Día 12 (31/10/2019)   Iguazú: Lado brasileño


Antes   

   Tras hacer el check out en el hotel, pasaríamos la mañana de este día visitando el lado brasileño de Iguazú. Por la tarde podríamos volver al lado argentino a completar lo que nos dejáramos el día anterior. Presumiblemente, el circuito superior.

   Nuestro vuelo de vuelta a Buenos Aires sale a las 21:30h y tiene previsto llegar a la capital argentina alrededor de las 23:30h. Tenemos pensado pedir un transfer en el hotel para llegar lo antes posible y descansar.

Mapa del lado brasileño de Iguazú

Después

   Hemos vuelto a quedar con nuestro taxista a las 9h aunque ya nos avisó que iríamos holgados de tiempo. Salimos hacia la frontera a la que llegamos pronto a unirnos a la cola. Tardamos un rato en salir de Argentina con el simple trámite de darle los pasaportes al conductor para que los muestre.
lado argentino de la frontera con Brasil
   Lo siguiente es atravesar un puente sobre el río Iguazú que tiene una mitad pintada con los colores argentinos y la otra con los brasileños. Al otro lado del río nos espera Brasil. Nuestro conductor nos explica que los controles brasileños se han dejado de hacer. Nadie te va a parar, aunque si vas a hacer noche deberías parar a que te sellen la entrada al país en ventanilla. Nosotros lo hacemos también y continuamos hasta la entrada del Parque Nacional, al que llegamos sobre las 10:15h.
Puente fronterizo entre Argentina y Brasil
   No encontramos cola para las taquillas y pagamos 70 reales por cada entrada al parque. El acceso da directamente a la plataforma para esperar el autobús de dos pisos. Estos autobuses recorren la única carretera del parque haciendo varias paradas por el camino, aunque la mayoría va hasta el final obviando el resto.
Entrada al Parque Nacional do IguaçuBuses de enlace en el Parque Nacional do Iguaçu
   Nosotros también lo hacemos así y bajamos en el principio de las plataformas. Ya nos habían indicado como referencia que éstas se encuentran frente a un lujoso hotel rosa: el Belmond.
Hotel Belmond en Iguazú
   El único itinerario que hay en este lado comienza con una gran terraza a la Isla San Martín y los saltos que la rodean. Las vistas son espectaculares, aunque algo más lejanas de lo que esperaba. Supongo que es la sensación tras haber tenido las de ayer.
Vistas a las cataratas de Iguazú
   Hay mucha gente y me hago un hueco para mis fotos. Cuando acabo me doy cuenta de que estoy saliendo en una foto de grupo de una especie de peña galesa que ha posado con su bandera.

   Seguimos la plataforma que va siguiendo el río con la vista variando ligeramente por el protagonismo de la Isla San Martín hasta llegar a su parte más oculta, donde se hacen más claros los dos niveles que tienen los saltos.
Vistas a las cataratas de IguazúVistas a las cataratas de Iguazú
   Aquí hay otro balcón a estas nuevas vistas que permite ver la Garganta del Diablo. Poco después se empieza a ver el final de las plataformas, que es la parte que se mete en las cataratas.
Plataforma en el lado brasileño de Iguazú
   Cuando llegamos a ese punto nos damos cuenta que hemos calculado mal el tema de mojarse, ya que es aquí donde uno se moja, mientras que ayer no nos pasó. Por si tuviéramos dudas, hay un puesto donde venden impermeables, pero ya no hay. Puede que haya ayudado a eso que el cielo está amenazando lluvia.
Plataforma en el lado brasileño de IguazúPlataforma en el lado brasileño de Iguazú
   Ya en la plataforma podemos ver que el mojarse no viene de acercarse a las caídas de agua en sí, sino de la nube de gotas que se produce como resultado de esa caída y que sólo puede ir hacia las plataformas.
Vistas de las cataratas de Iguazú
   Las vistas son fantásticas y la experiencia divertida. Al final hay un balcón para asomarse a la Garganta del Diablo. Es una forma de sacar el máximo partido a los pocos saltos que están en este lado.

