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Día
8 (02/10/2023) Gyeongju
Antes
Llegaremos a Gyeongju en tren desde Busan y dedicaremos el
resto
del día a visitar los lugares más destacados de la ciudad.
Nuestro alojamiento es en una casa tradicional coreana, con lo que
tendremos una noche de experiencia durmiendo en futones y usando
muebles bajos. Está situado junto al Complejo de Tumbas Reales y cerca
de los puntos de interés para asegurarnos la visita durante el día y,
en el caso del Puente Woljeong, también por la noche para poder verlo
iluminado.
Este parece el mejor día para intentar visitar el templo
Bulguksa, que está algo alejado de la ciudad.
Los puntos marcados en el mapa son:
0- Alojamiento Namuae y centro de Gyeongju
1- Estación de tren de Singyeongju
2- Templo Bulguksa
3- Puente Woljeong
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Después Hacemos el checkout a las 8h, como teníamos previsto, y vamos a
desayunar donde ayer, junto a la parada de metro de Nampo. Luego
pillamos el metro, dos paradas, y bajamos en la de Busan Station para
recorrer el mismo camino que vimos ayer hasta los andenes. La pantalla
indica que nos toca el andén 8 y, como queda casi una hora, hacemos
tiempo en las tiendas de esa planta.
A las 9:30h estamos en el andén
esperando al tren y, cuando llega, buscamos el vagón 14 que pone en
nuestros billetes, dejamos las maletas en la entrada y vamos a nuestros
asientos 5A y 5B.
El trayecto solo dura 26 minutos con lo que nos ponemos en
la estación Seogyeongju enseguida, donde pillamos un taxi hasta el
hotel a las
10:30h.
El taxi, sin embargo, tarda bastante más. Ya no es que el
conductor no hable más que coreano, que ya es lo normal, sino que ni
siquiera es capaz de entender nuestras letras y, por lo tanto, no sabe
donde ir. Le consigo un mapa en coreano pero, una vez ya en el centro
de Gyeongju, no es capaz de llegar. La situación se resuelve tras tres
llamadas del conductor a la casa de huéspedes Namuae.
En Namuae nos dan ya las llaves de nuestra
habitación en esta casa tradicional coreana a pesar de ser bastante más
temprano que su hora de check in.
Descargamos nuestras cosas y salimos
a hacer tiempo para la comida entrando en el parque más cercano, que
está lleno de esas colinas verdes tan típicas de aquí que en realidad
son tumbas reales, al estilo de las pirámides de Egipto.
El parque es muy bonito y ha servido de excelente telonero a la comida.
Hemos escogido un restaurante de barbacoa coreana que está frente a
nuestra casa de huéspedes. Aquí, con el menú de la barbacoa, cada uno
elije un plato entre fideos fríos, fideos picantes y hot pot de pasta
de legumbres. Yo me pido esto último y Eva los fideos fríos. Acabamos
llenos y nos cuesta 50000 wons en total.
Con el estómago lleno nos apetece descansar un
poco en la habitación, que al final resulta en una improvisada siesta,
al quedarnos los dos dormidos.
Nos despertamos cerca de las 16h, con lo que salimos enseguida pues nos
deja poco tiempo para la visita del día: el templo Bulguksa. Hemos
decidido dejar las visitas de la ciudad para mañana, que es el último
día de estas vacaciones que lo están colapsando todo e ir a un famoso
templo en la montaña. Para ello vamos a la parada del bus y esperamos
al 711 o al 11, el que llegue primero. Resulta ser el 11 y, tras un
trayecto de 45 minutos, llegamos al complejo del templo.
Son las 17:10
cuando estamos frente a la entrada del templo donde nos encontramos una
buena y una mala noticia: la buena es que la entrada es gratuita hoy,
supongo que por las vacaciones, aunque la explicación está en coreano,
y la mala es que cierra a las 17:30 en lugar de a las 18h, como decía
Google.
Nos apresuramos a entrar y, tras un bonito
laguito, llegamos a la primera sección. A pesar de lo aislado que está
y que es casi la hora de cerrar hay bastante gente visitándolo.
Hacemos la visita completa por todas las secciones a pesar
de que las
17:30h pasaran hace rato alentados, sobre todo, por la cantidad de
gente que está haciendo lo mismo. El templo está repleto de rincones
preciosos, pero el entorno, en un bosque de coníferas con las formas
que tienen en los dibujos japoneses, le da
un plus que lo hace excepcional.
Pillamos el primer bus de vuelta a Gyeongju que,
una vez en la ciudad, toma una ruta contraria a la zona de nuestro
alojamiento. Así que bajamos y paramos un taxi hacia el puente
Woljeong, que queremos ver con sus luces ahora que ya es de noche. Pero
lo que parecía un trayecto corto se vuelve extremadamente lento al
atravesar varias áreas colapsadas con coches y gente. En principio,
esto debería cambiar mañana ya que, como es el último día de estas
vacaciones locales, y esa es la razón por la que no había billetes para
Seul, la gente irá volviendo a su hogar a lo largo del día.
Cuando llegamos al puente también está lleno de gente, por supuesto,
así que pasamos rápido pensando en volver mañana.
Camino a la
habitación paramos en un café - pues en todos los restaurantes nos
dicen que están "sold out", y pedimos uno de cada de los dos platos que
no están agotados: unas tostadas con huevos revueltos y cerdo y una
ensalada de gambas. Pagamos 25000 wons y nos recogemos en nuestra
habitación tradicional hasta mañana.
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