Día 5 (04/12/2009)   Londres: Westminster y Tamesis

Antes   

Mapa de Londres zona 1   Para el último día de visita en Londres tendremos lo que no hayamos visto en los dos anteriores: como podría ser la Catedral de St. Paul o lo que quede de la zona de Westminster. También es un día adecuado para hacer un crucero por el Támesis aprovechando el transporte público y visitar el Shakespeare's Globe, que tiene una parada del ferri.

   Por la tarde, acabaríamos de ver el Museo Británico y, si no lo hiciéramos ayer, visitaríamos la National Gallery, en Trafalgar Square. También podríamos pasarnos por Picadilly Circus para verlo de noche.

   Los puntos de interés marcados en el mapa son:

0- Victoria Station
1- Buckingham Palace
2- Abadía de Westminster
3- Big Ben
4- Trafalgar Square
5- Museo Británico
6- Picadilly Circus

Después

   Rutina matutina: desayuno, bus y tren, sólo que esta vez hemos hecho bien las cosas y nos ponemos en Victoria a las 10:30h, como el cambio de guardia es a las 11:30h, decidimos aprovechar esa hora visitando la catedral de St. Paul, que nos ha quedado muy a desmano.

   Bajamos a la parada de St. Paul's previo transbordo en "Oxford Circus" y nos ponemos ante la imponente fachada de la catedral aunque, ¿adivinad qué?: tiene un lateral cubierto de andamios. La están reformando, ¿quién lo iba a decir?. Esto estropea las fotos de su fachada frontal, así que vuelvo a poner una de 2005 aquí.

St. Paul's CathedralSt. Paul's Cathedral















St. Paul's Cathedral











St. Paul's Cathedral

















   Fijaos que, como ya pasara con la Abadía de Westminster, se rompe la simetría al colocar un reloj en una de las torres. ¿Qué mensaje oculto se le está dando al mundo con este comportamiento?. Pues no lo sé y no me importa. Tampoco será para tanto.

   Rodeamos la catedral maravillándonos de su magnífica arquitectura y bajamos un poco por St. Paul's Church Yard porque mi mapa indica que hay otra parada de metro cerca: "Mansion House", con el aliciente de que está en la misma línea de Victoria, y lo que es más importante, de St. James Park, lo que nos permitirá llegar al palacio de Buckingham más rápido. Además, alejarnos por aquí, nos permite tener estupendas vistas de la catedral desde su "popa" (usando un símil naval a fin de evitar decir "culo").

   Al ir al palacio desde St. James, aparte de caminar menos, pasamos por un cuartel donde se está preparando el cambio y podemos ver a los guardias formando antes de partir. Hoy, por primera vez, el cielo está despejado y supongo que eso ya lo sabían cuando decidieron cambiar el evento de ayer a hoy.

Preparación para el cambio de guardiaPalacio de Buckingham
















   De lejos ya se ve la gente frente al palacio y la policía acordonando la zona para dejar vía libre a la formación. Hoy sí. Por fin, tras venir aquí cada mañana, el último día veremos el cambio de guardia del palacio de la reina Isabel II.

   Nos apelotonamos junto al resto de turistas buscando una de las puertas por donde entrará el desfile. Hay dos: una a cada lado. Con puntualidad británica, la música suena a las 11:30h, instrumentos de viento y percusión, como manda cualquier marcha. ¡Los violines son para civiles afeminados!.

Cambio de guardia en BuckinghamCambio de guardia en Buckingham
















   Tras los instrumentos van los guardias en formación, con esos gorros diseñados por algún iluminado siglos atrás y, como éstos están en contra de cualquier cambio, se han tenido que comer las generaciones posteriores. ¡Y lo que les queda!. ¿Que deben abrigar mucho?, Pues sí, pues vale. ¿Por qué no me lo dices en Julio?

   La formación se rompe para entrar por las puertas de los dos lados. Al otro lado de las verjas les están esperando los que acaban turno y todos se disponen en formaciones cuadradas, incluyendo la guardia montada, que son los de rojo de la foto de arriba.


Guardia montada en BuckinghamGuardia montada en Buckingham
















   Diez minutos más tarde aparece la guardia montada entrante desfilando a caballo para unirse a la "fiesta". Cuando se cierran las puertas tras ellos es el momento de irse. Ya sé que siguen haciendo cosas en el patio, pero hasta que salgan los otros, entrarán en un proceso leeento y laaaargo, que tiene menos emoción que verte en video durmiendo ocho horas.

El Admiralty Arch que lleva a Trafalgar SquareEntrando en Trafalgar Square
















   Nosotros nos alejamos siguiendo el paseo junto al parque llamado "The Mall" y que acaba en una gran puerta con tres arcos (Admiralty Arch) que dan a Trafalgar Square. Anoche estuvimos aquí, pero ahora se nos presenta la plaza en todo su esplendor con la columna de Nelson frente a las dos fuentes y el edificio de la National Gallery y la iglesia de St. Martin in the fields como telón de fondo.

La Columna de Nelson desde la National GalleryTrafalgar Square












Trafalgar Square















   Aquí está el árbol cuya ceremonia de encendido contempláramos ayer. Aunque ahora de día está apagado.

   Tras unas cuantas fotografías con los referentes de la plaza como son las fuentes, la columna o la iglesia, nuestra intención es meternos en la National Gallery.

