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Día
14 (1/11/2018) Tajung Puting
Antes
Segundo y último día de nuestro tour privado de
dos días
y una noche recorriendo el Parque Nacional de Tajung Puting con Varada
Borneo tours.
Según el itinerario que tienen en la web, este
segundo día
nos llevarían a visitar una villa local y, de ahí, el campamento que
nos queda: Tanjung Harapan. Tras buscar a los nasicos nos devolverán a
nuestro hotel en Pangkalanbun.
Los puntos marcados en el mapa son:
0- Pangkalanbuun
1- Kumai (embarcadero)
2- Rimba Eco Lodge
3- Tanjung Harapan
4- Pondok Tanggui
5- Camp Leakey
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Después
Causa y efecto: como ayer nos acostamos temprano
hoy nos
despertamos en cuanto entra luz por las ventanas. Son alrededor de las
7h cuando salgo de la habitación y oigo un ruido que me hace detectar
un mono narigudo justo encima mío.
Enseguida desaparece en dirección opuesta al río, lo que me hace
recordar que el guía comentó que estos monos se reunen en las orillas
del río para pasar la noche. Así que me dirijo al embarcadero para
comprobar
que, efectivamente, los monos ya se han ido de allí. El río se muestra
precioso con estas primeras luces y ese color oscuro que le conviert en
un espejo perfecto.
Desayunamos en el comedor del lodge y poco después nos
reunimos
con nuestro guía, que tiene prevista una visita a una aldea cercana
para que veamos la forma de vivir de la gente de aquí. Para
ello
tomamos un camino de tablones entre la selva donde pasamos por zonas
con viviendas e identificamos a los habitantes que vemos en sus
quehaceres como trabajadores del lodge.
Lo primero que vemos al llegar a la villa es un par de
extraños
edificios sin ventanas, excepto por un pequeño agujero cuadrado en lo
alto. El guía nos explica que se trata de un negocio local y lo vincula
al cantar de pájaros que hemos podido oir desde hace rato: es una
grabación que sale desde el interior de estas estructuras, que están
pensadas para que una determinada especie de aves anide dentro. Se ve
que los nidos son un manjar.
La calle principal de la villa consta de una línea de casas
frente a un canal. Al parecer, esta villa depende del aceite de palma,
ya que la mayoría de la población masculina trabaja en la plantación de
palmeras que vemos detrás del canal.
La población femenina trabaja en el lodge o la escuela o hace
tallas de madera para vender a los turistas. El calor es asfixiante y
vamos parando de sombra en sombra.
El final de nuestro recorrido es en el embarcadero, que suele
ser
el lugar de entrada de los grupos de turistas que vienen aquí. Si no
están alojados en el lodge, han de venir desde el río.
Allí nos espera nuestra lancha y la preocupación de nuestro
guía
en entretenernos hasta la hora de comer. Nos propone ir a ver unas
obras que están lejos, pero le libramos de ese peso diciendo que no nos
importa pasar la mañana descansando en el lodge, donde tendremos que
hacer el check out y comer a las 12h. Nos gusta la idea de disfrutar de
la paz del entorno alrededor de nuestra habitación, y paseamos por los
jardines haciendo fotos a la curiosa vegetación de aquí.
Cuando llega la hora dejamos las maletas en el Lobby del
lodge y
comemos el menú que tenemos con el tour en el restaurante. La única
actividad que nos
queda es la visita a Tajung Harapan, el campamento más cercano a la
entrada - y salida - del Parque Nacional, y que tiene como hora de
alimentación de los orangutanes las 15h.
Cuando toca salir ha comenzado a llover, con lo que colocan
el
techo de lona en la lancha para ir a Tajung Harapan, donde llegamos
sobre las 14:15h. Paramos en uno de los barracones del campamento a
esperar que amaine pero, como no lo hace, salimos hacia la plataforma
de alimentación. Cuando llegamos ha parado de llover.
Esta
vez no se nota ningún movimiento en los árboles cuando ponen las
bananas a la hora prevista y media hora más tarde nos planteamos irnos
y pensamos la suerte que tuvimos en el primer campamento ayer, cuando
asumimmos que aquello era lo normal. Pero pasados unos 40 minutos
aparece un orangután joven.
Poco después aparece una orangutana con su cría y luego otra
más,
con lo que se reparten los plátanos entre los cinco. Somos
conscientes de que son los últimos orangutanes que veremos, con lo que
alargamos el momento de irnos.
Nos vamos pasadas las 16h sabiendo que todo lo que queda es
la
vuelta al hotel y mañana volver a casa. Así que disfrutamos del viaje
en lancha por el bonito paisaje, que apreciamos más sabiendo que nos
despedimos de él.
Ya de vuelta al río ancho vemos como nos acercamos a Kumai.
Al
llegar, nos despedimos de nuestro conductor de la lancha y, mientras
esperamos a Wati, alguna familias locales piden fotografiarse con Eva,
como ya pasara en India.
Wati llega con el coche y para en un puesto
callejero para traernos un snack típico de aquí. Son unos pequeños
cilindros de hojaldre que pueden estar rellenos o de queso, o de
chocolate o de judía verde, y no puedes saber el contenido. Así que por
mucho que quieras más el de queso o el de chocolate tendrás que comerte
algunas judías.
Nos despedimos en la puerta del hotel. Han sido
unos días fantásticos y nos dejan cierta tristeza cuando se van y sólo
queda el sentimiento de que se ha acabado.
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