Vistas de las cataratas de Iguazú
Vistas de la Garganta del Diablo de Iguazú
   Todavía hay otra atracción, y es que las plataformas finalizan en un bloque de tres pisos con un elevador para acceder al tercero, que ejerce de mirador.
Elevador en Iguazú
   Nos unimos a la cola para el elevador. Las vistas en estos primeros pisos ya son estupendas.
Plataforma del elevador en IguazúPlataforma del elevador en Iguazú
   La subida es corta y, una vez arriba, se puede disfrutar de las vistas más elevadas y amplias de esta zona.
Vistas de Iguazú desde el mirador del elevadorVistas de Iguazú desde el mirador del elevador
   Con esto queda concluida la visita y sólo queda volver, para lo que seguimos las indicaciones hasta unirnos a la cola que espera el autobús de vuelta. La conclusión es que merece la pena visitar el lado brasileño. Incluso diría que, si sólo se tiene medio día para visitar las cataratas, habría que hacerlo aquí, ya que es donde más se aprovecha el tiempo.
Parada de autobús para volver de las plataformas
    Cuando salimos del Parque Nacional está lloviendo copiosamente. Tardamos en encontrar a nuestro conductor porque tienen un tiempo limitado para estar abajo y van rotando y, en este momento, estaba arriba esperando.
Exterior del Parque Nacional do Iguaçu
   Volvemos a parar en la frontera para que nos sellen la salida de Brasil y le pedimos al taxista que nos lleve al Parque Nacional del lado argentino como estaba previsto porque, a pesar de que esté lloviendo, sabemos que estas tormentas tropicales pueden desaparecer con la misma rapidez que llegan.
Vuelta al lado argentino de Iguazú con lluvia
   Ya en la taquilla del Parque Nacional mostramos nuestros tickets de ayer para pagar la mitad: 400$ por persona. Hay gente allí, pero toda es para preguntar sus opciones para una devolución ya que se van debido a la lluvia. el cabreo que llevan significa que no hay devolución y una mujer se sorprende al ver que saco entradas y me dice que el tren está parado por la lluvia.
Maqueta de las cataratas de Iguazú
   Nosotros, de momento, accedemos al interior para ir directamente a comer ya que son casi las 14:30h y el restaurante cierra a las 16h. Me he olvidado traer los descuentos que tenía de ayer, pero al mencionarlo, y apoyados por el camarero que nos atendió ayer que nos recordaba, nos hacen el descuento igualmente, con lo que pagamos 550$ por persona otra vez.

   Cuando acabamos hacemos tiempo pues la lluvia sigue igual de fuerte que cuando vinimos. Supongo que ese extraordinario caudal de agua de las cataratas tiene que venir de alguna parte. Si para podremos ir al circuito superior, que es el único que nos falta, aunque no haya tren. Pero eso no ocurre y, cuando están cerrando, nuestro conductor nos dice que le esperemos allí que va a pasarnos a buscar con el coche por el restaurante.
Vista desde el Hito de las Tres Fronteras
   Como tenemos tiempo le pedimos al taxista que nos lleve al Hito de las tres fronteras. un mirador al río Paraná en el punto en el que se le une el Iguazú y que muestra orillas de tres países: Argentina, Brasil y Paraguay.
Hito de las Tres fronterasOrilla paraguaya del Río Paraná
   Estamos prácticamente solos a pesar de que ya casi no llueve. La visita es rápida y de ahí volvemos al hotel. Al llegar nuestro taxista nos pide 900$: 500$ por la ida y vuelta al lado brasileño y 400$Tarifas de los taxis en el aeropuerto de Iguazú por lo mismo en el lado argentino. Quedamos con él para más tarde para el trayecto final al aeropuerto mientras nos relajamos en el vestíbulo.

   Llegamos al aeropuerto algo pasadas las 19h. Es muy pronto para un vuelo doméstico, pero tampoco teníamos nada que hacer en el hotel. Sin embargo, en el mostrador de facturación de Jet Smart sólo hay un chico con maletas y una chica de la aerolínea. Preguntamos si es que todavía no han abierto y la cara de la chica no augura nada bueno. Resulta que el horario del vuelo se adelantó y nosotros y el chico somos los únicos que no lo sabíamos. El vuelo todavía no ha salido pero la facturación está cerrada y el sistema ya no permite impriir tarjetas de embarque.

   Más tarde llega un supervisor de Jet Smart a explicarnos que el cambio de horario se debe a una nueva ley para el Aeroparque de El Palomar ya que, debido a las quejas de los vecinos, ya no se permiten vuelos pasadas las 22h. Este cambio se hizo hace más de un mes y las aerolíneas que tenían vuelos que llegaban más tarde de esa hora se han visto obligadas a adelantarlos. Pero ellos han informado por email a todos los que han reservado estos vuelos. Nuestro problema es que no reservamos directamente con ellos, sino que lo hicimos a través de una web de búsqueda de vuelos y ellos deberían ser los que nos hubieran tenido que informar del cambio
En taxi por Puerto Iguazú
   Así que pillamos un taxi de vuelta al hotel. Mientras me aseguro con el móvil de que hay vuelos a Buenos Aires para mañana. Nuestra prioridad es en realidad llegar a Buenos Aires a tiempo de pillar nuestro vuelo de vuelta a casa de pasado mañana. El taxista nos para en la estación de autobuses tras comentarnos que existe esa opción, pero no hay más autobuses para hoy. Nos guardamos los horarios de mañana como plan B.

   En el hotel, no solo nos ofrecen habitación por 50€, sino que nos sacan billetes para el vuelo de mañana con Latam por unos 60€ cada uno.
Acera del Restaurante La Mamma
   Con todo solucionado, salimos al pueblo a cenar en el pequeño Restaurante La Mamma, donde hacen su propia pasta fresca y los platos están deliciosos. Parece que nos resistimos a dejar un lugar tan mágico como Iguazú.