Este día hemos de salir temprano de Lindau para llegar con
tiempo
a nuestra visita al Castillo de Neuschwanstein. Tenemos la visita a las
12:20h, pero hay que recoger las entradas hasta una hora antes de la
visita y tenemos un viaje en coche de una hora y veinte minutos hasta
allí.
Después, seguiremos nuestro recorrido a traves de la frontera
austríaca hasta Innsbruck, donde visitaremos la ciudad y haremos noche.
Las referencias en el mapa son:
A- Lindau
B- Castillo de Neuschwanstein
C- Innsbruck
Después
A las 9h estamos en la carretera. Salimos pronto
de Lindau
porque hemos de recoger las entradas para la visita estrella de hoy, el
Castillo de Neuschwanstein, antes de las 11:20h y hay una horay media
de camino. Primero avanzamos dirección Kempten y después seguimos por
la 309 esperando que aparezca la referencia de Füssen o el castillo
mismo en las señales de la carretera, pero tardan en aparecer.
Nos vemos obligados a parar junto a la carretera
ante la hermosa estampa de Nesselwang y su iglesia.
La 309 y 310 bajan el valle hacia las montañas alpinas y nos
ofrecen bonitos paisajes con mantos verdes hacia las cumbres pobladas
de abetos. También es zona de lagos, y poco antes de alcanzar Füssen
admiramos el Weissensee.
Atravesamos Füssen pasando por el comienzo de su centro
histórico, que bien merecería una visita, aunque ahora vamos directos
al nuestra meta, que ya aparece señalada en la carretera. Al llegar, la
actividad del lugar contrasta con la calma transmitida por los paisajes
de estos días: autocares y coches convergen hacia la entrada de un
enorme parking que aparece como un mar de vehículos.
Un sólo hombre se encarga de cobrar los 6 euros del
aparcamiento
y distribuir la interminable fila de vehículos. Subimos hacia la zona
de tiendas pero aun necesitaremos subir un nivel más hasta las
taquillas. La cola es larga para sacar entradas, pero nosotros nos hemos
salvado de ella con nuestra reserva: vamos directamente al mostrador de
reservas y nos dan nuestras entradas previo pago de 27,60€. Así que
poco antes de las 11h ya estamos listos para nuestro tour de las
12:20h. Aquí ya se tienen vistas de los dos castillos del lugar: el
blanco Neuschwanstein y el amarillo Hohenschwangau.
La razón por la que hacen recoger los tickets una hora antes
del
tour es para permitir llegar hasta allí. La cola para el autobús que
sube es larga y para todos. Pagamos 2,60€ cada uno para los billetes de
ida y vuelta.
Tardamos casi 40 minutos desde que nos unimos a la cola para
el
autobús hasta que nos deja en la cima. Allí, la parada está junto al
corto camino al puente Marienbrücke, pero todavía nos queda un trecho
hasta el interior del castillo, pues vemos la parte de atrás del mismo
y tenemos que alcanzar su puerta delantera. Son 15 minutos más, sin
detenernos en las bonitas vistas que hay por el camino ya que podremos
disfrutarlas a la vuelta con más tiempo.
Cruzamos la puerta sobre las 12h y, una vez dentro, hay poco
que
hacer: una pantalla indica la hora del próximo tour que, por lo que se
ve, son cada 5 minutos. La gente espera en unas escaleras que van al
piso de arriba, que se ve precioso y vallado.
Cuando llega el turno nuestras entradas hacen girar los
tornos y
colocarnos haciendo una fila ante la puerta. El guardia nos hace pasar
antes porque lo primero a hacer es subir tres pisos de escaleras y,
viendo la pierna escayolaa de Eva, le queda claro que nosotros seremos
más lentos. Arriba, el grupo y nosotros volvemos a juntarnos para
recibir la audio-guía en el idioma preferido por cada cual.
