|
|
Día
8
(26/03/2015) Peterhof
Antes
El propósito de este día es visitar el Palacio de
Peterhof. Para ello usaremos los aerodeslizadores que salen del
Almirantazgo, muy cerca de nuestro hotel.
Por la tarde, ya de vuelta en san Petersburgo, podríamos
visitar
el Museo del Hermitage si no lo hiciéramos el día anterior.
Los puntos marcados en el mapa son:
0- Parada del minibús 1- Jardines Superiores 2- Jardines inferiores 3- Palacio de Peterhof 4- Gran cascada
|
Después
Estamos en temporada baja aquí: nada navega el río
helado, y eso incluye los aerodeslizadores. Las fuentes de Peterhof
estarán apagadas, pero eso al menos ya lo sabía. Mi mujer se queda a descansar
en la habitación y mañana sí se vendrá al Palacio de Catalina la
Grande, que es la visita más recomendable de las dos en invierno.
Sigo los pasos para ir por tierra sin complicaciones: metro hasta
Avtovo y ya localizo las vans al otro lado de la calle. Cruzarla es
otra historia y he de caminar un trecho hasta el paso de cebra. La fila
de minibuses es larga y el primero me acoge para ocupar su último
asiento libre. A mitad de camino me puedo cambiar al asiento de delante
y decirle al conductor "Fontans", él niega con la cabeza y hace un
gesto para indicarme que más adelante. Con eso consigo que cuando toca
me lo indique. No es evidente. La referencia sería la llamativa
catedral de Peterhof, al otro lado de la carretera. El trayecto
completo desde el hotel ha rondado la hora.
Entro a los jardines y el palacio ya se ve al
fondo. No hay rastro de verde en estos jardines y descubro que las
esculturas están cubiertas con cajas de madera, supongo que para
protegerlas del crudo invierno. Al otro lado del palacio encuentro la
Gran Cascada, que es el único lugar donde están las esculturas a la
vista. El bronce dorado debe ser suficiente protección.
El ancho canal que comunica esta espectacular
fuente con el Báltico está centrado con el palacio y ahora muestra
grandes trazas de nieve.
En la puerta un cartel dice que el palacio abre a
las 10:30h y ahora pasan un par de minutos. Hay un colegio y algunas
parejas de turistas esperando pero yo me coloco el primero en la cola porque ésta no está formada.
Abrirá unos 15 minutos tarde y dentro puedo dejar el plumas y seguir el
recorrido del interior libremente. No se permiten hacer fotos dentro y
en cada sala, por pequeña que sea, hay una mujer mayor sentada para
vigilar eso se cumpla.
Después recorro el resto del recinto. En esta
época sólo hay que pagar por el palacio y yo he usado la Petersburg
Card ahí, pero marcan 550 rub para el ticket.
Al salir visito la catedral aprovechando que la
parada de autobús está al lado. Paran con mucha frecuencia y me subo a
una van similar a la de la ida, aunque ahora pago 55 rub, 5 menos que
antes.
Llego al hotel a buena hora para comer y con toda
la tarde para dedicar al Hermitage. Para lo primero nos apuntamos al
parco buffet del hotel que tienen anunciado por 650 rub, para lo
segundo nos ponemos en un momento en la Plaza del Palacio.
Nos unimos a la cola para entrar al Hermitage,
pero ésta no avanza. Una locución dice que el museo está lleno y que se
controlan los accesos, aunque lo tenemos mal, pues no paran de entrar
grandes grupos de niños.
Al final hemos tenido que esperar unos 45 minutos
al frío. Después compro dos entradas de 500 rub y accedemos al interior
liberados de nuestros enormes abrigos, que se han quedado en el
guardarropía.
Primero recorremos la primera planta completamente,
donde principalmente encontramos objetos y salas del palacio y
pinacoteca.
Luego bajamos a la principal para disfrutar de la gran
colección arqueológica.
Finalmente, visitamos la pintura moderna de
la segunda planta, donde hay dos salas dedicadas a Picasso.
Aproximadamente teníamos dos horas y media y no las hemos agotado por
poco.
Saldremos del hotel a Nevsky para cenar en un
concurrido local cercano.
|
|
|
|