Día 4 (16/12/2012)   Granada: La Alhambra


Antes   

Mapa de La Alhambra

    Este día lo dejamos para dedicarlo íntegramente a la visita de la joya de la corona andaluza: La Alhambra.

   Para ello nos desplazaremos en coche desde el hotel hasta el parking, donde lo dejaremos mientras exploramos la fortaleza y el Generalife.

   Podría quedar tiempo para alguna visita más, pero supongo que lo máximo que haremos será tapear por Granada como cena.

Después

   
   Desayunamos bien, de buffet, y salimos en coche para el corto trayecto que nos separa de La Alhambra y que ya conocemos de ayer. Hay una pequeña urbanización antes de llegar a la cima, pero yo prefiero dejar el coche un poquito antes, en un espacio abierto en la última curva yParking de la Alhambra habilitado como parking gratuito donde cabrán unos ocho coches, como sólo hay uno tenemos espacio de sobras.

   Cuando caminamos hasta la cumbre podemos ver las cimas blancas de Sierra Nevada. No pensé que estaría tan cerca.

   La bajada por el parking es más larga que la corta subida a pie que hemos hecho y compramos nuestras entradas por 13€ cada una, donde ya nos indican que nuestro horario para los Palacios Nazaríes es a las 11h. Como son las 10:30 eso significa que tenemos media hora para llegar allí que, como se puede apreciar en el mapa, están casi en la otra punta.

   Por lo tanto no nos entretenemos demasiado y pasamos por un paseo flanqueado por delgados cipreses sin detenernos. Correspondería a la parte de abajo del mapa del principio. Luego pasamos por algo muy semejante a un pueblo, con un hostal, una iglesia y tiendas (de regalos, claro), pero tampoco nos paramos aquí. Eso hace que cuando llegamos al lugar donde hay un hombre comprobando que todo el mundo entre cuando le toca todavía nos quede algo más de 15 minutos de espera.

   Esa espera decidimos hacerla en el Palacio de Carlos V, un destacado edificio cuadrado por fuera y redondo por dentro. El patio circular es amplio y plagado de columnas en sus dos niveles. Dentro, rodeando este patio, hay un par de museos que visitaremos cuando salgamos de los Palacios.

Entrada al Palacio de Carlos VPatio del Palacio de Carlos V
















   Somos de los primeros de una cola que va creciendo por momentos y cuando pasan un par de minutos de la hora, nos abren el paso. Vamos a empezar por lo mejor forzosamente.

Lugar de la entrada a los Palacios NazaríesLugar de la entrada a los Palacios Nazaríes
















   Entramos en el Mexuar que es la parte más antigua que veremos, con techo y balconadas de madera. No nos entretenemos demasiado porque no queremos que nos pille toda la gente que teníamos detrás en la cola. Nos detenemos un instante ante un amplio ventanal con unas vistas fantástica del Albaicín, con todas sus casas blancas y enseguida pasamos al patio de Mexuar, no sin habernos admirado de las paredes completamente grabadas por las que estamos pasando.

Patio de MexuarSala de Comares
















   De ahí accedemos al Patio de Arrayanes, donde nos encontramos con una multitud. El patio es precioso y hay varias personas en una de sus puertas buscando el momento de poder hacer una foto sin gente, pero es prácticamente imposible, pues el tráfico es constante. Yo me uno buscando la oportunidad de tener un segundo de plano despejado. La foto de abajo es lo mejor que obtengo tras una larga espera. El salón de Comares, adonde lleva la puerta en la que he estado esperando, también es precioso. La filigrana, que suele encontrarse muy localizada normalmente en todos estos salones cubre toda la superficie de paredes y techos.

Patio de ArrayanesPatio de Arrayanes
















   La vista del patio desde la punta opuesta también es magnífica, con la torre de Comares al fondo, y está bastante solitaria.

   Tras una puerta nos topamos de frente con el Patio de los Leones. Hay montado un circuito alrededor del mismo que previene que nadie se acerque a la famosa fuente. Yo tengo una foto de niño subido a ella. ¡Los tiempos cambian!

Patio de los leones

   El Patio se muestra maravilloso y se agradecen las diferentes oportunidades de observarlo a través del recorrido por sus cuatro lados. Parece que uno no pueda dejar de mirarlo.

   El resto de la visita se pasa entre salones ornamentados hasta el último rincón con algún bonito jardín y el paso por puentes entre torres con las mejores vistas del barrio que ya recorriéramos ayer.

Balconada al AlbaicínPatio de Lindaraja
















   Aparecemos en el Palacio del Partal sin estar seguros de si la visita a los palacios ha concluido o no. La respuesta es que sí, hemos tardado una hora y, según el mapa, la zona del Partal, que correspondería a toda la parte de arriba desde los Palacios Nazaríes a las taquillas, volveremos a pasar por aquí, ya que aquí comienza la zona que nos lleva a la salida.

Palacio del PartalVista desde el Palacio del Partal
















   Por lo tanto buscamos cómo volver a donde estábamos con la idea de visitar primero la Alcazaba. El que quiera visitar la Alhambra en el mínimo tiempo posible, debería ver la Alcazaba y el Palacio de Carlos V antes de meterse en los Palacios para así poder seguir hasta la salida.

