Dia 5 (21/12/2009)   Plazas de Roma

Antes   

  Nuestro último día estará dedicado a visitar las plazas más famosas de Roma y los lugares que aun tengamos pendientes.

   Nuestra ruta comienza en la estación de metro de Flaminio y acaba volviendo al hotel para recojer el equipaje y regresar al aeropuerto de Ciampino para embarcar en el vuelo a casa de las 21:30h.

Ruta del día 5

   Los puntos que marcan el itinerario de la imagen son:

 1- Plaza de Popolo
 2- Plaza de Espagna
 3- Fontana di Trevi
 4- Plaza Colonna
 5- Basílica de San Ignacio de Loyola
 6- Panteón de Agripa
 7- Plaza Navona
 8- Castillo de Sant'Angelo
 9- Plaza Cavour

Después

   Esta mañana nos toca hacer el check out del hotel y no hemos tenido prisa por salir así que, aunque hoy comenzamos la jornada en la estación de "Flaminio", a tan sólo 4 paradas de la nuestra, nos ponemos allí pasadas las 11:30h.

   Cuando salimos nos topamos con las puertas de Villa Borghese, el gran parque de la ciudad, y nos llama la atención la Porta del Popolo, al otro lado de la carretera, que es lo que queda de la muralla de Aurelio y por la que hemos de pasar para nuestra primera plaza en las visitas de hoy: La Plaza del Popolo.

Puerta a Villa BorguesePuerta del Popolo
















   La plaza es un amplio espacio delimitado obras de arte. Si en el Norte teníamos al mencionada Porta del Popolo y una iglesia, a ambos lados nos encontramos con unas fuentes blancas con estatuas del mismo estilo como parte central de un muro, aunque el lado izquierdo gana en belleza al tener detrás la vegetación del parque.

   Delante tenemos las iglesias gemelas de Santa María dei Miracoli y Santa María in Montesanto y el centro queda apenas ocupado con el Obelisco Flaminio.

Obelisco Flaminio en la Piaza dei PopoloIglesias gemelas en la Piazza dei Popolo
















   Las iglesias gemelas están separadas por la Via del Corso, que tomamos para pasear bajando y que sólo dejamos para seguir una señal que apunta al Mausoleo de Augusto.

   Cuando llegamos no logramos ver nada y lo rodeamos hasta poder tener una toma de él. Nos desengaña bastante, sobre todo cuando desde el satélite luce mucho más, como se puede ver en el mapa del principio, haciendo un triángulo con el 1 y el 2.
 
Mausoleo de AugustoKiosco en Via Tomacelli
















   Lo dejamos pues hemos llegado a la altura deseada, y no por este Mausoleo, si no por lo que hay en dirección contraria: al final de una estrecha calle ya podemos apreciar la Plaza de España.

   Esta calle de curioso nombre, la Via del Condotti, está llena de tiendas de marca y hasta me fotografío con un monoplaza de Ferrari y pasamos junto a un árbol de navidad de Mercedes.

Via del CondottiPlaza de España



























   
   La Plaza de España se muestra muy concurrida. Se han puesto vallas protectoras alrededor de la fuente por razones que no conocemos.Delante tenemos la famosa escalinata que lleva a la Iglesia de la Trinitá dei Monti. Frent a ella hay un obelisco y, para estas fechas, han puesto un árbol de navidad frente a él y, por si fuera poco, un Belén de gran tamaño en el descanso que hay entre los dos tramos de escaleras.

   Subimos hasta el Nacimiento para comprobar el gran tamaño de las figuras y del decorado. La casa puede medir unos tres metros en su parte más alta, para unas figuras de medio metro.

   Éste es el añadido de visitar Roma en estas fechas: las calles lucen engalanadas para celebrar la Navidad de la forma en que sólo puede hacerlo la capital de este culto.

Calle de Roma decoradaÁrbol de Navidad de Mercedes




























   Tenemos otro paseo hasta la siguiente visita, en la que ya hemos estado, y nos internamos en las calles estrechas del centro de Roma para contemplar la Fontana di Trevi acompañados por una ligera llovizna.
Fontana di Trevi


   Ya en el centro las visitas vienen continuadas, en seguida damos con la Iglesia de San Ignacio de Loyola, cuya fachada ya viéramos el primer día. Pero hoy también entramos y nos maravillamos con los techos, muy del estilo de la Capilla Sixtina.

