Por la mañana haremos la excursión al Gobustán y por la
tarde,
seguramente, nos desplazaremos hasta Atesgah para visitar el templo del
fuego eterno al atardecer.
Después
Tras desayunar en el que ya podemos llamar nuestro
lugar
habitual, estamos a las 9h atentos a que nos recojan para el tour.
Nuestro guía se presenta y presenta a nuestro conductor. Partimos de
immediato y en poco más de una hora entramos al Parque Nacional del
Gobustan, que tiene un control policial porque hay una prision en él.
Por el camino, el paisaje desértico parece dominado por los gaseoductos
y las perforadoras, aunque un han colocado un muro bonito para tapar la
vista de las partes más feas.
El museo del Gobustán nos prepara perfectamente
para lo
que vamos a ver. Luego subimos a una colina cubierta de rocas para
caminar entre petroglifos con unas vistas estupendas del entorno.
La siguiente parada es, muy cerca de la prisión,
para ver
una inscripción de una legión romana que pasó por aquí en época del
emperador Domiciano.
De ahí, retomamos la autopista principal para
tomar un desvío, con una carretera horrible, de las que hacen que se
prefiera conducir fuera de ella, que nos ha de llevar a los
volcanes de lodo, que resultan estar en la cima de una colina.
El paisaje ante nosotros parece de otro planeta.
Sorprendentemente, el barro burbujeante de los cráteres de estos
fenómenos naturales no está caliente.
Las visitas de este tour estan siendo muy
placenteras y lo
estamos disfrutando mucho. Como guinda del pastel, a la vuelta hacia
Bakú, paramos en la mezquita Bibi-Heybat, cuyo brillante interior verde
nos deja
boquiabiertos.
Sobre las 14h estamos de vuelta en el hotel y salimos para
entrar
a comer en el primer restaurante que nos convence, donde comemos una
especie de dumplings caldosos y una sopa fria de yogurt, lo mismo los
dos, por 29,50 AZN.
Volvemos al hotel a descansar y salimos despues
para coger
el metro de la estación de Icherisherer, que es una pirámide de cristal
con una entrada en forma de alfombra, a la estación de Nariman
Narimanov, donde se encuentra el centro Haydar Aliyev.
Por 0,80 AZN tenemos una
tarjeta con los cuatro viajes que necesitamos.
El edificio es mucho más grande de los que pensábamos y
descartamos pasear por los jardines debido al fuerte viento, así que
rodeamos esta extraordinaria construcción y volvemos a las calles en
dirección al metro para la vuelta. Por el camino nos hacemos con una
caja de baklavas y un gran trozo de una especie de milhojas de merengue
y crema en un supermercado por 8 AZN todo.
Volvemos al hotel a descansar y salimos, ya de
noche, al
Paseo Marítimo para contemplar la iluminación junto al mar.
Vemos la pequeña Venecia y bajamos hasta el Museo
de la Alfombra antes de volver para acostarnos.