Día 4 (24/03/2008)   Dublín y vuelo de regreso.


Antes   

  Nuestras últimas horas en Irlanda. El vuelo de regreso sale a las 17:50h, así que podremos acabar de visitar lo que tengamos pendiente durante la mañana. Tras comer temprano, comenzaríamos el camino de vuelta, primero al hotel, y luego a Barcelona.

Mapa de Dublín

Los puntos marcados en el mapa son:

1- Guiness Storehouse
2- Temple Bar
3- Catedral Christ Church
4- Trinity College
5- Molly Malone y Grafton Street
6- Castillo de Dublín


Después


   No es ninguna sorpresa que salgamos del hotel pasadas las 11:30h tras recogernos ayer de madrugada. Lo pasamos muy bien y no supone un problema. El 25A nos lleva de nuevo al centro,  queremos explorar O'Connell Street. Para ello cruzamos el río para ir a la parte Norte por primera vez. Lo hacemos a través del puente O'Connell, que nos ofrece unas magníficas vistas de las orillas de Dublín sobre el río Liffey.

Vistas del Río Liffey

   Por si no nos había quedado claro que esta zona está dedicada al tal O'Connell, al dejar el puente nos recibe el monumento a O'Connell. Ya en la O'Connell Street, avanzamos por el centro de la gran avenida llamados por la curiosidad de lo que llaman "The Spire", que es una enorme aguja que han plantado aquí y cuya punta se pierde en el cielo.

Monumento a O'ConnellO'Connell Street
















   El paseo es ameno y relajado, mirando por las diferentes tiendas de la calle. Al llegar a la altura de "The Spire" decidimos dar media vuelta, ya que queremos recorrer una de las calles de nuestra lista: Grafton Street.

   Desandamos el camino hasta volver a la orilla Sur del río y continuamos por donde ya fuéramos ayer, llegando a pasar frente a la entrada del Trinity College. Esta vez continuamos ya que, donde acaba esa calle, comienza el gran paseo peatonal rojizo que es Grafton Street.

   Esta calle tiene fama de animada y así nos lo parece. Aquí se concentran los artistas callejeros y hay mucha gente recorriéndola. Las tiendas de moda también van apareciendo por los lados, entre otras tiendas menos fastuosas, de souvenirs, por ejemplo.

   En una de ellas entramos y compramos nuestros regalos aprovechando que hay muchas cosas a un euro.

   También hay pubs y podemos ver un Leprechaun guardando uno de ellos. Parece que estén de juerga, lo que nos sorprende a las 12:30h. Por una calle de la izquierda aparece una bonita iglesia que nuestro mapa marca como St Ann's 1720.

Leprechaun en Grafton StreetSt. Ann's
















   Grafton Street acaba en las puertas de uno de los parques más concurridos de la ciudad: St. Stephen's green. El límite en este punto lo marca un arco de piedra conocido como Fusiliers Arch.

Grafton StreetFusiliers Arch
















   Nos adentramos levemente en el parque, que enseguida muestra su naturaleza salvaje. Justo en la entrada aparece un lago alargado de tal forma que se diría que es la curva de un río. Vemos multitud de aves que han perdido la desconfianza en el ser humano.

Parque de St. Stephen's GreenLago en el parque de St. Stephen's Green
















   De vuelta en Grafton Street, decidimos que comeremos donde ayer, que está al final de la calle. Menos mal que hemos encontrado el tiempo para pasear por aquí, porque es esta calle la que muestra el carácter de los irlandeses, divertido y salvaje.

   Entre las muestras de artistas callejeros he escogido estos dos: la músico interpretando obras celtas en el típico arpa irlandés, y una de las estatuas vivientes. Ésta en concreto está representando el escritor emblema de Dublín: James Joyce.

arpista en Grafton StreetJames Joyce en Grafton Street




























   Son las 13:15 cuando, camino de sitio de bocadillos de ayer, pasamos por la estatua de Molly Malone que no pudiera ver ayer. No tiene pedestal, sino que aparece por la calle con su carro, como si todavía estuviera vendiendo pescado, sólo que un poco más "agigantada".

Estatua de Molly Malone   Estoy tan influenciado por la visita más reciente que en Carrolls, en esa misma calle, me compro una miniatura de la estatua.

  Son las 13:30h cuando nos ponemos a comer nuestros sabrosos bocadillos. Si repetimos será por algo.

   Al acabar nuestras viandas somos conscientes que también estamos agotando nuestro periplo por este país. Ya sólo nos queda volver a casa, y eso empieza yendo hacia el autobús que nos devolverá al hotel.

   Esta vez es el 67A el que, por los mismos 1,70€ que hemos pagado siempre, nos hace ese recorrido por última vez. Precisamente por eso, parece que estamos más atentos al paisaje de nuestras ventanas. Voy haciendo fotos al mismo capturando, por ejemplo, la iglesia St. Paul's de la foto. Antes, ya me había procurado la imagen del puente más famoso de Dublín, el Ha'Penny Bridge que recuerda los tiempos en los que había que pagar medio penique por pasar por él.

Iglesia de St. Paul'sHa Penny Bridge
















   También me despido de Phoenix Park, el parque más grande de Dublín y puede que de Europa, en el que me hubiera gustado poder pasar un día. He leído que hay incluso una reserva de ciervos en él, pero queda tan alejado de todo, que bastante hemos tenido con pasar frente a su puerta cada día en este trayecto de autobús. También consigo mi foto de su obelisco, que es un monumento a Wellington.

   Y esa sí que es la última, ya que ahora sólo queda el conocido periplo de equipaje - taxi - aeropuerto - avión, que sale a su hora.

    He de decir que no tenía muchas referencias de Irlanda antes de venir,Obelisco del Phoenix Park pero que nos ha encantado este país. Realmente se merece un viaje más largo, que permita visitar las ciudades de Galway y Cork y pasarse por Irlanda del Norte para visitar la otra estrella de esta isla (tras los Acantilados de Moher): la calzada de los gigantes. El carácter de sus ciudades y sus gentes sobresale entre todo. Me he sentido muy a gusto aquí.

   Ya añoro esta isla, mientras intento fotografiar una puesta de sol desde las alturas.
Volviendo de Irlanda