Fachada de la Iglesia de San Ignacio de LoyolaInterior de la Iglesia de San Ignacio de Loyola





























   Un interior tan majestuoso no se adivina por una fachada que está integrada en otros edificios.

   A unos pocos pasos paredes dejan de estar tan juntas, de repente, para hacer un espacio extraño aquí, por grande, correspondiente a estas dos plazas conjuntas: la Piazza Colonna y la Piazza di Montecitorio.

   La primera tiene la bonita columna que eleva la estatua de Adriano y la segunda un obelisco frente al Palacio de Montecitorio, que le da nombre a la plaza.

Columna de AdrianoPlaza de Montecitorio




























   Otro corto paseo por las calles más estrechas de la ciudad nos sitúa frente al Panteón de Agripa.

   Los edificios antiguos que lindan esta plaza dan un escenario que no puede eclipsar la belleza clásica del Panteón, un edificio de la época de César Augusto que se muestra increíblemente completo. Ya se ve más antiguo que la fuente que hay en la plaza sosteniendo otro obelisco más y que incluso los desgastados adoquines que forman el suelo de esta plaza, como de toda esta zona del centro de la ciudad.

Exterior del Panteón de AgripaInterior del Panteón de Agripa
















   El interior se alumbra con un agujero en el centro del círculo que hace de techo y que deja pasar las pequeñas gotas que van cayendo intermitentemente a lo largo de hoy y luce belleza, aunque diferente a las iglesias y basílicas que hemos estado visitando en este viaje. Más sobrio.

   Otro corto paseo entre calles adoquinadas nos lleva a la Plaza Navona que, como se encuentra en el Hipódromo donde se celebraban las carreras de cuadrigas, tiene esa forma alargada y estrecha. Aparte de sus fuentes y el reiterado obelisco, ahora está ocupada por una feria y un mercadillo navideño.

Plaza NavonaPlaza Navona















Plaza Navona











Plaza Navona


















   Van a ser las 14h y habría que ir mirando donde comer. Hay mucha oferta en esta plaza, pero yo quiero acabar las visitas a las plazas con una que está un poco más al Sur y donde siempre hay un mercado: Campo di Fiori.

   Allí nos encontramos con que están recogiendo el mercado en este momento precisamente y damos por concluido nuestro paseo por las plazas de Roma que queríamos ver.

   Nos acabamos metiendo en un restaurante de la vecina Plaza Farnese para descansar de estas horas de paseo.

Campo di FioriPlaza Farnese
















   Ya con fuerzas renovadas emprendemos el camino de vuelta, que nos hace salvar el trecho que hay hasta el río y el ya conocido Castillo de Sant Angelo, cuyo puente volvemos a cruzar.

Castillo de Sant AngeloCastillo de Sant Angelo
















   Disfrutamos de la belleza de este puente y de sus vistas y nos dirigimos a la derecha del castillo hacia la Plaza Cavour, donde ha de concluir este viaje.

   Son las 17h y tenemos la intención de mirar la posibilidad de dar con el transfer gratuito al hotel, del que el conductor ya nos explicara que salía de esa plaza. Sin embargo, tenemos un plan B, más sólido, ya que por esa misma plaza pasa el bus 990 que nos deja junto al hotel.

   La espera es larga, pero nos distraemos con el curioso comportamiento de las bandadas de pájaros que cubren el cielo y que parecen entablar una competición de baile por equipos en este lugar. Nunca había visto algo así y grabo este video como testimonio:



   Cuando subimos al bus somos conscientes del final de nuestra aventura romana y de que estamos en el primer paso de nuestro camino de retorno, al que siguen recoger el equipaje, hacer el largo trayecto en metro hasta Anagnina y, de ahí, el bus al aeropuerto.

   Hasta ahí todo muy bien, pero al otro lado del control de seguridad nos encontramos el caos, con varios vuelos retrasados, algunos más de doce horas, y multitud de gente tumbada en el suelo. Cuando veo que el nuestro se va retrasando también pregunto por la posibilidad de salir a fumar a los policías encargados del control. Puedo salir a la fría calle e incluso volver tranquilamente a mi puerta de embarque sin control alguno.

   Al final salimos con unas dos horas de retraso y dando las gracias, pues dos de los vuelos que acumulaban más horas de espera han sido finalmente cancelados.