Nuestra llegada a la Isla Jeju está prevista para el
mediodía.
Tenemos que recoger el coche de alquiler en el mismo aeropuerto e ir
directo a la primera visita que, dependiendo de a que hora empecemos a
conducir podría ser el popular Tubo de Lava Manjanggul o directamente
al restaurante Myeongjin Jeonbok Abalone, especializado en oreja de mar.
Tenemos el hotel muy cerca del cráter Ilchulbong para asegurarnos poder
subir a la cima o la tarde de este día o, como es preferente, a la
salida del sol.
Los puntos marcados en el mapa son:
0- Hotel Stay Keumho
1- Tubo de Lava Manjanggul
2- Myeongjin Jeonbok Abalone
3- Seongsan Ilchulbong
4- Seopjikoji
Después
El taxi que habíamos reservado para las 8h en el hotel nos
deja en el aeropuerto de Gimpo una hora más tarde, con tiempo de sobra
para la
facturación y embarque. El vuelo es de tan solo una hora y nos ponemos
en Jeju alrededor de las 12:30h.
Seguimos las indicaciones que tenemos para pillar el
shuttlel bus de
Jeju One car y, ya con el coche, salimos en dirección al restaurante
Myeongjin Jeonbok
Abalone. La conducción por Corea es algo diferente pues todas las
carreteras están permanentemente controladas por radares y los límites
de velocidad son bajos. La mayoría de veces se va a 30 o 50 Km/h y lo
restante está limitado a 70 Km/h. Esto hace que la conducción sea lenta
y trayectos de unos 20 km se hacen en unos 40 minutos.
Por lo explicado arriba, tardamos unas 2 horas en llegar al
restaurante. Los límites de velocidad son todavía más intensos en la
ciudad lo que hace que se tarde mucho en salir de ella. El restaurante
está en un bonito
entorno en la costa.
Como teníamos previsto, en el restaurante pedimos tres de
las cuatro opciones de su menú: el porridge de Abalone, el hot pot y
los abalones a la plancha. Pagamos 57000 wons en total.
De ahí vamos directos al túnel de lava Manjanggul,
que cierra a las 17h y sacamos las entradas a las 16:58h por 4000 wons
cada uno.
En la cueva se está fresquito y nos maravillamos con las
formaciones
que la lava ha esculpido en la piedra actuando como una tuneladora.
Concluida la visita conducimos hasta el hotel a los pies de
Seongsan Ilchulbong, al que llegamos
casi anocheciendo, con lo que hoy no podremos subir al famoso cráter.
Paseamos por la zona y hacemos algunas compras en un
supermercado antes
de recogernos hasta mañana. O eso creíamos hasta que tuvimos que ir en
ambulancia al hospital para que atendieran a Eva de un trastorno
digestivo severo. Estamos tres horas hasta que volvemos al hotel con
los medicamentos que va a necesitar para los tres días que le va a
durar. La factura del hospital es de 439000 wons, unos 300€.