0- Bibikhanum Hotel y Mezquita
1- Registán
2- Mausoleos de Rukhabad, Guri Amir y Ak Sarai
3- Necrópolis Shah-i-Zinda
Después
Alrededor de las 10h estamos preparados para salir
del hotel, ya desayunados, y explorar Samarcanda. Las vistas de la
Mezquita Bibikhanum desde el hotel son maravillosas a la luz del día.
El plan para hoy es comenzar por la zona más alejada del centro de la
ciudad, aunque a nosotros nos pilla bastante cerca, el área conocida
como Afrosiab, donde se encuentra la necrópolis Shah-i-Zinda.
Para ello avanzamos por la Avenida Tashkent en
dirección contraria al Registán. La avenida y el mercado, por cuya
entrada pasamos, se muestran muy vivos, en una imagen contraria a la
que tuvimos anoche. No nos detenemos, pues el mercado tenemos
pensado visitarlo mañana, y en seguida llegamos al final de la avenida,
donde se puede ver la mezquita Khazret Khizr al otro lado de la
carretera inferior. sin embargo, el puente que comunica con ella está
cerrado y los guardias que lo custodian nos indican que el camino a la
necrópolis es siguiendo la carretera de abajo.
Así lo hacemos y, tras pasar junto a un cementerio
moderno, llegamos a la entrada a Shah-i-Zinda que, de nuevo es a través
de un iwan, esa especie de superpuertas que parecen tener todos los
edificios de la época aquí.
Pagamos cada uno 10000 soms de entrada y 3000 más
para el
permiso de fotos y subimos las escaleras para atravesar la puerta que
nos lleva a una estrecha calle con preciosas fachadas azules. En el
mapa de abajo, que se puede ampliar para poder leer las indicaciones,
la entrada desde la carretera está a la derecha. Nosotros estamos al
final de ese largo cuello, que representa la escalinata, entre los
cuadrados rosados.
Cada entrada lleva a un mausoleo que suele consistir en una
pequeña sala con una pequeña ventana de rejilla y decorada con, o bien
mosaicos de distintos tonos azulados, o sin mosaico y totalmente blanco,
y con una o más tumbas en medio.
Hoy hay mucha gente aquí, aunque somos los únicos
occidentales.
Nos encontramos con mujeres rezando en la mayoría de mausoleos y
ofrendas en la mayoría de tumbas en forma de billetes.
La calle se abre por la derecha antes de acabar entre varias
puertas que rompen los patrones turquesa de las paredes.
El mausoleo más transitado y el que mayor fervor religioso
despierta entre los visitantes es el de Qusam ibn Abbos. También es el
complejo más grande, con varias estancias e incluso una mezquita y
podríamos decir que es el más bonito.
Tras la puerta que hace de salida de la calle hay un pequeño
espacio y escaleras que llevan al cementerio moderno, así que damos
media vuelta y atravesamos de nuevo esta calle, pero ya para
dejarla. Junto a las escaleras que subimos al principio hay un espacio
que nos lleva a unas fantásticas vistas de la Mezquita bibikhanum.
Visitamos los recintos cerca de la salida antes de
abandonar el complejo. Eva se mete en un lavabo público, para los que
se pagan 1000 soms para su mantenimiento.
Son cerca de las 11:30h y tenemos la intención de pillar un
taxi
hasta el Observatorio de Ulugbek. No logramos dar con uno oficial y nos
subimos al particular que para, una práctica habitual en este país.
Convenimos 5000 soms para el corto trayecto.
La
entrada al observatorio son 22000 soms cada uno y nos parece caro para
lo poco que hay que ver: un museo muy básico y lo que queda del
sextante más grande del mundo, que Ulugbek construyó aquí usando un
edificio entero. A pesar de que en realidad sean poco más de dos euros,
que esto valga el doble que la necrópolis que acabamos de visitar es
absurdo.
Bajamos la escaleras hasta un espacio abierto donde se
encuentra
la estatua del protagonista: el astrónomo Ulugbek. Esta zona parece ser
una de las favoritas para que los novios se fotografíen y llegamos a
cruzarnos con hasta tres parejas de novios en plena sesión fotográfica.
El siguiente taxi ya es para que nos lleve, por fin, al
Registán.
Esta vez sí es un taxi oficial y nos lleva a través de las calles más
estrechas y deterioradas a modo de atajo hasta el lugar más famoso del
país por 10000 soms.
Son las 12:45h cuando nos plantamos ante esta
maravilla que es el Registán, el punto más icónico de todo el país. No
sabíamos si íbamos a comer antes o después de visitarlo, pero ahora que
lo tenemos delante no hay hambre.
Hay un mirador en la calle, ya que el recinto está
cerrado para los que no adquieran la entrada. Nosotros bajamos por el
lado derecho hacia la taquilla donde pagamos 30000 soms por cada
entrada y accedemos al centro de esta plaza para mirar alrededor con la
boca abierta.
Empezamos por esta parte izquierda y entramos en
la primera madrasa, Sher-Dor. Aquí destacan los tigres de su iwan, su
pario interior y sus dos cúpulas turquesas.
Seguimos por la madrasa Tillya Kari, la que domina
el centro de todas las fotos del Registán. en ella destaca su patio
arbolado y su mezquita de interior dorado.
Cerramos el círculo con la madrasa Ulugbek. De
esta forma, hemos visitado las tres madrasas de más nueva a más
antigua. Aquí destaca su patio ajardinado y los interiores con columnas
de madera pintadas.
Abandonamos el recinto porque, ahora sí, vamos a
comer. La acera frente al Registán está repleta de restaurantes y
escogemos uno que anuncia plov por 9000 soms, aunque al final es casi
el doble, alegando que eso es por una ración pequeña. Es el peor plov
que comemos, pues la carne, en lugar de sus pedazos de ternera o
cordero, es pollo hervido que parecen más sobras que otra cosa. Pagamos
unos 40000 soms por la comida.
No son las 15h todavía, así que decidimos
continuar con nuestras visitas y bajar la calle hasta la zona de los
mausoleos. Pronto damos con el Parque Amur Temir donde las cúpulas nos
indican donde está lo que venimos a ver. Primero pasamos por el
mausoleo de Rukhabad.
Luego atravesamos un patio con una yurta para
llegar al Majestuoso Mausoleo de Guri Amir. La entrada son 22000 soms
aquí.
Por último, llegamos al Mausoleo de Ak Saray, para
el que sí tenemos que preguntar para llegar.
Con esto hemos hecho más de lo pensábamos para hoy
y sólo nos hemos dejado la mezquita junto al hotel para mañana, así que
desandamos hasta el Registán. Allí entramos en un moderno supermercado
que ya habíamos visto antes a hacer compra. Luego volvemos al hotel a
descansar por la Avenida Tashkent.