Día 14 (29/10/2014)   Kuredu: mantarrayas

Antes   


   Día de solaz relax en Kuredu.

Kuredu

Después

   Nos levantamos temprano pero cuando el cuerpo decide. Voy a desayunar con el equipo de snorkel preparado para el tour de las mantarrayas, pues he de estar ahí sobre las 8:30h, aunque el tour es a las 9h. Hoy el sol no se ha presentado y las nubes oscuras anuncian algo de lluvia.

   A pesar de la llovizna haremos la excursión y me despìdo de Eva, que tiene hora en el Spa mientras yo me voy a nadar a aguas abiertas. Nos explican que las mantarrayas son grandes, pero inofensivas, aunque sorprendentemente rápidas. El consejo es que no tratemos de perseguirlas porque no tenemos nada que hacer. Con nosotros vienen dos guías: uno que buceará con nosotros y otro que hace de vigía oteando el mar desde el lugar más alto de la lancha.

   No somos los únicos, hay más barcos con turistas buscando lo mismo, así que la primera aproximación es la más sencilla: ir donde están las barcas. Pronto asoma una especie de aleta negra. Ya hemos localizado a una, pero entre que saco la cámara y hago una foto sólo pillo parte de la espuma que deja al ocultase. Sin embargo, la tarea es más difícil de lo que parece y, entre que nos preparamos para bajarnos al mar, la manta ha desaparecido, así que no llegamos a bajar. Aunque otros grupos sí lo hacen.

Buscando mantarrayas con mal tiempo

   Seguimos buscando, atentos al nuestro vigía que escrutina el mar desde lo más alto que puede. Tardamos una media hora, en la que nos alejamos de los otros grupos, hasta que al final localiza de nuevo al animal. Nos explican que otras veces han encontrado grupos de mantarrayas, pero hoy sólo hay una. Cuando nos dan la señal para que nos tiremos al agua aparece la manta por encima de la superficie mostrando sus tres metros de longitud y regresando al mundo submarino al que pertence con gran estruendo y espuma. Nos dicen que es algo muy inusual. Yo interpreto el gesto como un "Dejadme en paz" al coincidir con la llegada del resto de barcos a ese punto. Tal vez la estemos agobiando, pero ahora toca seguir haciéndolo cuerpo a cuerpo.

   Ya en el agua, vamos en grupo, liderado por nuestro guía, e intentando descubrir alguna silueta entre las oscuras aguas ya con la cabeza metida en el mar. Debajo se ve el fondo blanco y grandes peces. No habrá más de 20 metros de profundidad.

Grupo en el agua buscando la mantarrayaZona donde está la mantarraya
















   Y aparece. Por la izquierda, entre las aguas oscuras, su silenciosa presencia sólo se delata por el blanco de su morro, ya que su gran cuerpo oscuro queda más disimulado a esa distancia. Es un paso fugaz ante nosotros, a unos 10 metros, para alejarse definitivamente por nuestra derecha. Me queda la duda de si he conseguido pillar algo con la cámara en lo que he tardado en arrancar el video y apuntar. Luego veré que no, que todo lo que traigo son fotos y videos que podría titular como "hace un segundo había una mantarraya".

   La experiencia ha sido emocionante, pero decepcionante por corta. Hay gente que la ha podido tocar, pero también hay muchos grupos que ni tan si quiera han conseguido ver una de lejos. Nos quedmos con eso. Supongo que éta es la razón por la que el tour comprende una sesión de snorkel en el arrecife local de la isla de Komandoo, ya que ese no se mueve y la experiencia está garantizada.

Isla Komandoo

   Paramos cerca de la isla, cuando podemos ver perfectamente su hilera circular de water villas, y bajamos a disfrutar de su arrecife, mucho más bonito que el nuestro, el de Kuredu.

Arrecife local de KomandooArrecife local de Komandoo
















   El tour dura unas dos horas y media y en ningún momento nos ha hecho sol hoy, aunque sí hemos buceado con lluvia, pero poco ha importado en nuestra experiencia submarina.

   Cuando llegamos sigue chispeando, lo que deja las playas de Kuredu vacías. Yo, tras pasar por el bungalow, paseo por nuestra calita llena de rayas y tiburones mientras el día mejora.
Pequeño tiburón en Kuredu



   No sé si será una impresión mía, pero me parece que hoy hay más vida que nunca en la playa.

Nuestra cala en KureduRaya en Kuredu
















   Cuando por fin estamos listos salimos a comer. Ahora hace sol pero estamos muy agradecidos de haber cambiado el día de la Experiencia Robison Crusoe ya que, aunque no sepamos que tiempo hará mañana, hoy habría quedado desmejorada.

   Al llegar al buffet nos encontramos que ya no podemos unirnos a él porque hemos rebasado la hora en 10 minutos. Aun hay gente sirviéndose, pero habíamos olvidado que sólo hay hora y media para comer: de 13h a 14:30h.

   Ante la alternativa de quedarnos sin comer nos metemos en el más famoso de los restaurantes a la carta de la isla: Franco's. Un restaurante italiano donde nos saciamos con dos riquísimas pizzas por 25$ en total. Nos temíamos que sería caro y agradecemos estar equivocados.

Playa de KureduCangrejo hermitaño
















   Llegamos a nuestro bungalow con la llovizna que sólo significaría que se pasaría el resto de la tarde y noche lloviendo. Ante este panorama pasamos la mayor parte del tiempo en nuestra habitación, aunque usamos los dos paraguas que vienen con la habitación para salir un par de veces: una de tiendas y otra, ya de noche, a cenar.

   No lo hemos comentado todavía, pero las cenas son siempre temáticas. Igual que ayer era de cocina oriental, hoy el tema es la cocina mediterránea, lo que se traduce en mucha pasta, mousaka y ensalada con queso feta.

Buffet para cenarPiscina por la noche
















   Antes de salir a cenar recibimos la visita de la garza, que parece tener un claro lugar favorito para cenar a pesar de la lluvia.

Garza habitante de KureduGarza habitante de Kuredu