   Atravesamos la puerta del Vino y nos comprueban la entrada entre las dos torres que marcan el principio de la Alcazaba.

Puerta del VinoAlcazaba con la torre de la vela
















   Ésta es la zona más antigua de todo el complejo y está formada por diversas torres y murallas donde destaca la Torre de la Vela. Si se quiere explorar a fondo habrá que subir y bajar multitud de escaleras, pero nosotros estamos en modo ahorro de energía y simplemente paseamos esquivando toda subida y maravillándonos con la terraza que descubrimos. El Albaicín nos observa brillante al sol desde cualquiera de sus miradores, aunque he sido capaz de localizar el de San Nicolás desde aquí.
Mirador de San Nicolás desde la Alhambra


   Atajamos hacia el Jardín de los Adarves que conduce a la salida.

   Pagamos la visita pendiente a los museos del interior del Palacio de Carlos V donde no dejan hacer fotos y, tras una rápida ojeada al baño de la Mezquita, volvemos al Partal donde lo habíamos dejado. Son las 13h y nuestras piernas están cansadas así que decidimos salir a comer y dejarnos el Generalife para después.

   La zona del Partal es toda abierta - menos mal que nos hace buen día hoy -, con jardines y huertos tiñendo de verde la piedra rojiza que nos rodea. Al otro lado, se ve el Generalife.

Santa María de la Alhambra desde el PartalTorre de la Cautiva
















   Llegamos pronto - a las 13:20h - a los tornos que cruzamos para entrar en el recinto porque las torres estaban cerradas, pero cuando preguntamos por la posibilidad de salir a comer para volver luego nos dicen que eso depende de la hora que teníamos asignada a los Palacios Nazaríes. Las 11h respondo yo y "entonces no" me contesta el portero. Resulta que a partir de la siguiente hora, las 11:30h, los visitantes pueden salir a comer y volver por la tarde, pero los de antes no.

   Así que nos resignamos y vamos hacia el Generalife para acabar con el complejo antes de comer, que también es una opción buena.

   El agua juega un papel preponderante en estos jardines, otorgando movimiento y belleza a su vegetación esculpida.

Jardines del GeneralifeJardines del Generalife




























   Pero es en el Palacio del Generalife donde encontramos las mejores estampas.

Palacio del GeneralifePalacio del Generalife















Jardines del Generalife
   Son casi las dos cuando nos metemos en uno de los restaurantes de la calle junto a la Alhambra. No hemos tardado en escoger ya que, aunque sea caro, hoy nos hemos ganado el darnos un homenaje. En el comedor somos los únicos españoles, con una clara mayoría japonesa. El menú de Domingo que tienen por 17€ nos ofrece la oportunidad de comer paella de marisco y bacalao a la Vizcaína. Las raciones de ambos platos son espectaculares y, desdeRestaurante "Jardines Alberto" luego, acabamos bien llenos. Todo buenísimo por 39,30€ en total en Jardines Alberto.

   Van a ser las 16h cuando estamos subiendo por la carretera junto al parking de la Alhambra para regresar al coche. Es esa misma carretera la que pillamos porque acaba en el centro y, dado que es todavía temprano, tenemos la intención de visitar la Catedral de Granada ahora. Serpenteamos por las estrechas calles hasta que notamos que la bajada ha acabado y es entonces cuando vemos un lugar donde poder aparcar. Aun hay que caminar un buen trecho desde ahí, pero visto lo de ayer lo hacemos. Nos recorremos toda la calle Santiago entera hasta la Catedral.

   Entramos en la Capilla Real por 8€ por persona donde nos encontramos un altar y los mausoleos de los Reyes Católicos y Juana la Loca y Felipe el Hermoso con sus cuatro figuras yacentes en mármol blanco. Un pequeño y corto paso subterráneo permite ver las cuatro ancestrales tumbas en arcones simples bajo su monumento.

   Yo creía que la visita al mausoleo y a la catedral era la misma, pero no es así: ya fuera sigo una señales hasta la cercana entrada a la Catedral por la que cobran 8€ más por persona. Al final, visitar la blanca y amplia catedral de Granada sale más caro que visitar la Alhambra.

Catedral de GranadaInterior de la Catedral de Granada




























   Ya fuera, nos paseamos por los alrededores para ver la Madraza y la Alcaicería (bazar árabe), que nos recuerda a la ciudad vieja de Jerusalén, aunque sólo sea una pequeña muestra.

La MadrazaLa Caiceria
















   Las calles alrededor de la catedral son tan estrechas que no hay forma de tener una vista de la catedral por fuera. Con esto damos por concluida nuestra visita de Granada. Aunque quedan algunos otros puntos de interés turístico repartidos por la ciudad, moverse por ella nos resulta un fastidio y nos vamos al hotel a descansar.

Alrededores de la Catedral de GranadaPlaza de Bib-Rambla
















   Aunque todavía saldremos por la noche. Aunque no tengamos ganas de cenar a causa del copioso banquete del mediodía, yo quiero ver el partido entre el primero y segundo de la liga y por el barrio del hotel sólo encontramos una pastelería de nombre, pero que más bien es un bar grande por dentro, abierto y con una gran pantalla dando el fútbol.

   Aquí también, con cada consumición, tenemos nuestra tapita, que no desdeñamos a pesar de no tener hambre.