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Día
3
(15/09/2020) Verona
Antes
Saldremos de Malcesine lo antes posible tras hacer alguna
visita que nos pudiéramos dejar el día anterior.
El siguiente destino sería el casco antiguo de Verona, donde
tenemos previsto aparcar en un parking cercano, justo antes de la ZTL,
y hacer nuestras visitas callejeando por la zona.
Seguramente nos tocará comer en Verona y, tras culminar
nuestro recorrido, iríamos hasta Padua, donde pasaremos la noche.
Está difícil pero, si nos sobrara tiempo, podríamos pàrar en
Vicenza para ver el Teatro Olímpico.
Los puntos marcados en el mapa son:
0- Parking Arena
1- Arena de Verona
2- Casa de Julieta
3- Piazza delle Erbe
4- Piazza del Duomo
5- Ponte Pietra
6- Funicular al Castilo de San Pietro
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Después
Cumplimos con el plan y salimos del hotel, bien
desayunados, y con el checkout hecho, a las 9:10h hacia la terminal del
funicular al Monte Baldo. Ayer nos compraron los tickets en el hotel
para las 9:30h. En 5 minutos estamos y todavía hay poca gente.
Accedemos enseguida al funicular tras el primer control de temperatura
de este viaje.
El funicular sube rápidamente hasta la mitad del
trayecto
y la vista de Malcesine gana belleza con la altura cuando,
paulatinamente, se va viendo el castillo, luego el lago y finalmente
las montañas que lo rodean. En esa mitad de trayecto nos bajamos y
cambiamos a otro funicular. Sube mucha gente que parece tener el plan
de pasar el dia en el monte, con mochilas y bicicletas, e incluso con
perros.
Nosotros hemos venido por las vistas y las encontramos tras una corta
subida. No
necesitamos más, aunque mirar una maravilla así invita a quedarse un
rato absorbiendo y asimilando lo que vemos.
Aun así, seguimos el plan y
bajamos en el siguiente funicular, a las 10:15h (bajan cada media hora,
cada hora y 15 y 45). Como esperaba, bajamos solos y podemos disfrutar
del trayecto tranquilamente.
Cuando salimos camino de vuelta al hotel la cola
para el
funicular baja por la calle en lo que parece que van a ser horas de
espera para los del final. Ya en el hotel recogemos el equipaje, nos
despedimos y salimos con el coche. Hay algo de placentero en ir
contracorriente para mejor. Nos ha pasado con el funicular y ahora lo
vivimos en el coche, yendo por la dirección vacía, mientras que la cola
de coches esperando entrar en Malcesine parece no acabar.
Llegamos a Verona alrededor de las 13h. Aparcamos en el Arena Parking,
como estaba previsto, y comenzamos nuestra visita del casco antiguo de
la ciudad atravesando una bonita puerta con un reloj que hace de acceso
a la parte amurallada.
Inmediatamente después estamos frente a la plaza
del
Arena, que es como llaman a la especie de Coliseo romano que tienen
aquí, aunque algo más pequeño. Por fuera se ven las arcadas
correspondientes a sus dos pisos. Aunque no entramos, sabemos que por
dentro está mejor conservado que el romano y que es escenario habitual
de óperas.
Continuamos hacia la Casa de Julieta, donde solo accedemos al jardín
para ver el famoso balcón. De ahí seguimos hasta la Plaza del Erbe. La
más monumental de este centro historico donde, además, hay montado un
mercadillo.
La torre del reloj del Palacio de Reggione es tan
alta que
no hay forma de fotografiarse con ella. Decidimos comer en un
restaurante de esa plaza: dos lasañas con agua y cocacola por 20 euros.
Después seguimos hasta la catedral, donde nos
piden 3
euros para entrar. Dentro está dividida en tres recintos: la catedral
en sí, el baptisterio y una zona arqueológica donde se pueden ver
mosaicos y columnas romanas bajo el suelo.
De ahi vamos directos al
Puente de Piedra, con bonitas vistas al río Arno y, ya en el otro lado,
seguimos las señales hasta el funicular al Castillo San Pietro, que se
encuentra
ahí mismo. Pagamos 2 euros cada uno para el trayecto de ida y vuelta.
Este es un trayecto muy corto.
Las vistas de Verona desde el funicular casi son mejores que desde el
castillo, donde no se puede tener una panorámica general por los altos
árboles que lo rodean.
Las vistas parciales, sin embargo, ya son
espectaculares de por sí. Cuando bajamos solo nos queda ir directos al
parking, pero el calor y la falta de sombra en algunos tramos nos hacen
el camino más pesado de lo que creíamos.
Pagamos 14 euros de parking y salimos rumbo a
Padua. Nos
ponemos en el hotel frente a la Basílica de San Antonio en apenas una
hora, algo pasadas las 18h. Ese ultimo paseo en Verona hasta el coche
con todo ese calor ha hecho
mella en nosotros y solo queremos descansar.
Por la
noche saldremos al
centro de la ciudad a cenar un plato de carne para mi y otro de pescado
para Eva por los que pagamos 25 euros.
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