Por primera vez que recordemos en este viaje no
hemos de
madrugar, aunque nos levantamos temprano a comprobar que el paraíso
sigue ahí, tras el umbral de la puerta de la habitación. Yo aprovecho
para dar un paseo hasta la punta de la isla, pasando por las
Water
Villages, que no consiguen que me arrepienta de haber escogido un Beach
Bungalow.
Por el camino sólo me cruzo con el staff que está
limpiando
la orilla de la playa de los restos de algas que dejan las olas. Un
trabajo enorme, considerando que aquí hay más playa que cualquier otra
cosa, y que han de hacer cada mañana del año.
Después vamos a desayunar con los equipos de snorkel pues
tenemos
la intención de pasar la mañana al otro lado de la isla. En la imagen
de arriba, si tomamos como referencia el embarcadero, nosotros estamos
en las playas de arriba y los restaurantes y piscina están en la de
abajo, donde nace el espigón.
Tomamos sitio en la
piscina y nos hacemos con un par de cócteles. Pasado un tiempo de
disfrutar del agua dulce nos pasamos a la salada, adentrándonos en el
mar, a la derecha del embarcadero en la imagen.
Queríamos ver si la vida submarina es como en nuestro lado,
pero
aquí es más a lo grande: hay bancos de peces enormes y cubre enseguida,
con lo que la experiencia de buceo es más "real" que la de ayer,
caminando con las manos.
Ya estamos enamorados de
este sitio y me dedico a investigarlo. Primero asisto al "Welcome meeting" que hacen todos los días a las 11h, donde nos explican todo lo que hay que saber sobre la isla. Yo ya conocía todos los datos excepto que en Kuredu tenemos una hora más que en Malé, con lo que hemos vuelto al horario de India.
En el centro de buceo me informo
de donde está el arrecife local, que sería una línea paralela a la
playa, empezando por el final del embarcadero hacia la derecha. En el
centro de deportes marinos veo que tienen programada una excursión para
ver mantarrayas para mañana, pero pasado no. Como quiero hacerla voy a
recepción y cambio nuestra experiencia Robison Crusoe para pasado
mañana y así tener libre mañana para ir a buscar una experiencia con
ese enorme animal. Me apunto enseguida. Son 66$ por persona.
Tras comer nos volvemos a nuestro bungalow a disfrutar de
nuestro
lado de playa, donde por la tarde aparecen varios visitantes a observar
la cantidad de rayas y pequeños tiburones que habitan en esta laguna.
Yo exploro un poco más nuestro lado,
sorprendiéndome con la biodiversidad de esta pequeña isla.
La puesta de sol nos marca el final del día y salimos a cenar
y a
pasear por el embarcadero, que tiene un salón de té al final. Allí unas
luces atraen grandes peces.
Hoy tampoco nos unimos a la fiesta de la discoteca
y marchamos para la cama.