Lo que no visitáramos ayer, lo tendríamos que hacer hoy. Lo
principal destinado a ese primer día lo hemos incluido en el mapa bajo
un mismo punto: el 1.
De esta forma, nos aparecen
los lugares a visitar que están más desperdigados. De esta
lista, lo que no nos debemos perder bajo ningún concepto es la
Plaza de España, en el punto número 2.
Los lugares marcados en el mapa son:
0- Hotel Silken Al-Andalus Palace
1- Barrio de Santa Cruz
2- Plaza de España y Parque de Maria Luisa
3- Barrio de Triana
4- Casa de Pilatos
5- Iglesia del Salvador
6- Basílica de la Macarena
7- Monasterio de la Cartuja
Después
A las 9 bajamos a desayunar y nos encontramos un buffet
espectacular. Hay de todo y yo me concentro en los salados ante la
imposibilidad de probarlo todo.
Algo pasadas las 10
estamos en la parada del 34 para comenzar nuestra jornada de visitas.
La primera de ellas nos obliga a bajarnos del bus antes de Prado para
adentrarnos en el Parque de Maria Luisa y explorar la Plaza de España.
Y allí nos ponemos. Son casi las 11 cuando nos encontramos
inmersos en la tranquilidad del parque, admirados de su belleza otoñal.
Disfrutamos de algunos estanques rebosantes de
vegetación y aves.
Y en esas nos plantamos ante la Plaza de España. No es una
plaza
urbana al uso ya que no es zona de paso, sino que hay que venir a
visitarla expresamente y eso se nota al ver que todas las personas aquí
son, o turistas, o locales tratando de ganar algún dinero de los
primeros.
El lugar es espectacular, con un canal recorriendo la media
luna
que forma el edificio construido con una arquitectura muy peculiar y
que dedica un pequeño apartado, a modo de mosaico, a cada una de las 50
provincias españolas. El centro del semicírculo de la plaza está
ocupado por una fuente circular.
Los puentes, escaleras, torres y mosaicos ofrecen multitud de
buenas opciones para las instantáneas que uno se quiera traer de este
lugar.
Tras revisar absolutamente todas las provincias nos
encaminamos
hacia la salida del parque lentamente, paseando y perdiéndonos
por diferentes rincones del mismo entre chaparrones de hojas
que
acaban poblando el suelo.
Nos tomamos algo para darnos un descanso en un bar a pie de
parque y nos subimos al tranvía en Prado para la zona de la
catedral, como ya hiciéramos ayer. La idea es llegarnos al Hospital de
La Caridad y, de allí, pasarnos por la Maestranza y la Torre del Oro.
El horario de visita del Hospital de la Caridad es de 9:30 a
13:30 y de 15:30 a 19:30 y nosotros llegamos a tiempo, algo antes de
las 13h, pero como no se puede pagar con tarjeta y nos quedamos sin
efectivo, al final se nos pasa la hora entre encontrar un cajero de
nuestro banco y una tienda de souvenirs con muy buenos precios.
Trasladamos esta visita para el final y continuamos nuestro
paseo
pasándonos por la Maestranza, donde posamos junto a la estatua de Curro
Romero. Después bajamos al paseo peatonal a la orilla del Guadalquivir
vigilado por la Torre del Oro.
Cuando legamos a la torre tenemos la opción de usar el Puente
de
San Telmo para llegar al barrio de Triana, donde tenemos pensado comer.
Aunque dado el descomunal desayuno ninguno
de los dos tiene hambre.
El puente nos ofrece buenas vistas de las riberas del
Guadalquivir. Este puente está lleno de candados que algunas parejas
han dejado como símbolo de la fortaleza de su lazo.
En el otro lado recorremos la calle Betis, repleta de
restaurantes. Nos metemos en uno, pero no vamos a comer, simplemente
compartimos una tapa de pescaíto mientras nos tomamos un par de cañas
con unas vistas maravillosas con la Giralda y la torre del Oro asomando
en la orilla contraria del río. Ese gran desayuno nos ahorra un buen
dinero, pues estos locales son bastante caros: 13€ por la tapa y las
cañas en el "Kiosco de las flores".
Cuando nos acabamos la calle Betis, ya en el Puente de Isabel
II,
decidimos adentrarnos por el barrio en lugar de cruzar hasta acabar
esperando al bus 40 cuando vemos la parada. Ese autobús nos devuelve al
lado Este del río y nos bajamos enseguida para recuperar esa visita
pendiente al Hospital de la Caridad, que está aquí mismo.
Pagamos los 5€ por persona de la entrada y, en cuanto
cruzamos la
puerta, nos quedamos maravillados con el patio y sus dos fuentes.
La visita continúa entrando en la capilla, que resulta
espectacular, con un altar aún más abigarrado, si cabe, que el de la
Iglesia del Salvador que vimos ayer, y repleta de pinturas con un aire
medieval y oscuro.
Todavía nos queda otro lugar más para ver aquí, ya que tienen
en
exposición unos belenes, destacando un nacimiento que viene
de
Nápoles. Las figuras son valiosas y antiguas, por lo que no se permiten
fotografías aquí.
La misma parada en la que nos
dejó el 40 nos sirve para pillar el C5 que es el que recorre casi todos
los puntos de interés de nuestra lista. Éste nos lleva con
virtuosismo entre calles estrechísimas hasta la Basílica de la
Macarena. El horario dice que abren a las 17h, pero hoy no es cierto, y
se va acumulando gente esperando indefinidamente a que abran las
puertas. Entre las personas que esperan identifico a Manuel Ruiz de
Lopera. Nosotros aprovechamos la espera para fotografiar las murallas
antiguas que permanecen frente a la basílica.
Unos 40 minutos más tarde abren las puertas y contemplamos la
figura de esta famosa virgen, junto a una virgen del Rocío y el Jesús
de la Sentencia.
Las horas de luz se agotan
y la visita de la Casa de Pilatos ha de quedar para el
último día.
Volvemos a esperar el C5 para volver a la zona de la Catedral, donde
nos encontramos con una multitud frente al Ayuntamiento. Está claro que
hay algún evento aquí, así que nos metemos en el bar que está justo al
lado para tomar unas tapas. Al poco comienza un espectáculo de luz y
sonido de temática navideña que se proyecta contra la fachada del
edificio.
Cuando salimos nos unimos a la gente para
presenciar el final del espectáculo y nos sorprende el juego que hacen
con la propia fachada dándole apariencia de movimiento a alguno de sus
elementos.
Al finalizar, el gentío se dispersa y
nosotros paseamos hasta que decidimos volver a usar el 34 para regresar
al hotel.
Salimos enseguida pues queremos cenar donde ayer, en el Rincón
de
Manolo. Las calles se muestran repletas de gente arreglada y el bar
está a rebosar. Debe ser lo habitual un viernes por la noche. Aun así
conseguimos un sitio y compartimos 5 de las tapas que tienen
que
son inéditas para nosotros y buenísimas: 20€ en total, con los vinos y
las cañas.