, a sus nidos.

Entrada a la reserva de pingüinosGradas en la reserva de pingüinos
















Nidos en la reserva de pingüinos

   Cuando llegamos a una especie de espigón, podemos ver una foca recogida en las rocas y disfrutamos de las vistas hasta que decidimos salir y explorar esa zona histórica que hemos visto antes. En realidad, ya no hay nada más en la agenda para hoy.

   Cuando llegamos el mercadillo ha desaparecido, aparcamos en la explanada donde estaba y leemos un letrero que anuncia que los domingos hasta las 13h no se puede aparcar allí por el "Farmers market" (mercado de granjeros). Son las 13:02h y aquí ya no hay nada, así que paseamos hacia la colindante zona victoriana a explorar las calles desiertas de edificios antiguos que vemos.

   Es difícil definir lo que vemos, es como un intento de tener un par de calles mostrando el día a día de finales del siglo XIX, pero parece más un intento que han decidido unos pocos, más que algo gubernamental. Desde luego, las calles y edificios mantienen vivo este espíritu que los cuatro vecinos vestidos de época tratan de explotar. Las tiendas siguen la tendencia con sus letreros de época. Pasamos junto a una sombrerería que es un negocio real. No puedo evitar hacerle una foto a una mujer a la que parece que se le ha ido la mano a la hora de vestirse para pasear por el Londres victoriano. No se puede decir de otra manera: estamos flipando. La zona transmite un frikismo que da escalofríos.

Oamaru victorianoOamaru victoriano















Oamaru victoriano











Oamaru victoriano

















   El paseo ha sido tranquilo y volvemos a las caravanas habiendo decidido qué hacer hoy: vamos a conducir hasta Christchurch y pararemos en un sitio bonito por el camino para comer lo que nos preparamos anoche.

   Y así lo hacemos, sobre las 15:15h paramos en un sitio etiquetado como merendero, aunque no destaca por bonito. Unas desvencijadas mesas con asientos pretenden invitar al almuerzo, pero yo como de pie.

Paisaje de camino a ChristchurchPinic camino a Christchurch
















   Nos queda poco más de una hora para llegar a Christchurch y casi ningún paisaje neozelandés nuevo por vivir, por eso parece que nos fijemos más por donde pasamos, porque somos conscientes de que nos estamos despidiendo. Por eso fotografiamos sitios como el largo puente de la foto.

Puente camino a Christchurch

   No son ni las 17h cuando alcanzamos el Holyday Park escogido, el último. Está junto al aeropuerto y nos ofrece varias ventajas, más de las que pensábamos. Cuando hablamos con la chica de recepción, parece que este último camping nos va a solucionar todos los problemas para mañana: podremos dejar el equipaje aquí hasta que debamos ir al aeropuerto, el viaje al mismo nos lo incluyen gratis, el local de Apolo donde debemos entregar las caravanas mañana está aquí al lado y el único sitio que queremos visitar: Willowbank Wildlife Reserve, también.

   Sólo nos quedará el vaciado de depósitos y llenado de agua y gasolina pendiente para hacer mañana antes de entregar las que han sido nuestras compañeras de viaje estas últimas dos semanas. Por hoy, ya podemos descansar.