El primer día en Cracovia mantenemos el coche por una razón:
la
visita a las minas de sal de Wieliczka. El día queda mayormente
dedicado a esta excursión, que es una de las visitas estrella de este
viaje.
Los puntos marcados en el mapa son:
0- Apartamentos Sienna 7
1- Minas de sal de Wieliczka
Después
Desayunamos en el apartamento de lo que trajimos
del Carrefour Express que hay justo al lado y salimos en dirección a
Wieliczka pasadas las 10h. El trayecto es fácil y corto, unos 20
minutos, y al llegar hay varios empleados en la carretera indicando el
parking de las minas de sal. Nos hacen pagar 25 zlotys al momento, que
es la tarifa única para todo el día. Al salir descubrimos que es un
parking "falso", y que el verdadero está unos metros más para allá. En ese
cobran 6 zlotys la hora.
Faltan unos minutos para las 11h cuando dentro del
recinto tenemos que preguntar para llegar a la mina de sal, ya que hay
otras atracciones allí. Nos ponemos en la cola para los tickets de
extranjeros que no vienen en un grupo. Mientras hacemos cola podemos
ver las hileras junto a cada bandera, lo que indica los grupos por
idioma. Entonces vemos que solo hay dos pases al día en español, y el
primero es a las 11:20, con lo que vamos justo.
Al final sacamos los tickets, 89 zlotys cada uno,
a las 11:13h y nos unimos a la hilera justo cuando abren el acceso al
interior para ella.
Lo primero es bajar 53 pisos de escaleras de
madera hasta la primera galería y entonces comienzan las explicaciones.
El tour nos lleva a través de zonas con esculturas
de sal hechas por los mineros a través de los siglos y algunas
mostrando como trabajaban aquí antiguamente usando dioramas con
maniquís.
La joya de este lugar es la vasta Capilla de Santa Kinga, montada íntegramente
con sal. Las escalinatas fueron cavadas en la sal del suelo, las
paredes muestran relieves grabados directamente en ellas... Es algo
fantástico que nos deja boquiabiertos.
También hay zonas naturales preciosas, con lagos
salados formados con los años. La guía nos deja en una sala donde están
las tiendas de regalos. en esta zona hay también un museo, un
restaurante, una sala de reuniones y, claro está, la salida.
Al terminar, decidimos comer en el restaurante de
allí: pierogis y escalopa para mí y sopa de tomate y pierogis para Eva.
Pagamos 77 zlotys en total.
Es necesario esperar en un punto a ser recogido por un
guía para que te lleve a los ascensores y salir. Por el camino
descubrimos la razón: el trayecto es
ridículamente largo, a través de interminables túneles y puertas.
Salimos en medio del pueblo y nos cuesta
orientarnos para encontrar la zona por la que entramos y donde tenemos
el coche.
Conducimos ahora de vuelta a la Ciudad Vieja de
Cracovia, pero a las Galerias Krakowska, ya que tenemos que entregar el
coche allí. Lo hacemos en el parking Pg, donde un chico aparece para
validarnos la entrega. Aprovechamos para hacer compra en el enorme
Carrefour de allí antes de volver caminando al apartamento.
Hemos podido ver el ambiente que hay fuera así
que, aunque estamos cansados, volvemos a salir para ver las actuaciones
folclóricas en la plaza frente al apartamento.
En la Plaza del Mercado la fiesta es aun mayor:
con un gran escenario y mucha más gente. Estamos pensando en recogernos
cuando unos grandes fuegos artificiales comienzan sobre el Mercado de
Paños, atrayendo aun más gente.
El momento es espectacular y lamentamos no haber
bajado las cámaras para capturar imágenes. No sabíamos que aquí también
celebraban la verbena de San Juan. Luego averiguaremos que se trata del
festival de la noche del medio verano, llamado Wianki.