Este día nos despertamos en Sundarbans dispuestos a pasar el
día
recorriendo el área marcada como Sajnekhali Wildlife Sanctuary (verde
en el mapa).
Durante ese recorrido disfrutaremos de la peculiar fauna de
este
vasto manglar y subiremos a tres torres de vigilancia:
- Sajnekhali
- Sudhanyakhali
- Dobanki
Por la tarde, tocará volver a Calcuta con tiempo
suficiente para embarcar en nuestro vuelo de vuelta a Nueva Delhi de
las 20:25h.
Al llegar, nos recogerán para llevarnos a nuestro hotel, el
Silver Ferns, donde nos está eperando parte de nuestro equipaje.
Después
El día empieza temprano ya que a las 6:30h estamos
frente
a nuestro bungalow con las maletas preparados para partir. Ayer nos
acostamos muy pronto, así que no hay dolor por la hora.
A las 7h ocupamos nuestro sitio en el barco y esperamos
viendo
como los hombres de la villa trabajan en llevarse barro que a buen
seguro utilizarán para multitud de cosas. También vemos que la
tripulación viene con un pollo vivo, así que ya sabemos que habrá para
comer.
Cuando
llegamos a Sajnekhali todavía está cerrado y hemos de esperar unos
minutos hasta que aparezca una barca con los guías del parque nacional.
Por lo visto nos llevamos uno para entrar en la reserva.
A partir de aquí comenzamos a navegar, primero con las
explicaciones del guía, y luego explorando las orillas a ambos lados en
busca de la fauna local. Vemos un lagarto monitor y varias aves.
Una hora más tarde hacemos nuestro primer desembarco en el
Campamento Sudhanyakhali. En el barro de la entrada vemos por
primera vez al pequeño y llamativo cangrejo violinista, que abarrota
las áreas fangosas, como podremos comprobar durante todo el día.
Un camino protegido con alambrada a ambos lados nos lleva a
la
torre de vigilancia donde podemos contemplar las grandes lenguas de
fango, cuyo brillo nos hace adivinar que cada día se inundan con la
marea alta.
Las protecciones no son en vano, ya nos
habíamos fijado que hay una red alrededor de toda la parte Norte
de la Reserva. El guía nos explica que los tigres son muy difíciles de
ver, pero están, y en un lugar como éste, donde la comida es excasa y
han de tirar de algún mono o lagarto la mayoría de días, siempre andan
hambrientos. Esto hace que, por difícil que parezca, varias veces se
haya dado la circunstancia de que un tigre ha nadado los 200 ó 300
metos que separan la Reserva de las villas para alimentarse de alguna
persona. La red está ahí para impedir que eso vuelva a suceder.
Navegamos dos horas y media más por entre partes más
estrechas de
este manglar sin fin donde vemos diversas aves acuáticas, incluyendo un
marabú, que ya conociéramos en Kenia, hasta llegar al Campamento
Dobanki.
Aquí la torre de vigilancia está junto a
un circuito cerrado, cuadrado, elevado y alambrado que nos permite
recorrer con seguridad una gran área donde abundan los cangrejos y los
conos. También nos queda la certeza de que los tigres se acercan hasta
aquí en forma de huellas frescas en el lodo.
En el
barro de la entrada encontramos, además de los mencionados conos y
cangrejos violinistas, otra colorida especie de crustáceos amarillos y
azules.
Hemos pasado la mañana explorando las
orillas del manglar y ahora nos toca comer mientras el barco recorre el
camino de vuelta por la parte ancha. Esta parte da directamente al mar
y por eso nos cruzamos con grandes barcos de carga camino a abandonar
el continente.
Todavía son dos horas más para disfrutar de este
paisaje único y de algunas de sus aves, como el Martín Pescador.
Es alrededor de las 16h cuando el barco atraca en el
embarcadero
de ayer que sabemos que nos lleva a la carretera. El jefe de
todos nos
promete que llegaremos al aeropuerto de Kolkata a tiempo de embarcar en
nuestro vuelo que, además, también han de pillar otra pareja del grupo.
Nosotros vamos con él en su coche y la otra pareja en el
de delante,
con el conductor que nos trajo e iniciamos una travesía por la India
rural de algo más de tres horas hasta toparnos con la noche y con la
ciudad.
Nos dejan en el aeropuerto con bastante
tiempo de hacer nuestros trámites y descubrir que nuestro vuelo es el
único de la lista que va retrasado. Pero es sólo media hora, con lo que
nos ponemos en el aeropuerto de Delhi sobre las 23:30h
Allí seguimos los mismos pasos que aprendimos en Calcuta:
hacemos
cola en la ventanilla de la policía y prepagamos un taxi que nos lleva
a nuestro hotel en Satek, el Silver Ferns, donde recuperamos la maleta
que dejáramos hace cuatro días y descansamos en nuestra habitación.