|
|
Día
1
(04/09/2007) Vuelo a París y visita a Les Invalides y Arco
del Triunfo
Antes
El plan para este día es volar a París desde el aeropuerto
de Girona, al que debemos llegar antes de las 10:30h. Una vez instalados
en la capital francesa, las visitas se limitarían a un paseo del hotel
a Les Invalides y de éste al Arco de Triunfo. Por el camino tendríamos
el Museo Rodin y la Plaza de la Concordia.
Las referencias en el mapa para las visitas de
este día son:
0- Hotel Eiffel Cambronne
1- Les Invalides
2- Plaza de la Concordia
3- Arco del Triunfo
|
Después
Efectivamente llegamos al aeropuerto de Bouvais
sin problema. Nos hemos comido los bocadillos en cuanto despegamos,
con lo que también estamos saciados a las 13:30h y dispuestos a pillar
el autobús a París. Lo compramos en la misma salida del aeropuerto. Son
13€ por persona, que junto a los que tendremos que comprar para volver,
hacen que este autobús salga más caro que el avión.
Una hora más tarde entramos en la gran ciudad y
tenemos las primeras vistas de lejos de la torre Eiffel. Me sorprende
ese color rojo metálico que desprende desde la distancia.
Cuando nos dejan en un pequeño parque cerca de
la estación de metro de Charles de Gaulle, van a ser cerca de las
15:00h,
y nosotros no podemos más que continuar nuestro periplo hasta nuestro
hotel. La línea 6 (verde claro) nos ayudará en esa tarea: 8 paradas
hasta Cambronne, sin transbordos. Pero no compramos un ticket normal,
sino que muestro dos dedos a la taquillera y le digo "du mobilis", y
consigo mis pases para utilizar el transporte público durante todo el
día por 5,40€ cada uno.
Nuestra estación de destino no es subterránea,
sino que está elevada, y hemos de bajar unas escaleras para llegar a
una enorme rotonda con seis salidas. ¿Cuál es la nuestra?. Pues nos
toca caminar por su perímetro, observando el nombre de las calles que
nacen (o mueren) allí hasta dar con la que buscamos: Rue de la Croix
Nivert. De ahí al hotel habrá unos 200 m.
Así llegamos al hotel Eiffel Cambronne, cuyo
nombre parece haberlo puesto alguien muy enfadado con el famoso
ingeniero. Por fuera es un hotel sencillo, comprimido entre dos grandes
bloques. Una pequeña recepción y un estrecho ascensor nos ayudan a
llegar a nuestra habitación. No es muy grande, pero por lo que he
leído, es mayor del estándar de esta ciudad. Lo mejor está fuera. Un
pequeño balcón sobre la calle que acabamos de dejar nos permite ver la
brillante cúpula dorada de Les Invalides, lo que supone un plus.
Descansamos un poco, pero dado que tenemos poco
tiempo para el plan de hoy, salimos un poco antes de las 17h para
pasear en dirección a Les Invalides, cuya cúpula ya nos indicara el
camino desde nuestra habitación.
Tras elegir la calle correcta en la gran rotonda
bajo el metro pasamos ante la escuela militar, que nos muestra una
estampa maravillosa, ya no sólo por su clásica y bonita arquitectura,
sino por la torre Eiffel que insiste en su presencia detrás.
La calle se abre y el imponente edificio de Les
Invalides aparece en diagonal al otro lado. Pasamos ante la puerta,
pero todavía no entramos, ya que tenemos
previsto visitar el Museo Rodin antes, y una señal ya nos lo está
recordando.
Cruzamos una calle para llegar ante la moderna
entrada y, tras pagar un euro por persona, vamos a parar a lo que
parece ser los jardines de un palacete, que también está. El museo es
esto: un entorno agradable salpicado de esculturas de bronce, lo que
hace la visita muy amable de hacer. Encuentro al famoso "Pensador" en
un alto pedestal, rodeado de cipreses bien podados, aunque lo vuelvo a
encontrar más tarde en una sala interior, y es que esta escultura está
lejos de ser única, pues Rodin hizo unas cuantas.
Unos minutos antes de las 18h estamos buscando las
taquillas por los alrededores de Les Invalides, y las encontramos a la
izquierda. Pagamos los 6€ de cada uno, que es el precio de la entrada
reducida, dada la hora que es, y entramos para admirar los diferentes
sarcófagos de algunos de los militares más sobresalientes de este país,
destacando- como no - el de Napoleón Bonaparte, en el centro, justo
bajo la decorada cúpula.
