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Día
12
(5/10/2017) Tashkent
Antes
Como nuestro vuelo desde Khiva
debería llegar a Tashkent por la mañana, tendríamos el resto del día
para explorar la ciudad.
Los puntos marcados en el mapa son:
0- City Line Boutique Hotel
1- Aeropuerto
2- Complejo Arquitectónico Hazrati Imam
3- Zona del Chorsu Bazar
4- Parque Navoi
5- Plaza Amir Timur
6- Zona de Minor
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Después
La mañana comienza temprano centrada en nuestro vuelo a
Tashkent. Desayunamos y ya tenemos el taxi que reservamos a través del
hotel para el aeropuerto de Tashkent por 80000 soms. Nuestro vuelo de
las 9:20h tampoco tiene incidencias, con lo que nos plantamos en el
aeropuerto de Tashkent sobre las 11h. Entonces usamos lo aprendido
sobre los autobuses de esta ciudad hace una semana para obviar todas
las ofertas de taxi y meternos en uno de los buses que esperan en esta
terminal 3, la de los vuelos domésticos. Todos pasan por donde está
nuestro hotel, así que nos plantamos pronto en la puerta.
Descansamos un poco y salimos hacia el mercado (Chorsu) a
hacer
las últimas compras y visitar el complejo Hazrati Imam, que pilla
cerca. Así que subimos al bus 92 y recorremos la ciudad hasta el
mercado. Como va más vacío que la otra vez podemos ir mirando los
paisajes de la ciudad por el camino.
Atravesamos el mar de gente por los puestos de los
alrededores
del mercado en sí, que ocupan un área incluso superior a él. Justo
rodeando la cúpula azulada de este mercado hay unos puestos más
organizados, con una gran variedad de especias y frutos secos, y donde
encontramos lo que andamos buscando: dulces para llevarnos a casa.
Pagamos sólo 30000 soms por unos surtidos de una especie de turrones con
pistachos.
El interior de el curioso edificio está mayormente
ocupado por los puestos de carne.
Salimos por el otro extremo del recinto y preguntamos por la
dirección del complejo Hazrati Imam a lo que nos contestan divertidos
señalando los minaretes sobre los tejados de los edificios.
Seguimos esa indiscutible referencia subiendo una amplia
avenida
y pasando por algunos edificios que llaman nuestra atención.
Al llegar a nuestro destino, un gran espacio se abre a
nuestra
izquierda con dos llamativos edificios con cúpulas azules ocupándolo.
Exploramos la zona con esos edificios de arquitectura similar
a
lo que hemos ido viendo en los sitios históricos que hemos visitado a
lo largo del país, aunque con su propia belleza.
Nos gusta tanto lo que vemos que queremos continuar, y nos
adentramos en los jardines en busca de más. Aparece el Mausoleo de
Kaffal Shashi, al que acudimos con la tranquilidad que nos transmite el
lugar.
El exterior es llamativo y el interior pequeño. Nos sentimos
privilegiados disfrutando solos en un complejo como éste.
Cuando damos por concluida nuestra visita volvemos a la
avenida
pensando ya en pillar un bus y volver al hotel, pero al no encontrar
ninguno que nos convenga en la parada de delante, continuamos paseando
avenida abajo hasta el curioso edificio que ya vimos el primer día y en
el que se puede leer "Sirkus".
Como ya conocemos esta zona, sabemos que podemos pillar el
bus
que nos devuelva al hotel en una gran parada que hay tras un túnel
subterráneo para cruzar la avenida.
Sin embargo, no vamos directos al hotel, ya que teníamos
pensado
comer en el mismo sitio del primer día porque tengo en mente repetir
esa deliciosa empanada que comí entonces y que sólo cuesta 20000 soms.
Hoy estamos mirando mucho el dinero, mirando de gastar todo el que
tenemos y evitando tener que cambiar más. A partir de mañana los soms
sólo serán souvenirs para nosotros.
Como entonces, esta comida también es nuestra cena, ya que
son
más de las 16h. Hemos aguantado bien con el desayuno en el hotel de
Khiva y con los bocadillos que nos hemos llevado al avión.
Mientras
comemos, vemos como limpian el parque. En Tashkent, y en Uzbekistán en
general, cuidan mucho la limpieza y siempre hay gente trabajando en
ella, aunque nada es comparable a lo que hemos visto en Bakú. Delante
tenemos una empleada con esa escoba hecha de ramas que usan aquí
haciendo que un hombre mayor sentado en un banco levante los pies para
barrer la parte de debajo de él.
El resto del día lo pasamos en el hotel,
haciéndonos a la idea de haber llegado al final de este viaje.
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