Este día nos despertamos en Tallin con la
intención de
visitar su centro histórico hasta el momento de embarcar en nuestro
ferri de vuelta a Helsinki, a las 13:30h.
En la misma terminal de ferri de Helsinki cambiaremos a un
barco
más grande en el que pasaremos la noche camino de San Petersburgo.
Los puntos marcados en el mapa son:
0- Hotel L'Ermitage
1- Terminal de ferris
2- Catedral de Alejandro Nevsky
3- Catedral de Santa María
4- Plaza del Ayuntamiento
5- Iglesia del Espíritu Santo
6- Iglesia de San Olaf
7- Torre Kiek in de Kök
8- Torre Gorda Margarita
Después
Intentamos salir pronto para tener tiempo a ver
toda la ciudad vieja de Tallin y salimos del hotel algo pasadas las 9h.
Pronto nos ponemos ante la Catedral de Alexander Nevsky siguiendo el
corto camino que ya hiciéramos anoche. Dentro no se permiten
fotografías.
Después nos acercamos a la catedral de Santa
María, que está cerrada. Pronto descubrimos que prácticamente todo abre
aquí a las 10h. Vamos hacia un mirador marcado en el mapa, aunque
resulta dar a la ciudad moderna y el mar, mientras que yo busco las
vistas de la ciudad vieja.
Estamos en una colina y, cuando nos topamos con un
panel con el mapa de la zona, localizo el único mirador hacia el casco
antiguo, que obviamente visitamos. Se localiza entre el 3 y el 4 del
mapa de arriba.
Alcanzadas las 10h nos hacemos con algún souvenir
y entramos en Santa María, aunque sólo para descubrir que tampoco se
permiten fotos y, además, cobran 2€ de entrada aunque ya vemos el
interior desde la puerta, así que salimos para dejar la colina e
introducirnos en la zona amurallada.
La ciudad medieval está llena de encanto, con sus
calles empedradas y sus fachadas coloreadas.
Poco a poco vamos recorriendo las iglesias, aunque
nos las encontramos todas cerradas a cal y canto. La Plaza del
Ayuntamiento se abre entre la red de calles haciendo un atractivo
espacio rodeado de restaurantes. Aquí se encuentra la farmacia más
antigua del mundo.
No nos dejamos ningún rincón sin explorar antes de
salir de vuelta al hotel gracias a que no hay distancias largas en el
recinto.
Pedimos que nos llamen a un taxi con el que
confirmamos el timo de ayer, que ya sospechábamos. Éste nos cobra menos
de 8€ por el mismo trayecto por el que ayer nos cobraron 27€. Ahora que
somos veteranos, en cuanto abren el embarque, enseguida nos pillamos un
sofá frente a la amplia
cristalera que nos muestra el camino que ha de seguir el barco.
Hoy que es un día soleado puedo deleitarme en el
exterior con las vistas de Tallin desde el mar y el inconfundible
skyline de su casco antiguo.
El cambio de barco en Helsinki se hace muy
sencillo y tal como salimos del largo pasillo de los ferris de la
compañía Tallink, hacemos el check in y seguimos el largo pasillo de la
compañía St.Peter Line. Aunque ésta requiere un control de pasaportes.
El barco es enorme, con varios restaurantes,
casino, piscina... Estamos contentos con nuestro camarote, pero cuando
subimos a cenar a las 20:50h nos encontramos el restaurante cerrado.
Nos explican que el horario es de 17h a 20h en el horario de Finlandia,
aunque descubrimos que en Rusia es una hora más porque no cambian en
invierno, con lo que este fin de semana se pondrán ambos paises en el
mismo horario. Con respecto a la cena, nosotros podemos gastar nuestros
tickets en cualquiera de los otros restaurantes de carta, y lo hacemos
en el de sushi, justo antes de recogernos a dormir.