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Día
5 (08/03/2014) Cayo Caulker
Antes
En el hotel,
pillaremos el transfer privado para llegar al aeropuerto Mundo Maya de
Flores a tiempo de embarcar en nuestro vuelo a Ciudad de Belice, que
despega a las 8:30h.
Todo lo que tenemos que hacer en Ciudad de Belice
es llegar a la terminal de Water taxis desde el aeropuerto, para lo que
pillaremos un taxi. Este tipo de embarcación nos debería dejar en Cayo
Caulker en menos de una hora.
El resto del día es para pasear por la isla y
fusionarnos con su ambiente caribeño.
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Después
A
las 5:45h estamos en la entrada del Jaguar Inn esperando nuestro
transfer al aeropuerto, que ha de venir a las 6:00h. Está amaneciendo y
los sonidos de la jungla se amontonan conforme clarea. Es maravilloso.
A las 5:55h llega nuestro coche, y a las 7h estamos en el
pequeño
aeropuerto. Aunque el vuelo es internacional, es demasiado pronto y el
mostrador de Tropic Air - uno de los cuatro - está cerrado. Falta media
hora al menos, que aprovechamos para desayunar café y tarta en un
pequeño puesto en la esquina. Al otro lado del hall hay dos
escritorios: el de inmigración y el de control de pasaportes.
El proceso es rápido y se entiende cuando nos explican que el
avión va medio lleno: 6 pasajeros de 12 posibles. Durante la
facturación pagamos los 33 USD por persona de tasas de salida de
Guatemala que yo pensaba que ya se incluían en el precio del billete.
La justificación se muestra en inmigración para que sellen la salida, y
en el control de pasaporte comprueban que todo esté correcto para
dejarnos pasar a la sala de espera, con unas pocas puertas de cristal
que dan a un mismo pasillo exterior que baja a la pista.
A las 8:30h estaba prevista la salida de nuestro vuelo, pero
es a
esa hora cuando llega el avión de Tropic air. Sin embargo, no
tardaremos mucho en ver cómo llevaban el escaso equipaje en un carrito
al avión y salimos a la pista las tres parejas para acceder a la
avioneta por unas escaleras desplegables. Rápidamente escogemos un
asiento junto a la ventana y nos sentimos como en un vuelo privado.
Podemos ver a los dos pilotos y sus aparatos justo delante.
El vuelo es espectacular: se vuela bajo y tenemos unas vistas
increíbles del lago Petén Itzá, y las numerosas hectáreas de jungla,
hasta que aterriza justo cuando se divisa el mar. Se nos ha hecho muy
corto.
El desembarco y salida del aeropuerto es
rapidísimo también. Pillamos la puerta que pone "taxis" para acceder a
la calle, junto a un mostrador en el que cuando decimos que vamos a la
terminal de Water taxis, nos dicen que deberemos pagar 25$ al taxi.
Por el camino nos damos cuenta de que el nombre del taxista
es
Luis Pérez y pronto estamos metidos en una conversación en castellano.
Nos dice que la mayoría de habitantes hablan español y otras muchas
curiosidades de este pequeño país. Cuando me pregunta con qué compañía
de ferris vamos, le contesto que con la que salga antes, y consulta los
horarios que lleva a mano, para llevarme a la terminal de San Pedro
Belize Express, donde pago 50 USD por dos billetes a Caye Caulker.
Tengo que atender más porque creo que me están timando con el cambio.
Belice tiene una tasa de cambio de moneda fija: 1 $ USD -> 2 $
BLZ.
Como no he podido cambiar a moneda local, yo estoy pagándolo todo con
dólares americanos y el cambio me lo están dando siempre en beliceños.
Y así será la tónica en este país, cuando desembarcamos en
Cayo
Caulker tras una hora de trayecto en el ferri de las 10:30 h nos
encontramos la oferta de taxis al final del pier y nos indican que la
tarifa es de "5 americanos". Como en esta pequeña isla no hay coches ni
motos, los taxis son cochecitos de golf, que junto con las bicicletas,
forman la flota entera de vehículos en este lugar.
El Barefoot Beach Hotel está junto al mar, como no puede ser
de
otra forma en esta isla, aunque al parecer no hay playas aquí y todos
los hoteles tienen un pier con tumbonas y escaleras al mar templado.
Salimos enseguida a conocer la isla, comer e ir
mirando el tour para mañana. Paseamos por la Front Street y enseguida
nos imbuimos en el aire bohemio de la isla, con casas de madera
pintadas con colores chillones. Por las calles horizontales se puede
ver el mar a ambos lados y por la que vamos está principalmente
sembrada de restaurantes y agencias de tours, con algún supermercado,
siempre regentado por chinos, por el camino.
Cuando pasamos a la altura del lugar donde hemos
desembarcado,
subimos a las oficinas de la compañía del water taxi para hacernos con
los billetes a Chetumal, en Méjico, para pasado mañana. Nos cobran 45
USD por persona.
Escogemos el restaurante "Brisas del mar" para
comer. Tienen como oferta un mojito de regalo con cada comida y la
aprovechamos tomándolo en las mesas que tienen junto al mar. La comida
tarda un poquito, pero los camarones rebozados con coco que yo me pido
están buenísimos. Venía con antojo de langosta, pero resulta que
estamos fuera de temporada. Nos sale por un total de unos 50 beliceños.
Hemos comprobado que podemos hablar en castellano
en todos los sitios de aquí, y lo volvemos a ver cuando escogemos
operador para el tour de mañana. Por lo que hemos visto, todos tienen
las mismas políticas y precios: el tour para ver manatís tiene un
mínimo de 4 personas y, por lo tanto, acabamos pillando el tour de
medio día para hacer snorkel en tres puntos por 35 USD por persona. Lo
hacemos con Mario's tours.
El resto del día lo pasamos descansando en las
hamacas del hotel y disfrutando de la brisa del mar.
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