Dia 7 (16/09/2013)   Masai Mara


Antes   

  Día entero dedicado a la observación de la vida salvaje en la reserva de Masai Mara. Tenemos el objetivo de localizar la migración de ñus y jugar la opción de poder ver el cruce del río Mara de cientos de herbívoros.

Mapa de Masai Mara

   Las referencias marcadas en el mapa son:

 0- Rhino Tourist Camp
 1- Lookout Hill (colina de observación)   

 2- Puente sobre el Mara y Visitors Center del Mara Triangle
 3- Llanos de Paradise
 4 y 5- Puntos de cruce más populares.

Después

   Dormimos hasta que decimos basta, pero por la costumbre eso ya pasa sobre las 8h. Vamos al comedor, el edificio más grande de todo el recinto, y disfrutamos de nuestro desayuno. Los clientes que hacen safari ya han salido y estamos solos con el staff del campamento, aunque luego aparecería una pareja que se va hoy.

Rhino Tourist Camp   Hablamos con Jackson, un joven que nos presentan como el manager y que me explica que conoce nuestra situación pues ya ha hablado con la persona que ayer nos ayudara por teléfono y que parece ser el que más manda. Hablamos de lo que nos falta por pagar tras el depósito de 60€ que dejé hace meses y de las actividades que podemos hacer. Yo tengo en mente la visita a una villa Masái que tasa en 40$ los dos, como la habitación con pensión completa son 270$ los tres días y el depósito que pagué se traduce a 80$ le doy 230$ de los 260 que traíamos ahorrados (100 de la entrada a Bogoria y 160 de la de hoy a Masai Mara). Con las cuentas cerradas quedamos a las 9:30h para la visita a la villa Masái.

   El campamento se muestra rebosante de vida a la luz del día, con el verde de la cuidada vegetación y los monos y pájaros que lo visitan.

   A las 9:30h es el mismo Jackson el que nos lleva fuera del campamento, habiendo cambiado sus tejanos y camiseta por su traje masái con machete y porra. Nos muestra algunas cosas por el camino, como una hierba que arranca y nos explica que los masáis la usan para teñirse de rojo, no nos parece creíble hasta que la rompe y nos la restriega por el brazo, tiznándolo de rojo. La tierra por la que caminamos también aparece rojiza y, sobre todo, el termitero en el que nos subimos para hacernos unas fotos con él.

Termitero camino a la aldea masáiTermitero camino a la aldea masái
















   Después llegamos a la aldea, que está muy cerca, y donde nos esperan dos jóvenes más, que nos siguen explicando curiosidades en un buen inglés. Jackson me coloca una de sus típicas capas y otro me entrega un robusto palo de acacia, aunque sigo estando lejos de parecer uno de ellos.

Villa masái
Cabaña masáiNiños en la aldea masái
















   Nos llevan al centro. Yo ya sabía que las villas masáis son circulares, con las cabañas en el exterior formando esa circunferencia para dejar el interior para el ganado, a fin de protegerlo. Por lo que la zona en la que estamos está repleta de heces de vaca. Además tienen formados dos círculos de ramas para las ovejas y cabras, aunque en el que entramos nos encontramos con un par de terneros. El cerco es robusto y alto para - según nos explican - evitar que los guepardos puedan saltar dentro.

Corral en villa masáiCorral en villa masái
















   De vuelta a ese amplio centro, nos muestran una piel seca perteneciente a la cabeza de un león, cosida uniendo dos de sus lados. Yo no acierto su utilidad hasta que se la ponen en la cabeza. Nos la vamos turnando mientras me muestran su forma de hacer fuego. Yo ya sabía que lo hacían con un palo, pero creía que sería una turistada ahora que hay mecheros por todas partes, hasta que me veo sorprendido con la rapidez. El sistema es ingenioso y el truco está en la madera que usan de base. En ella se hace un agujero para encajar el palo y al agujero se le añade una salida, que deja la muesca con forma de cerradura. Como el palo es más fuerte que la madera de la pieza, la fricción en el agujero, a modo de taladro, hace que la viruta salga por la apertura que tiene el agujero ¡ya prendida! Además el proceso es muy rápido, casi lo mismo que se tarda con un mechero, ¡e incluso menos si hay viento!

Forma masái de hacer fuegoForma masái de hacer fuego
















   Me hacen probar a mí y entonces descubro la dificultad: mantener el palo en el agujero. Como a mí se me sale cuando lo hago rotar, tardo mucho más en conseguirlo. Eva también prueba.

   Impresionado, comienzan a cantar y nos movemos a modo de danza suave hasta que llega el momento de los saltos. Nos turnamos a saltar en vertical frente a Eva al ritmo de los tonos graves de las voces de mis compañeros que le dan a esta actividad su pertinente banda sonora.

