Dia 10 (19/09/2013)   Diani Beach

Antes   

Ruta a Diani Beach





 
Desayunaremos en el tren, poco antes de llegar a Mombasa.

   Una vez en la estación habremos de pillar un taxi que nos lleve a Diani Beach. Tendrá que atravesar la ciudad y pillar el ferri de Likoni para salir de la isla, luego nos llevará unos 38 Kms al Sur hasta el resort Papilion Lagoon Reef.

   Allí pasaremos el resto del día relajados en régimen de todo incluido.

Después

   No se está incómodo en estas "camas", pero el ruido y movimiento del tren no me ha dejado dormir ni mucho ni muy seguido. Por lo tanto, al amanecer estoy fuera de mi compartimento, mirando por la ventana del pasillo los paisajes del Parque Nacional de Tsavo Este, que estamos cruzando, bañados por la luz del alba. Una delicatesen para empezar el día.

Amanecer en Tsavo EsteAmanecer en Tsavo Este
















   Y habrá más, pues el resto de ventanas se van ocupando también en lo que parece ser un safari en tren. Llegamos a ver hasta tres manadas de elefantes, y no muy lejos de las vías. También he visto gacelas y un águila entre la tierra roja que caracteriza a este parque.

Manada de elefantes en Tsavo Este

   Otra característica serían los baobabs. Los primeros que veo. Incluso pasaremos por la puerta del parque antes de dar por concluido el safari y pasar por los primeros núcleos de población.

Baobabs en Tsavo EstePuerta del PArque NAcional de Tsavo Este
















   Pero si algo caracteriza este viaje son los saludos que recibimos repetidamente por la gente. El paso del tren parece un acontecimiento excepcional para los niños que corren y se afanan en saludar a los viajeros. Yo no paro de saludar y me siento como Santa Claus en una cabalgata.
Paisaje rural desde el tren lunático


   Cuando suena la campana nos reunimos en el vagón restaurante para tomar el desayuno. Poco después estamos de nuevo asomados a la ventana saludando.

Vagón restaurante del tren lunáticoPaisaje desde el tren lunático
















   Conforme nos acercamos a la costa han aparecido las colinas deformando la llanura y éstas se han ido cubriendo de verde y las palmeras han comenzado a aparecer. Es un paisaje diferente a los que hemos visto ya en Kenia. Con el cambio también han venido las curvas, rompiendo la monotonía de una recta interminable a través del parque.

Tren lunático alcanzando la costa
Paisaje desde el tren lunático llegando a la costaPaisaje desde el tren lunático llegando a la costa
















   Van a ser las 11h cuando aparece la estación de Mombasa, más austera si cabe que la de Nairobi. Hay muy pocas personas en el andén, pero una de ellas me pregunta si necesitaré taxi. Yo, que sigoLlegada a la estación de Mombasa asomado a la ventana, le contesto que sí, que vamos a Diani Beach, y el hombre me dice que por 5000 ksh me lleva. Ése era el precio máximo que tenía en mente para este recorrido, así que simplemente le digo que 4000 me parece más justo y él me dice que 4500 ksh por el ferri. Hemos llegado a un acuerdo.

   Entro en el compartimento a por las maletas y le digo a mi mujer que ya tenemos taxi. Nuestro nuevo conductor nos ayuda con el equipaje mientras salimos de la estación, donde deberemos devolver los cartones que hacía de billete antes de acceder a la zona abierta de fuera que hace de aparcamiento y ponernos en camino en un coche con los cristales tintados.

   Nuestro conductor nos cuenta cosas muy amablemente. Pasa por los famosos colmillos, lo más conocido de la ciudad de Mombasa, sólo para que los veamos, en su camino hacia el ferri de Likoni.

Colmillos de Mombasa

   Mombasa está en una isla y, aunque hay un puente al Norte y otros al Oeste - por uno de los cuales debemos haber entrado con el tren -, no lo hay hacia el Sur, y los desplazamientos se hacen a través de un ferri que funciona constantemente todas las horas de todos los días del año.

