|
|
Día
9
(25/10/2014) Kolkata y llegada a Sundarbans
Antes
Este día abandonaremos la ciudad temprano para vivir la
naturaleza de Sundarbans, donde haremos noche. Pero antes de eso espero
aprovechar la localización escogida de nuestro hotel para poder ver los
edificios británicos, que son los monumentos más destacados de la
ciudad antes conocida como Calcuta.
Los jardines donde se encuentran abren a las 5:30h.
Los puntos marcados en el mapa son:
0- Hotel New Kenilworth 1- Victoria Memorial 2- Catedral de Saint Paul 3- Birla Planetarium
|
Después
Salimos del hotel a las 6:30h para dar el paseo por el que
hemos escogido una localización tan céntrica en lugar de quedarnos
cerca del aeropuerto, lo que hubiera sido más práctico para nuestros
planes.
Las calles están llenas de vida a estas tempanas horas y volvemos
a ver los típicos taxis amarillos de esta ciudad, pasamos por la
estatua a Indira Gandhi y nos adentramos en la zona verde, repleta de
gente haciendo deporte o Tai Chi.
El militar que custodia la entrada al Victoria Memorial nos señala
la pequeña taquilla, donde nos hacemos con dos entradas por 20 Rs. Creo
que es incluso más barato, pero no vamos a discutir por unos céntimos.
Dentro la tranquilidad es absoluta alrededor del emblemático
legado del colonialismo inglés, cuando Calcuta era la capital.
Hemos visto el edificio y las estatuas a la reina Victoria, pero
no doy con el camino a la catedral. Cuando me pregunto me indican la
salida por el lateral, que tomamos, pero ya en la calle sigo sin verla.
Preguntando a los transeúntes nos la señalan, pero sólo consigo ver
parte de su torre entre la espesa vegetación, aunque no llego a dar con
la entrada.
Es igual. Nuestro tiempo ha terminado y volvemos al hotel para
disfrutar del buffet del desayuno y hacer el check out justo antes de
que nos vengan a buscar diez minutos más tarde de la hora acordada: las
8h.
Al salir de la ciudad pillamos una carretera
flanqueada por filas de árboles y nuestro conductor nos explica que
acaba en la entrada a Sundarbans.
Pero son tres
horas de trayecto a través de zonas rurales de Bengala. La duración no
se debe tanto a la distancia como a la velocidad media por una
carretera, que si bien está asfaltada correctamente, también está llena
de personas y animales a esquivar.
Preguntamos por las chimeneas que se alzan desde lo que parecen
plantaciones de arroz por la cantidad de agua y nos explican que son
fábricas de ladrillos.
Al subir al coche nos han dado una bolsa de picnic a cada uno con
un desayuno, pero no lo hemos tocado al venir llenos del buffet del
hotel. Aun así paramos en una cabaña de una pequeña villa que nos
presentan como casa de té. Allí tomamos uno junto a dos pequeñas vacas
que proporcionan la leche con la que se puede acompañar la infusión.
Más natural imposible.
El final de la carretera está anunciado por una enorme cantidad
de vehículos, tanto detenidos como en movimiento. Nos dejan allí y,
mientras esperamos, nos tomamos ese desayuno aplazado. Cuando nos
vienen a buscar nos acompañan al embarcadero donde nos espera el barco
donde pasaremos gran parte de hoy y mañana.
Nos sentamos en una mesa con un hombre y su hijo y esperamos a
que lleguen todos los del tour conversando con ellos y admirando el
movimiento de barcas en este lugar. Sobre las 12h zarpamos.
Navegamos por entre las islas fluviales que por aquí parecen
todas habitadas y con mucha vida. Las cámaras no cesan de regalarnos
bonitas y originales estampas de la vida local.
Cuando el barco para a provisionarse vemos por primera vez
saltarines del fango, una especie de pez con patas delanteras que
abunda en esta zona. Conforme baja la marea la superficie de fango
crece.
A las 14h sacan la comida, que se
cocina en el mismo barco: grandes porciones de deliciosos platos
locales que nos servimos a modo de buffet.
El
barco se acerca a la orilla cuando hay ocasión de ver animales. Vemos
una manada de ciervos entre la maleza y un macaco.
Es alrededor de las 15h cuando atracamos en la isla donde la
tripulación tiene su villa y que será nuestra casa por esta noche.
Allí nos asignan un bungalow. Es bastante básico, pero mucho mejor de lo que me esperaba en tan remoto lugar.
Tras dejar nuestro equipaje, nos enseñan la villa y la vida
local. Después zarpamos para vivir la puesta de sol en Sundarbans
navegando.
Pero antes, el barco para junto a una
isla desierta y nos invitan a bajar a disfrutar del fango de este lugar
especial dando una vuelta por esta parte del manglar. Entre la primera
vegetación veo grandes cangrejos y saltarines del fango.
El suelo parece hostil, con esa especie de pinchos hacia arriba,
pero en realidad son brotes, verdes y blandos, cubiertos de barro y que
ceden con facilidad a nuestros pies descalzos.
Ha
sido una experiencia diferente y divertida y con ella la noche se nos echa encima. Cenamos de vuelta en la villa.
Sólo saldremos de nuestro bungalow para presenciar la
representación teatral del mito del tigre con la Diosa Durga que nos
sorprende por la buena calidad de la representación en tan aislado
lugar. No se entienden las palabras, pero como pasa con la ópera, se
entienden los sentimientos.
|
|
|
9.Sundarbans_ |