Durante la media hora que dura el tour, nos llevan a través
de
las estancias bajando paulatinamente esos tres pisos donde hay
oportunidad de admirar el salón del Trono, de los Festivales, del
cantante, la gruta... Impresionantes salas que intentan emular los
paisajes de las óperas de Wagner. No permiten hacer fotografías ni
videos durante el tour, con lo que estas imágenes son robadas:
Como en todos los sitios, la saida es a través de la tienda
de
regalos. Depués hay una cafetería donde, aunque los precios no son tan
caros como cabría esperar de un self service en un sitio así, las
raciones son escasas. Yo me hago con una mini pizza, un agua y una
ración de Selva Negra por 12,30€. El frankfurt con ensalada, con agua y
Selva Negra de Eva son 14,50€.
La tarta es de lo
mejor de la cafetería, tal vez sólo superada por las vistas desde la
terraza, desde donde también se puede ver el puente Marienbrücke, donde
estaremos en breve.
Ya iniciando la vuelta, pasamos por las únicas estancias del
castillo públicas, fuera del tour y también de la prohibición de
fotografiar: las cocinas.
Ya fuera, bajamos un nivel para tener vistas del
frontal del castillo.
Regresamos por el mismo camino hacia la parada del bus,
admirando
esta vez las vistas. El paisaje alpino con los lagos es maravilloso.
Cuando llegamos a la parada del autobús, que ya
tiene cola, nos dirijimos hacia el puente Marienbrücke por el corto
camino de madera que lleva hasta él. El puente está a rebosar de gente
y cuesta encontrar un hueco donde hacerse una foto con la mejor vista
del castillo. Es impresionantemente alto, y abajo se puede ver un
pequeño río e incluso varias cascadas. La más alta está justo debajo
del puente.
Es hora de volver y nos unimos a la cola para el bus de
bajada.
Cuando estamos abajo camino del coche son ya las 15h, con lo que la
visita nos ha llevado 4 horas.
Ya habíamos visto al
venir las señales que indicaban el camino a Innsbruck y esta vez las
seguimos para dirijirnos a Austria. Estoy preocupado porque necesito
gasolina y la vignette, la pegatina que hay que llevar en el coche para
conducir por las autopistas austriacas, pero no encuentro una
gasolinera donde parar. Cuando entro en un largo túnel me doy cuenta de
que cruzo la frontera dentro de él, así que conseguir la vignette es
urgente. Sin embargo, este punto parece estar controlado ya que lo
primero que veo de Austria al salir de ese túnel es una enorme
gasolinera.
Encuentro una razón para que no haya gasolineras en el lado
alemán al comprobar que la gasolina es mucho más barata en Austria.
Lleno el depósito y compro la vignette para 10 días - lo mínimo - por
8,80€. La mujer que estaba detrás de mí en el surtidor y me indicó que
aquí era normal dejar el sitio a otro antes de pagar me ayuda a colocar
la pegatina. Me indica que ha de ir arriba y me aconseja el lado
izquierdo.
Unas dos horas más tarde estamos escogiendo la entrada
correcta a
Innsbruck para llegar al hotel, que está en el centro. El tráfico allí,
junto al río Inner, es horrible. En el hotel nos dan la bienvenida y
las instrucciones para llevar el coche al parking.
Después, sólo tenemos que cruzar un puente para sumergirnos
en la
actividad de la calle Herzog-Friedrich. Ésta se muestra limpia, con
cuidadas fachadas, que seguimos hasta dar con la imagen más famosa de
la ciudad: el Tejadillo dorado.
A parte de estas preciosas calles, las altas montañas que
rodean
esta ciudad le dan un fondo magnífico. En esta visita rápida, hecha
especialmente para el lesionado pie de Eva, ya hemos podido admirar la
belleza de esta ciudad. Nuestro hotel es una de las coloridas casas del
otro lado del río.
Tras un descanso, salimos a cenar. Hoy haremos una excepción
a
nuestras cenas leves dado lo exiguo de nuestro almuerzo. Escogemos la
terraza el Cafe
Piano porque nos gustan los platos que vemos a los comensales
que la llenan, y que nos hacen esperar 15 minutos a tener mesa.
Pagamos 34,10€ en total por nuestra cena a base de escalopa,
Goulash y Rosti en un lugar tan privilegiado como éste.
Nos volvemos al hotel con una sonrisa en la boca a
descansar de un intenso y magnífico día.