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Día
9 (03/10/2023) Gyeongju
Antes
Este día tendremos un tren a Seul por la tarde, con lo que
dedicaremos el tiempo que tengamos hasta tener que ir a la estación en
visitar lo que no pudiéramos cubrir el día anterior en Gyeongju.
Una vez de vuelta en Seul no parece que vayamos a tener
mucho más tiempo que para llegar al hotel y hacer el check in.
Los puntos marcados en el mapa son:
0- Alojamiento Namuae
1- Complejo de Tumbas Reales
2- Mercado Seongdong
3- Templo Bunhwangsa
4- Anapji
5- Observatorio Cheomsongdae
6- Puente Woljeong
7- Villa Gyochon
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Después
Hoy toca pasar el día entero en Gyeongju debido a que el final de las
vacaciones nacionales no nos han dejado más billetes que para el último
tren, a las 22:38h. Así que alrededor de las 8:30h acudimos al desayuno donde
nuestra anfitriona de esta casa tradicional tiene preparada varia fruta
cortada. El resto se lo sirve uno mismo de entre el pan y la tostadora
y los cereales y la leche. Nos explica que había sido bailarina
profesional, mientras nos señala sus fotos en el escenario que tiene
colgadas,y que ha estado en España entre otros muchos países.
Hacemos el check out casi a la hora límite, las 11h, y dejamos las
maletas allí para pasarlas a recoger por la noche. Nos dejan llevarnos la
llave de la entrada para no tener problemas al recoger el equipaje.
Salimos con la intención de seguir el itinerario por la ciudad que, en
realidad, deberíamos haber empezado ayer. La primera de ellas es
volver al complejo de las tumbas reales para ver la única tumba en la
que se puede entrar.
Pagamos 3000 wons cada uno y hacemos la visita
donde, a parte de la tumba y las joyas de la reina a la que pertenece,
también están expuestos artilugios de la época.
Salimos por el lado contrario del que hemos
entrado para seguir la ruta hacia el parque donde se encuentra el
observatorio Cheomsongdae, los restos de una antigua torre.
Camino de salir de ese parque hacia Anapji nos
encontramos con un inesperado desfile de trajes clásicos.
Cruzamos la carretera para alcanzar la entrada a Anapji, un estanque donde había un palacio, al que
accedemos pagando otros 3000 wons.
Del palacio solo quedan tres pabellones, pero lo bonito de aquí es su
posición junto al estanque lleno de nenúfares. Completamos la ruta entre
una agradable brisa y relajante música tradicional de ambiente.
Desde aquí nos queda un trecho caminando hasta un conocido
de ayer: el puente Woljeong. Al llegar encontramos una plataforma con
bancos y descansamos un rato mirando el puente a la luz del sol por
primera vez.
Cuando llegamos comprobamos que está bastante menos concurrido que anoche y nos permite
hacernos algunas fotos.
Desde el puente en seguida nos ponemos en la Villa tradicional Gyochon,
donde escogemos el primer restaurante que vemos para comer: una sopa de
ternera con arroz para mi y una especie de escalopa de ternera con
ensalada para Eva. Pagamos 24000 wons en total.
Al salir pretendemos explorar bien la villa
tradicional, pero lo primero que nos encontramos es un puesto donde
hacen unos curiosos helados y pedimos uno para compartir como postre de
la comida que acabamos de tener. La base es de bolitas de mochi y viene
cubierto de trozos de almendras y otras cosas que no reconocemos.
Luego
seguimos la visita por toda la villa hasta que la dejamos para
completar nuestro itinerario volviendo a la zona de nuestro alojamiento.
Tomamos un te en un café para hacer tiempo. Luego vamos al mismo café
donde cenamos ayer donde Eva se queda, pues yo quiero volver al puente
para hacer las fotos iluminado por la noche que no hice ayer. Cuando
llego las luces no están encendidas a pesar de ser las 17:30h y aquí
anochece a las 18h. Es a las 17:50h cuando encienden la iluminación y
hago mis fotos antes de volver con Eva.
Hacemos un poco más de tiempo y recogemos las
maletas poco antes de las 19h y nos encaminamos a la calle principal
con la duda de cuánto tardaremos en encontrar un taxi, pero al llegar
ya veo dos con la luz de libre y, aunque nos quitan el primero, el
segundo monta las maletas y nos lleva a la estación por 1800 wons.
En la estación nos espera una larga espera de unas 3 horas hasta
nuestro tren. Nuestra anfitriona coreana nos dijo esta mañana que
nuestros billetes eran para ir de pie. Cuando preguntamos en la
taquilla nos confirman este punto y nos muestran en el ordenador que
están todos los billetes vendidos, incluídos los que tenemos para ir de pie, con lo que
no hay opción de pago. Pero cuando volvemos más tarde y lo vuelve a
comprobar resulta que alguien ha devuelto sus billetes y nos permiten
cambiar los nuestros por los asientos que han quedado libres. Celebramos la buena noticia y esperamos a nuestro tren de las 22:38
que, como siempre, llega puntual. El trayecto dura dos horas, pero
perdemos casi una hora más en la cola para pillar taxi, con lo que
llegamos al hotel a las 2 de la madrugada.
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Restaurante en Villa cultural Gyochon |