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Día
4
(19/06/2018) Bialowieza
Antes
Este día deberíamos dejar temprano los lagos pues
tenemos
la ruta más larga del viaje por delante, unos 500 Km. Debemos acabar el
día en Varsovia, pero queremos pasar antes por el bosque de Bialowieza
para disfrutar un rato de sus paisajes y ver los últimos bisontes
europeos en la reserva.
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Después
Aún teniendo el desayuno a las 9h, somos rápidos y
salimos
antes de las 10h. Vamos atravesando pueblos y lagos hasta llegar a la
primera carretera importante. Pasamos la mañana en el coche y solo
hacemos una breve parada en un centro comercial de Bialystok. Desde ahí
debería quedar un trecho corto, pero pillamos una carretera en obras
con multitud de semáforos creando largas esperas, con lo que el
trayecto se hace eterno hasta Bialowieza.
Esta zona está llena de nidos de cigueñas ocupados. El ultimo
tramo es precioso, a través de un espeso bosque y donde el símbolo del
bisonte aparece continuamente.
Paramos en el primer restaurante que vemos, siendo
casi
las 15h y, de nuevo, tenemos una comida deliciosa. Una sopa polaca y un
plato de pierogis para mí y una sopa rusa con aceitunas y pato para
Eva. Pagamos 81 zlotys en total.
Llegamos al parque y damos un breve paseo,
maravillados por el paisaje.
En la oficina de información turística nos indican
que hay
varias reservas de bisontes. Escogemos la Reserva Zubrow porque sabemos
donde está al ver la
señal en la carretera al venir y porque podemos llegar antes de que
cierren.
Llegamos cinco minutos antes de las 17h y sacamos
el
ticket inmediatamente por 10 zlotys cada uno. Cierran a las 17:30h,
pero dejan de vender tickets a las 17h, con lo que hemos llegado muy
justo.
Dentro nos quedamos contemplando la manada que
tienen con
algunos de los últimos ejemplares de bisonte europeo. Por las pinturas
rupestres, queda claro que hubo un tiempo en que esta especie dominaba
el continente.
También tienen jabalíes, lobos, ciervos, un
alce.... Con esto, abandonamos el lugar con la mira puesta en Varsovia.
Atravesamos carreteras con largas rectas y vacías,
probablemente porque Polonia está jugando su partido debut en el
mundial. Cuando entramos en Varsovia buscamos el centro histórico para
aparcar y acceder al apartamento.
Sin embargo, en la dirección que tenemos no hay
nadie con
quien hablar, solo un interfono donde poder un código. Nadie contesta
en el teléfono de contacto y una mujer muy amable y con la que nos
entendemos en italiano comienza a hacer sus pesquisas para ayudarnos.
Al final consigue encontrar a una pareja de franceses que se alojan en
ese edificio y el hombre me dice que hay que ir a la oficina a por la
llave. Yo no sabia nada de una oficina, y él deja a su mujer con la mía
y me lleva hasta ella. Allí la recepcionista dice que mi reserva no es
con ellos, que es otra empresa, pero aún así comienza a hacer llamadas
hasta que consigue los detalles para acceder al apartamento: hay un
código para la puerta del edificio y otro para la puerta del
apartamento. Las instrucciones deberían haberme llegado por email y
caigo en que no lo he mirado desde que llegamos.
Así que al final accedemos al bonito apartamento
agradeciendo a tantas personas su gran amabilidad para ayudarnos.
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