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Día
15 (2/11/2018) Yakarta
Antes
En nuestro último día en Indonesia cogeremos un vuelo a Jakarta
temprano que nos debería dejar en la capital sobre las 8:45h. Como el
vuelo de vuelta a casa lo tenemos a las 18:30h, tenemos pensado dejar
las maletas en el aeropuerto y pasar la mañana en la ciudad,
principalmente en la zona del Monumento Nacional, donde también
están la mezquita y catedral nacionales. Si tuviéramos más tiempo
podríamos pasar por la zona colonial en Kota Rua.
Sea como sea, después de comer nos dirigiríamos de
vuelta al aeropuerto para nuestra vuelta a casa.
Los puntos marcados en el mapa, que son los que
nos gustaría abarcar, son:
0- Aeropuerto de Yakarta
1- Monas, Mezquita Istiqlal y Catedral
2- Kota Tua
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Después
El conflicto que tenemos para esta mañana es que
tenemos
el vuelo a las 7:35h y el desayuno del hotel comienza a las 6h. Ayer
pedimos el taxi para las 6:15h y, cuando aparecemos a desayunar a las 6
en punto, el taxista ya está ahí. Vamos todo lo rápido que podemos y
acabamos dejando el hotel cerca de las 6:30h. Como el aeropuerto está
aquí mismo y nuestra experiencia en estos aeropuertos pequeños es que
todo va rápido, vamos confiados en el tiempo que tenemos y, realmente,
todo va bien con nuestro vuelo con Trigana Air.
El vuelo llega según lo previsto a Yakarta y son poco más de
las
9h cuando ya estamos listos con nuestro equipaje en este enorme y
moderno aeropuerto para el plan previsto para hoy. Así que el primer
paso es ir a la terminal 2 y mirar si es posible facturar ya el
equipaje para el vuelo de esta tarde y buscar un sitio donde dejar las
maletas. Para ello subimos al moderno skytrain que comunica las
terminales.
Ya en la T2, comprobamos que es demasiado pronto para
facturar.Se
abre tres horas antes del vuelo, así que bajamos a la planta baja donde
se encuentra el servicio para dejar las maletas y dejamos las cuatro.
Pagamos 35000 rupias por cada maleta pequeña y 45000 por cada mediana
(peso menor a 20 Kg), con lo que sale por 160000 rupias en total.
La terminal se ve magnífica, con muchos restaurantes y
tiendas,
pero como la idea es comer en la ciudad, volvemos al skytrain para
bajar en la parada entre la terminal 1 y 2, donde se encuentra la
estación de tren.
Railink es un moderno tren que comunica el aeropuerto con
diferentes puntos de la ciudad. Yo ya me había informado sobre este
tren, así que hago cola en las máquinas y pago 70000 rupias por cada
billete a la estación BNI City. El próximo tren es a las 10:50h, así
que esperamos a que abran el acceso en una sala de espera en cuyas
pantallas están continuamente dando jugadas de Messi. Parece que son
muy futboleros, y ya me he ido encontrando amplias
muestras del conocimiento que tienen del FC Barcelona.
El tren también es muy moderno y limpio, cosa que contrasta
cuando, 40 minutos más tarde, ya estamos atravesando la ciudad y
podemos ver como son los otros trenes aquí. El tren atraviesa un
curioso vecindario de pequeñas viviendas amontonadas que rebosan hasta
las mismas vías, de forma que al pasar por ahí están tan cerca que la
ventanila del tren se convierte en una ventana donde se ve el interior,
como si te hubieras asomado a su propia ventana.
Cuando bajamos en BNI City después de un trayecto de una
hora,
subimos las escaleras mecánicas hacia un moderno edificio. Seguimos a
la gente y comprobamos que la mayoría se dirije o a salida o a la parada
de taxis. Yo creía que había conexión con el metro aquí, pero resulta
que no, así que, como deberíamos pillar un taxi igualmente, nos unimos
a la cola.
Son taxis Bluebird, que son los recomendados en las guías, le
pedimos al conductor que nos lleve a la mezquita, que es la zona que
tenemos previsto visitar, donde también está la catedral y el Monumento
Nacional. Como son casi las 12h, no tendremos tiempo de mucho más,
comeremos y volveremos al aeropuerto. Pensando en eso, y ya que
necesitaremos un taxi igualmente para volver al tren, le pregunto al
taxista cuánto suele costar el trayecto al aeropuerto y me dice que
unas 300000 rupias, con lo que creo que volveremos directamente en taxi.
Pronto podemos ver el enorme obelisco que compone el
Monumento
Nacional desde el taxi, pero poco después estamos inmersos en un caos
de tráfico en el que apenas avanzamos. Dan ganas de bajarse, pero el
abiente fuera está algo enrarecido: vemos gente vestida de blanco
corriendo a ambos lados de esta enorme avenida. También podemos ver la
bandera islámica por todas partes y hay un camión bastante más adelante
forrado con esta bandera y varios de estos hombres de blanco
con
megáfono en la parte de atrás, que está abierta.
Le preguntamos al conductor que qué pasa y él, que apenas
habla
inglés, nos cede su teléfono con el Google Translator en English -
Indonesian para que pongamos nuestra pregunta y ahí se da esta
conversación:
- ¿Pasa algo?
- Es una demostración
- ¿Una demostración de qué?
- Ha habido quemas de banderas y hoy hay una
demostración de apoyo a la bandera islámica.
Así que eso es. Y, por lo que se ve, el centro de esta
manifestación de fervor islámico es - como no podía ser de otra manera-
la mezquita Masjid Istiqlal, la tercera más grande del mundo a la
que nos dirigimos. Cuando por fin llegamos a ella, la vemos abarrotada
con miles de personas de blanco, dentro y fuera, que también explican
el tráfico que ha hecho que tardemos 30 minutos en hacer poco más de un
kilómetro.
El caso es que ya habíamos entendido que habíamos elegido mal
día
para venir aquí y ya habíamos indicado al taxista que nos llevara al
aeropuerto, con lo que todas las fotos de Yakarta están hechas desde el
taxi.
Poco después dejamos esa parte de la ciudad y volvemos al tráfico
normal, que tampoco es ninguna bicoca, atravesando Yakarta. Nosotros
vamos haciendo fotos desde el taxi de la vida cotidiana de esta enorme
ciudad mientras nos despedimos de ella y, en general, de Indonesia.
Ya en la autopista, nos toca pagar 9500 rupias por el peaje
y,
cuando nos deja en la terminal 2, le pagamos un total de 242000 rupias,
lo que no está nada mal considerando lo que nos había dicho que costaba
un trayecto al aeropuerto y que hemos pasado casi dos horas en ese taxi.
Como son casi las 14h vamos a elegir un lugar
para comer de entre la mucha oferta de esta terminal. Mientras,
entramos en un súper a hacer algo de compra para llevar. Finalmente
escogemos el Imperial Kitchen & Dimsum en el que nos pegamos un
festín de comida china por el que pagamos 263000 rupias.
Tras esto, recogemos las maletas, facturamos y damos una
vuelta
para gastar las rupias que nos quedan hasta que llega el momento de
embarcar para la vuelta a casa. La puerta de embarque es espectacular.
La noche nos acompaña todo el camino, incluyendo las horas
de
enlace en Doha. Eso nos permite descansar con una sonrisa, repasando
las fantásticas experiencias vividas en este viaje.
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