También se pueden encontrar varias esculturas,
algunas formando parte de tumbas, y algunas no. El interior de Les
Invalides rebosa de piedras nobles como el mármol o granito. También se
encuentran objetos y prendas de Napoleón.
Aprovechamos la entrada para continuar la visita
hacia el Museo de las armas y paseamos entre cañones, bastante solos,
hasta alcanzar la salida habiendo atravesado el recinto.
Al otro lado, podemos ver los pilares con ángeles
dorados que anuncian el puente de Alejandro III y, tras éste, el Grand
y Petit Palais.
Hacia allí vamos, atravesando grandes extensiones
de un buen cuidado césped para alcanzar la mundanidad del tráfico. Pero
antes de seguir, nos tomamos un descanso en una terracita de uno de los
típicos cafés parisinos.
¡2,5 € por un café!. Esto ha de ser precio al
turista y, comparando con otros establecimientos, sí lo es, pero no hay
tanta diferencia. Los precios de los bares siguen mostrando gran
diferencia con los nuestros.
Reanudamos nuestro paseo atravesando el precioso
puente sobre el Sena, que abre la ciudad permitiendo que muestre
algunas de sus maravillas.
Desconozco si se puede entrar o no en el Grand o
el Petit Palais, pero si se puede no es tan básico como pasar por la
puerta. Aun así, su imagen exterior nos ofrece unas buenas
instantáneas.
Pasados estos palacios, hacemos un breve desvío en
nuestro camino hacia los Campos Elíseos, que están a la izquierda, para
contemplar la plaza de la concordia, a la derecha.
En esta plaza hay una noria blanca, pero llama más
la atención el precioso obelisco egipcio que aparece frente a ella, con
una reluciente punta dorada. No sé qué le dan en esta ciudad a los
dorados, pero todos son realmente brillantes. Me imagino que distará
mucho de ser realmente oro, ni siquiera en baño, porque dudo que se
mantuviera intacto mucho tiempo en la calle.
Nos ponemos frente a los Campos Elíseos y podemos
ver, al fondo, la silueta del famoso Arco de Triunfo recortada frente
al cielo. Pero está demasiado al fondo. No vamos a hacer todo ese
camino andando, y tenemos que rentabilizar nuestras tarjetas
Mobilis, así que nos ponemos en la primera parada de autobús que
vemos en dirección al Arco y nos subimos en el primero que pasa, el 42.
Por
ahí pasan dos, y pronto descubrimos que uno llega hasta el Arco y el
otro deja la avenida a mitad de camino. ¿Qué dice la Ley de Murphy?.
Pues eso, que nos toca andar media avenida. El 73 nos hubiera hecho
todo el recorrido.
Es una calle ancha, y por esta zona, las aceras
están pobladas de tiendas de ropa de marca y bares y restaurantes con
gente bien vestida en sus terrazas.
Sin embargo, nosotros estamos atentos al
advenimiento del Arco del Triunfo, que no podemos ver por los árboles.
Si nos asomamos a la calzada, el Arco está ahí, imponente desde tan
cerca. Es mucho mayor que los Arcos de Triunfo que ya conozco. Pero es
inaccesible. Una rotonda de ocho carriles con tráfico permanente lo
rodea completamente, tantos carriles como salidas, ya que cuatro
grandes avenidas confluyen en este punto. ¿Entonces qué?. Pues hay que
buscar los pasos subterráneos que nos permiten llegar a él. Estos pasos
están llenos de vendedores ambulantes de souvenirs.
El Arco sigue impresionando de cerca, con sus
tallas e inscripciones. Aquí también se encuentra la tumba al soldado
desconocido. La entrada son 8€ que pagamos sabiendo que hemos venido en
el mejor momento. Esa hora que nos va a permitir tener las vistas de la
ciudad de día, en el ocaso y de noche. ¡Y de los 360º!
Una de sus "patas" tiene una escalera de caracol
para subir a su cumbre, y la del otro lado unas escaleras similares
para bajar. En su interior hay información y maquetas, pero el premio
está en su vasta terraza a París. Un fantástico lugar donde acabar un
día en el que nos cuesta aceptar que desayunáramos en Barcelona.
La ruta de retorno al hotel ya la conocemos, pues
es el mismo trayecto de metro que ya hiciéramos para llegar a él la
primera vez. Nos proveemos de algo de comida en una frutería cercana al
hotel y cenamos descansando en la habitación.
|
|
|
|