Este día es el que debemos dedicar íntegramente a
la visita de la ciudad de Córdoba.
Con la lista de visitas representada gráficamente con el mapa
de
la derecha, podemos decir que no saldremos del centro de la ciudad,
donde también estamos alojados.
Los lugares marcados en el mapa son:
0- Hotel Los Patios
1- Torre de Calahorra
2- Puente romano
3- Mezquita Catedral
4- Alcázar de los Reyes Cristianos
5- La Judería
6- Muralla
7- Sinagoga
8- Plaza de la Corredera
9- Templo romano
Después
Esta vez madrugamos. El despertador suena a las 7h
para poder estar en la puerta de la mezquita a las 8:30h. El desayuno
que nos entra es lo que llaman "desayuno andaluz" y consta de una
bebida caliente como café con leche y un panecillo abierto y tostado
con mermelada y mantequilla para untarle.
Aprovechamos el lujo de estar a escasos 20 metros
de la entrada para atravesar el patio de los naranjos y pasar al
interior que se ve oscuro desde fuera y quedarnos boquiabiertos.
Es espectacular, no hay paredes, con lo que el
amplio recinto aparece en toda su magnitud plagado de arcos
blanquirrojos sostenidos por columnas de jaspe que forman un espeso
bosque que nos llama a perdernos por él.
En medio, se construyó un espacio que hace de
catedral y, en las paredes que delimitan todo el espacio de la mezquita
catedral aparecen diferentes composiciones, ya sean de culto católico o
arte antiguo musulmán. Estamos maravillados y nos recorremos cada
rincón sin querer perdernos nada.
La visita concluye en el exterior, explorando el
patio de los naranjos, repleto de preciosas instantáneas.
Salimos maravillados y como todavía nos queda una
hora para el Alcázar, paseamos en dirección a él con la idea de
explorar los alrededores.
Vemos la muralla y el monumento a Averroes antes
de atravesarla para explorar las estrechas calles del otro lado.
Buscamos la Sinagoga, pero no llegamos a
encontrarla. Debe ser alguna de las puertas abiertas que hemos visto.
Por si acaso volvemos a pasar por las mismas calles, aunque con el
mismo resultado. El paseo nos devuelve a la zona de la Puerta del
Puente, donde pasamos junto al Triunfo de San Rafael para volver hacia
el Alcázar.
Son las 10:15h cuando entramos al Alcázar y,
efectivamente, aunque hay taquilla y guardias, nos dejan pasar sin
problemas.
Enseguida encontramos el camino para subir a lo
alto de las murallas y exploramos la zona con sus torres.
Aunque como suele pasar, lo mejor de estas zonas
altas son siempre las vistas.
Al bajar, y tras mirar las pocas salas interiores,
ya que es un recinto pequeño, salimos a los patios donde comprobamos
que las palomas disfrutan de su piscina cuando creen que nadie las mira.
Lo que más nos gusta son los jardines, que
exploramos disfrutando de sus bonitos rincones.
Es aquí donde está la salida, que da a la amplia
avenida junto al rio, y que usamos para regresar al hotel ya
que, aunque sólo son las 11:20h, hemos completado todas las visitas de
nuestra lista.
Descansamos un rato en el hotel, pero en recepción
nos han dado tareas nuevas cuando han oído que ya habíamos acabado.
Están algo más alejadas y reponemos fuerzas antes de pasear hacia la
zona del Palacio de Viana, que sólo vemos por fuera, pero que nos sirve
para pasar por la Plaza de Capuchinos y ver el Cristo de los Faroles.
Es entonces cuando decidimos comer y volver al
mismo tiempo. Apuntándonos a una de las costumbres locales más
arraigadas: vamos parando en bares a tomar dos cañas y degustar la tapa
que conllevan. A una media de 1,50€ por caña con tapa, regresamos a los
alrededores del hotel bien alimentados y algo mareados.
Hemos disfrutado de las calles de aquí y de las
costumbres y subimos a nuestra habitación para otra de ellas: la siesta.
Cuando volvemos a salir ya es de noche y sólo
queremos cenar rápidamente. El Burger King de al lado encaja
perfectamente en este cometido y podemos regresar tras una cena de
10,74€. Tenemos que dejar listo el equipaje ya que es nuestra última
noche de hotel.