   La entrada es gratuita, como la del Museo Británico, pero a diferencia de éste, aquí no se permiten fotografías.National Gallery

   Nuestra visita pretende ser rápida, accediendo a las obras más relevantes. Pasamos por "Los girasoles" de Van Gogh y nos detenemos ante las imágenes náuticas de Turner. En la sala de pintura española les he de mostrar a mis padres "La venus del espejo", sobre todo. El renacimiento italiano y Rembrandt tienen su momento, pero no nos podemos ir de aquí sin ver la que, para mí, es la mejor pintura de este museo: "El matrimonio Arnolfini" de Jan Van Eyck. Para ello nos hemos de adentrar en el ala más alejada y pasar entre retablos medievales.

   Yo no soy un entendido en arte, pero sí en mí mismo. ¡Soy el mayor experto del mundo en mí mismo!. Y a mí el cuadro que me deja boquiabierto de todos los que hay en la National Gallery es éste. Me podría estar horas observando el espejo convexo del centro. Ese nivel de detalle en un punto tan pequeño del cuadro, unido a la habilidad para transformar su reflejo para diferenciarlo del que tendría una superficie plana. Son este tipo de cosas las que me llaman la atención del arte. Y no debo ser el único.

   Salimos de la galería sobre las 13:45h. Me diréis: "¡¿Tanto rollo con el arte y este cuadro y el otro y has visitado la National Gallery en hora y media!?". Y yo diré: "Sí, es verdad. ¿Qué queréis que os diga?. El Museo de El Prado me lo vi en poco más de dos horas. Debo ser de arte rápido".

 Salimos para pasear por Northumberland Avenue hasta el río, son unos 300 metros, y estamos en la zona de Enbankment. El ferri hay que pagarlo, pero te descuentan un tercio con la Travelcard, así que nos queda lo que yo llamo "crucero" por unas 3£ por persona.

Ferri en el TamesisLondon Eye desde el Támesis
















   El viaje nos lleva de la parada Enbankment a la de Bankside Pier, justo delante del Shakespeare's Globe. Sin embargo, el ferri navega en dirección contraria a nuestro destino sólo para parar bajo el London Eye y volver hacia nuestra meta, ofreciéndonos fantásticas perspectivas del parlamento y la noria desde el río.

Parlamento desde el Támesis

   Por el camino pasamos junto a la catedral que nos da la imagen que os debía. No lo puedo negar: cuando expliqué ayer el breve prólogo de dos segundos que aparecía cada vez que hacían una serie inglesa por la televisión, apenas se podía distinguir la cúpula de St. Paul's en la foto. Es ahora cuando puedo poner una que represente lo que decía. Si con esta foto de abajo no sabéis de qué os hablo, debe ser porque sois demasiado jóvenes.

Thames TV

   Antes de bajar, también nos deleitamos con el puente de Londres al fondo.
Shakespeare Globe
    El Shakespeare's Globe se ve muy nuevo y por dentro hay algunos objetos expuestos y una tienda. Se trata de una reproducción del teatro donde Shakespeare representaba sus obras.

   Cuando salimos son las 14:45h y hay que comer. Mi idea sobre el mapa es caminar hasta la zona de Waterloo para poder comer en el mismo italiano del primer día y que tanto nos gustó, pero cuando llevamos un rato paseando nos metemos en un pub moderno que también es restaurante y que además tiene ambientillo supongo que por ser Viernes. Está en Stamford St. y se llama "The slug and lettuce".
Waterloo station
    Está un poco ruidoso debido a la gente que está ya de copas, pero la comida está bien y a precio razonable.

   Con la sensación de haber hecho los deberes, nos explayamos en nuestras mesas y salimos a las 16:15h, ya anocheciendo. Lo único que nos queda pendiente es la segunda parte de nuestra visita al Museo Británico y hoy, por ser viernes, cierra a las 20:30h, así que vamos "sobraos".

   Repetimos la jugada del primer día y en Waterloo pillamos el metro. Nos dejamos mucho museo por visitar y las partes más espectaculares, con grandes esculturas egipcias y templos griegos enteros, incluido todo el interior del Partenón.

Egipto en el Museo BritánicoSarcófago egipcio en el Museo Británico














Templo griego en el Museo Británico











Frisos del Partenón en el Museo Británico


















   Esta vez no nos dejamos nada. También visitamos las zonas de África y Asia, con budas y una sala bastante escondida repleta de porcelana china de diferentes dinastías.

   También pasamos por el arte islámico y etc, etc...

   Mi madre continúa con su intención de traerse el museo entero en fotos, pero hoy, con tantas salas, se convierte en una tarea titánica.

   Esta vez llegamos a ver la piedra Rosetta, pero la de verdad. Y entre tanto objeto me sorprende uno en concreto: una calavera de cristal. ¿Será la de Indiana Jones?. El caso es que ahí está expuesta, pero ni en el museo saben de qué va la historia (tendrán que ver la peli), porque la única información al respecto reza así: "Al principio se pensó que era azteca, pero una investigación reciente demuestra que es europea". ¿No es para flipar?. ¡No saben nada de ella!. En fin...

Piedra Rosetta en el Museo BritánicoCalavera de cristal en el Museo Británico
















   Mi madre parece incansable en su labor de estudiarse el museo entero, pero nosotros nos vamos sentando a verla actuar en varias salas.

   Cuando salimos está a punto de comenzar un concierto en el vestíbulo del Museo a cabo de una orquesta de pre-adolescentes. Nosotros estamos hechos polvo tras esta visita de dos horas y media culminando una jornada en la que hemos caminado mucho.

   Los metro, tren y bus nos devolverán al hotel donde nos espera, por última vez, la cómoda cama del Hilton.