Foto de grupo masáiComenzando la danza masái
















   Luego nos muestran a las mujeres: ancianas haciendo pulseras y collares de cuentas a la sombra de un árbol, mientras las jóvenes sujetan a sus bebés.

Interior de una cabaña masái   Nos introducen en una cabaña para que podamos comprobar que sólo hay un agujero en la pared a modo de ventana, pero su principal función es de salida de humos, ya que se encuentra sobre las brasas del círculo del suelo que usan como cocina. Me sorprende saber que el colchón de sus camas es simplemente una piel de vaca y nos muestran algunas piezas con la intención de venderlas. Yo, como ya sé que esto forma parte de la visita y de su forma de vida, acabo comprando un collar con un diente que me dicen que es de guepardo por 2000 ksh. Sé que estoy pagando mucho, pero quiero ayudar y, además, he dejado claro que todas las propinas de esta visita ya van incluidas ahí. Todos han aceptado.

   Fuera tienen montado un mercado de souvenirs, aquí sólo me hago con una pequeña cebra de madera.

Mercado masái en la villaMujeres trabajando en abalorios masái
















   Con esto acabaría la visita a la aldea, pero nos acompañan a unos 200 metros de allí, donde está la escuela. En la aldea habíamos visto asomados niños pequeños, los de edad escolar de ésa y el resto de aldeas de la zona están en esta escuela. Vemos las puertas indicando los diferentes niveles de las clases y podemos ver el interior por las ventanas sin cristal. Lo que no esperaba es que un profesor saliera, nos diera la bienvenida y nos dijera de entrar en la clase. Paso muchísima vergüenza haciéndome una foto en esa clase frente a los niños. Y lo deben notar cuando se ríen cuando simplemente les saludo con la mano y salgo pitando de ahí. Soy consciente en todo momento de cómo voy vestido.

Escuela masáiEscuela masái
















   El profesor nos muestra el libro de visitas para que añadamos una reseña y nos comenta que cualquier ayuda es bien recibida. Yo le doy 500 ksh y salimos de allí, ya de vuelta al campamento.

Puerta del Rhino Tourist Camp   Por el camino nos despedimos de los dos compañeros que tan amena han hecho esta visita y, uno de ellos me regala el palo que he estado usando. Vemos la gran puerta que tiene el Rhino Tourist Camp y que de poco nos sirviera anoche en la oscuridad y, sobre todo, cuando descubrimos las señales que hay frente a ella. Resulta que el lugar en el que nos paramos a llamar porque mostraba señales a varios campamentos pero no al nuestro está justo delante y ahora comprendemos qué pasó: Al poner el coche de forma que los faros iluminaran las señales para poder leerlas, dejamos la gran puerta del campamento en la oscuridad de nuestra espalda. Es lógico pues que no hay señal del Rhino tourist Camp justo delante de él.

   En fin, son las 11h y no tenemos nada que hacer el resto del día. Lo que sería una bendición si hubiera electricidad e internet, pero como no hay ninguna de las dos cosas nos relajamos en la cama a esperar la hora de la comida.

   Sin embargo, poco después Jackson llama a nuestra puerta y me pide el favor de llevarle en coche a un lugar cercano de la carretera donde un grupo que estaba por llegar a tiempo para comer se ha quedado tirado porque el coche que les traía ha tenido una avería. El mío es el único vehículo que hay en el campamento. Yo salgo sin dudarlo, aquí todos forman una comunidad, y esto me da la oportunidad de formar parte de ella.

Nuestro coche en el Rhino Tourist Camp

   Jackson me lleva por caminos fuera de la carretera principal. ¡Ese es el truco para no tener que ir a 10 Km/h!. Cuando llegamos ya han acudido otros vehículos también a ayudar. De vuelta, bromeamos Eva y yo sobre quién nos iba a decir anoche que nosotros saldríamos al rescate de alguien cuando todo hacía pensar que quien lo necesitaba éramos nosotros.

   Disfrutamos de nuestra comida. Jackson se viene a comer con nosotros, confirmando nuestra recién creada relación. Pasamos la tarde en la habitación agotando la batería de mi tablet. Tal vez sea demasiado descanso. Sobre las 17h salgo a perseguir pájaros y monos con la vista. Conforme se acerca el ocaso, la actividad de los pájaros se vuelve frenética en los árboles de los lindes del campamento.

Monos en el Rhino Tourist CampPájaros en el Rhino Tourist Camp
















   A las 18:30h todavía no es de noche. Aunque era su hora, el generador no se arranca hasta que es oscuro y nosotros ponemos todo a cargar. Los demás deben hacer lo mismo, pues la electricidad va cayendo intermitente, incluso cuando estamos en el único sitio libre que hemos encontrado en el abarrotado comedor. Al parecer hay sobrecarga.

   Cenamos cuando la luz se estabiliza y nos acostamos temprano sabiendo que mañana madrugaremos para un día muy especial dentro de Masai Mara.