   Tenemos suerte y vemos salir uno, cuyo lugar queda inmediatamente ocupado por otro que viene a descargar. Con esto, somos de los primeros en ocupar nuestro lugar en el próximo ferri. Le pregunto al conductor porqué aquí no hay puente y me contesta que el puerto de Mombasa es muy importante para el país y por aquí hay un constante tráfico de grandes barcos que no podrían pasar bajo un puente.

Ferri de Likoni

   También le pregunto si no hay problema en que dé una vuelta por él, fuera del coche y me responde que no lo hay. Subo arriba para ser testigo de cómo cientos de personas dejan el ferri que acababa de llegar de golpe en lo que se ve como una marabunta de gente.

Ferri de Likoni descargando gente

   El cruce en sí es mucho más corto que la espera a que se llene el ferri, pero no habrán sido más de 15 minutos en total, y pronto nos vemos dejándolo atrás y pasando a través del mercado de Likoni, que luce grande y feo. Nos relajamos y dejamos que el paisaje de palmeras entre por las ventanas conforme avanzamos paralelos a la costa.

Saliendo del ferri de LikoniPaisaje dominado por palmeras en la costa
















   El coche se mete en el resort y nos deja frente a la recepción poco más de una hora después de que saliéramos del tren. Hemos hablado de la posibilidad de que nos venga a buscar pasado mañana para la vuelta a Mombasa y hemos quedado, en principio, para las 10h de ese día.

   ¡Ya estamos en nuestro resort de todo incluido! Nos dan una bebida mientras nos hacen el check-in y luego nos acompañan a nuestra habitación. Nos advierten de que no dejemos la terraza abierta pues pueden entrar monos y hacer un desastre. Si, ya hemos visto lo que los monos son capaces de hacer.

   Sin embargo, nuestra prioridad ahora es comer, y nos muestran el restaurante, junto a la piscina y frente a la preciosa playa de Diani. Ahí están los colores que ya había visto en fotografías: el blanco de la arena y los diferentes azules del mar.

Nuestra habitación en el Papillion Lagoon ReefPiscina del Papillion Lagoon Reef
















   Llenos del buffet decidimos asomarnos a la playa. Hay multitud de locales pululando por ella y ni un sólo turista. Cuando bajamos, todas esas personas acuden a nosotros ofreciéndonos cualquier servicio o souvenir. Me fijo en uno que nos ofrece snorkel cerca por 3500 ksh cada uno mañana por la mañana. Mañana veré lo que hago. Mientras, sólo podemos comprobar esta extraña arena blanca, que forma como una pasta junto con el agua. Es tremendamente fina y suave.

   Luego volvemos a la tranquilidad del hotel, donde nadie te atosiga. Parece que hay una frontera en esas escaleras que no pueden cruzar. Desde ahí podemos comprobar como la subida de la marea va menguando la playa.

Playa de Diani

   La tarde la pasamos en la fantástica piscina, con las hamacas y toallas que el hotel proporciona y trayendo bebidas del bar. ¡Esto es vida! Nos lo hemos ganado.

   Conforme avanza la tarde, los monos van haciendo acto de presencia junto al baobab milenario que domina los jardines de este resort. Son otra especie diferente a los que habíamos visto hasta ahora: éstos son colobos.

Baobab milenario en Papillion Lagoon ReefColobo entre terrazas
















   Cuando salimos a nuestra terraza, de vuelta en la habitación, para dejar los bañadores a secar comprobamos que tenemos dos de estos monos esperando la oportunidad de colarse.

   Nos ponemos el repelente de mosquitos que traemos de nuestra primera compra en Nairobi y nos vestimos con pantalones y mangas finas y largas para la cena. Nos sentamos a ver anochecer, aquí eso se traduce en un paulatino oscurecimiento de los azules hasta converger todos en el negro y en una desaparición de la playa pues la marea ha traído el agua nuestras puertas.

Atardecer en la playa de DianiAnochecer desde el Papillion Lagoon Reef
















   Tras la cena podemos disfrutar de un espectáculo. Hoy hay acróbatas.

Espectáculo de acrobacias en el Papillion Lagoon ReefEspectáculo de acrobacias en el Papillion Lagoon Reef