Después
Un email de ayer nos informaba de que se cancelaba
el crucero para ver las ballenas debido al tiempo, así que replanteamos
el día de forma que exploraremos Chinatown por la mañana.
Bajamos en la estación Central y nos imbuimos en
seguida en las calles repletas de carteles en chino y de tiendas con
curiosa mercancía.
Atravesamos todo el barrio pues queremos ver el
Jardín de la Amistad, un precioso jardín chino.
Cuando estamos a punto de llegar nos topamos con
la puerta de Chinatown, en una pequeña calle llena de restaurantes y,
cuando abandonábamos el lugar, una música hace que nos detengamos y
vemos salir una comparsa con dos dragones chinos con los que
compartimos camino un rato.
La entrada al jardín es de sólo 5$ y en cuanto se
pasa dentro se suceden los rincones de espectacular belleza que animan
a explorar cada tramo del recinto.
Cuando salimos ya es hora de pensar en comer y,
abandonando el pensamiento inicial de ir a Circular Quay, con la ópera
y el barrio The Rocks, que ya conocemos, nos dejamos llevar por la
animación de la zona que nos introduce en el Darling Harbour, donde nos
agenciamos un menú de pasta italiana en un sitio elegante por 20$ cada
uno.
Después tomamos la calle George hasta meternos en The Rocks, donde
siendo domingo, tienen un mercadillo aún mayor que el del otro día.
Bajamos a Circular Quay y disfrutamos de una artista callejera que, con
gran dosis de humor, hace un espectáculo de contorsionismo frente al
edificio de la Ópera.
Es hora de volver al hotel. Pillamos cena para
llevar en nuestro sitio favorito y esperamos nuestro shuttle de las
18:10h, que nos deja en la terminal doméstica cerca de las 19h.
El vuelo va lleno, pero llega puntual a Cairns,
donde llegamos a nuestro hotel pasada la media noche. El taxi nos
cuesta 24$.
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