Nos vienen a recoger temprano, a las 7h, al hotel
para nuestro tour de dos días en el Parque Nacional de Kakadu.
Allí podremos hacer un crucero por el río viendo la ferocidad
de
los cocodrilos de esta zona o ver los espectaculares termiteros.
Los puntos marcados en el mapa, y que visitaremos,
entre otros:
1- Mamukala
2- Ubirr
3- Centro de acampada
4- Jim Jim Falls
5- Nourlangerie art site
Después
Nuestro guía Dale nos recoge a las 7h. Somos los
primeros, y empezamos a dar cuenta de lo que tiene en el coche para
desayunar. Hay suficiente para nosotros y para el resto del grupo, que
recoge en un corto recorrido por Darwin: dos chicas australianas, una
americana y una familia francesa.
Vamos algo apretados en el 4x4 en esta hora y media de camino
que
nos lleva, a través de un paisaje peculiar gobernado por estos árboles
finos que tienen aquí, hasta nuestra primera parada. Por el camino nos
ha ido explicando cómo este paisaje se transforma en verano, en el que
el terreno queda inundado y las carreteras por las que pasamos se
anegan aislando el parque nacional. No hay tours en esa época. Por el
camino nos hemos cruzado con varios "train-trucks", camiones con tres o
cuatro remolques que sólo existen en este país, ya que estos monstruos
sólo pueden ir por carreteras rectas. No consigo hacerles una buena
foto.
La primera parada es ya uno de los highlights del tour: el
crucero de los cocodrilos que saltan. Todavía no hemos llegado a
Kakadu, pero la naturaleza nos rodea. En la carretera de acceso hemos
visto búfalos y wallabies.
Antes del crucero nos estaba esperando café y una serpiente,
que
sacan del terrario para que "juguemos" con ella. Cuando llega la
llamada nos metemos en el barco que comienza a surcar el río, en el que
enseguida aparecen cocodrilos por ambos lados.
El espectáculo se forma a partir de unos huesos con carne
atados
a un palo que muestran a los reptiles. Les debe parecer comida fácil e
intentan acceder a ellos pero entonces los van elevando paulatinamente
hasta conseguir que el cocodrilo, en su afán por hacerse con el premio,
emerja cada vez más parte de su cuerpo. No se trata de un salto, si no
de una lenta erección del animal en pos de su alimento. Lo van haciendo
de forma repetida alternando los lados del barco, ya que no nos
permiten ir cambiando de lado en el interior para mantener el peso
equilibrado en la embarcación.
Durante la vuelta, sueltan algo de comida para los
milanos, que acuden en masa a pillarla al vuelo.
Ya de nuevo en la carretera todavía haremos una parada más
para
repostar antes de entrar oficialmente en el Parque Nacional de Kakadu
alrededor del mediodía.
Es ahora cuando hacemos la parada para comer. No falta la
bebida
y snacks en el coche, pero para este primer almuerzo tenemos una
variedad de ingredientes frríos que enrollar en unas fajitas.
Con los estómagos llenos hacemos una parada en un punto
llamado
Mamukala, que es un cortísimo recorrido que pasa por un observatoria de
aves.
Nos dan la explicación a las humaredas que estamos viendo en
el
horizonte desde que entramos al parque: se deben a incendios forestales
provocados. Curiosamente, hay ciertas especies de árboles endémicos de
esta zona que han evolucionado para sobrevivir a los comunes incendios
hasta el punto de necesitar el fuego para que germinen sus duras
semillas. Hacemos una parada de camino a nuestro próximo
destino
junto a uno de estos incendios.
Ese próximo destino es Ubirr. Ya nos avisan que es una
caminata
más larga y que nos carguemos de agua para combatir el calor agobiante
que hace aquí. Nos fascinamos en la primera parte de la caminata con el
paisaje, con las plantas particulares de este lugar y las formaciones
rocosas.
La segunda parte está dedicada a las pinturas que los
aborígenes
dejaron en las paredes rocosas y a su fascinante historia.
Y como colofón final, ganada la cima de la roca, nos topamos
con
las mejores vistas del parque, hacia una inmensa llanura verde.
El trayecto hasta la cima nos ha llevado prácticamente una
hora,
pero la vuelta es mucho más corta. Por el camino localizamos un wallaby
de roca en un hueco, descansando a la sombra.
Tras esta visita nuestro guía nos lleva a un centro donde
podemos
disfrutar de un baño en su concurrida piscina mientras prepara la cena
en una barbacoa.
El último trayecto de hoy es, ya de noche, a través de una
malísima carretera hasta el campamento. Allí plantamos nuestras tiendas
que van sin funda, dada la ausencia de lluvia y el calor, con lo que
podemos ver el cielo estrellado desde nuestro improvisado lecho.
Pasamos un entretenido rato de charla alrededor del fuego.