El ferri tiene prevista su llegada a San
Petersburgo a las
9:30h. Tras los trámites de entrada al país iremos a nuestro hotel.
Una vez alojados, dedicaremos el día a visitar los puntos de
interés de la ciudad, que aún siendo muchos, están todos en las
cercanías.
Los puntos marcados en el mapa son:
0- Petro Palace Hotel
1- Almirantazgo (Salida de los ferris a Peterhof)
2- Catedral de San Isaac
3- Plaza del Palacio
4- Hermitage Museum
5- Iglesia de la Sangre Derramada
6- Avenida Nevsky
7- Catedral de Nuestra Señora de Kazán
8- Fortaleza de Pedro y Pablo
Después
Subimos a desayunar a las 9h - hora ya de Rusia -
y nos arrepentimos de no haber traido la cámara pues las ventanas nos
muestran unas imágenes mágicas del barco atravesando lentamente un
canal helado, aunque roto, como si acabara de pasar un rompehielos para
abrir el paso.
Salimos fácilmente al muelle y seguimos el único
camino marcado para pasar el control de inmigración, luego nos escanean
las maletas y ya estamos fuera. Cuando pregunto lo que necesito para el
shuttle bus me dicen que la "departure card", yo les pregunto si se
refieren a la terjeta de embarque del crucero pero me dicen que no.
Viendo que no he oido hablar de esa tarjeta me preguntan si
tengo visado
y cuando contesto que sí parecen entenderlo todo: la departure card es
una tarjeta que le dan a los que no llevan visado. Como no llevo,
simplemente me aconsejan que no le diga nada al respecto al conductor
del bus. Flipo, pero es la única salida teniendo en cuenta que no es
posible cambiar dinero aquí.
El bus va directamente a la catedral de San Isaac,
que da la casualidad que está junto a nuestro hotel, del que ya hemos
visto el nombre antes de bajar. Nos dan habitación a pesar de ser tan
temprano y salimos a hacer los recados más urgentes: cambiar dinero y
comprar la Petersburg card.
Lo primero lo hacemos fácilmente por 61,70 rub por
euro, pero la dirección del hotel en Nevsky donde comprar las tarjetas
no me lleva más que a cafés. Cuando entro en uno a preguntar los
camareros no me
saben decir, pero dos jovencitas se afanan en ayudarnos y recorren con
nosotros las calles siguiendo su GPS en el móvil hasta dejarnos donde
queríamos ir no sin dificultad. Extraordinaria generosidad. Sin ellas
no hubiéramos encontrado nunca el sitio. Nos hacemos con las dos
tarjetas por 2600 rub cada una.
Ya podemos comenzar con nuestras visitas, cuando
son las 11:30h. La primera es a la catedral de Kazán, que tenemos
delante. La entrada es gratuita, pero no se pueden hacer fotos en el
interior.
La segunda es a la famosa Catedral de la Sangre
Derramada, un poco más arriba siguiendo el canal. Luce espectacular
entre las casas y de cerca es aún más impresionante.
Aquí usamos las
tarjetas por primera vez y sí podemos fotografiar el extraordinario
interior, repleto de mosaicos.
Atravesamos un parque buscando el puente sobre el
río Neva. El cruce no es cómodo ya que el puente es largo y el río baja
con bloques de hielo que traen un viento que daña.
No es fácil perder de vista la referencia de la
fortaleza de Pedro y Pablo ya que la larguísima aguja dorada de la
catedral marca el camino.
Con las tarjetas nos dan entradas para la catedral
y para la prisión. La catedral es emblemática para este país pues en
ella se hayan las tumbas de casi todos sus zares.
Después visitamos la prisión, que consta de dos
pisos casi idénticos de un pasillo circular con celdas en uno de sus
lados. Ya estamos pensando en comer pero antes de salir vemos un grupo
de gente en bañador tomando el sol pegados a una pared de la fortaleza,
junto al río helado. Auténticos kamikazes.
Pasan de las 15h y nos cuesta conseguir
restaurante, en el cuarto que preguntamos, justo pasada la Plaza del
Palacio, nos admiten y comemos bien, pero sin saciarnos, por 1400 rub.
La última visita del día la tenemos junto al
hotel, la Catedral de Isaac, que cierra a las 18h. Con la tarjeta nos
dan entradas para la catedral y para lo que llaman "columnata", y nos
aconsejan ir primero a esta última. Descubrimos demasiado tarde que en
realidad se trata de subir unos 200 escalones hasta la cúpula. Eso sí,
la recompensa son las vistas de 360° de la ciudad.
Bajamos para deleitarnos con el maravilloso
interior de la catedral y nos encaminamos al hotel con unas piernas que
hace rato que se quejan.
Solo haremos una salida por la noche para mirar
souvenirs y cenar una sopa en un local muy frecuentado por los locales.